capítulo 15

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MARTIN:

Quedaban solo 2 horas para que llegue el momento, por fin iba a cantar y a demostrar mi talento a los demás, mi sueño de estar en un escenario se iba a cumplir. Me acompañaban Ruslana y Chiara a mi habitación para quitarme los nervios antes de presentar al mundo mi voz.

—I'm so proud of you, Martin. Te va a salir genial. —La sonrisa de la inglesa lucía incluso mas entusiasta que la mía.

—Que ganas tengo de que demuestres a todos tu potencial, amor. Y cuando seas famoso voy a tener el lujazo de decir que eres mi mejor amigo, ya me huelo los celos. —Decía pícara la pelirroja.

—Es que acaso solo puedes pensar en el dinero y la fama? Me da igual que me reconozcan, solo quiero cantar. —Dije yo en tono de burla.

—Claro, claro. Pero no dirás lo mismo cuando te forres de dinero. —No pude evitar reírme.—Eres muy poco seria, Rus.

Fue entonces cuando al girar la vista al frente, me choqué con una amplia espalda. Era Hugo. 

Al girarse y mirarme a los ojos pude notar como su expresión se suavizó, esbozando una sonrisa en su rostro., con esa mirada suave rodeada de un iris del color de la niebla, que tanto le caracterizaba.

—Lo siento. —Murmuré yo, bajando la mirada.

—No te preocupes, Martin. Si hubiese sido otra persona seguramente ya le estaría tirando al suelo—Su risa sonaba casi malvada. —Me disculpáis un segundo, chicas? Quiero hablar con vuestro vasco un minuto.

—Adiós, Marts. Te veremos después de convertirte en una estrella. —Ambas reían y se fueron dando saltos de la mano.

En vaya situación que me habían dejado. Llevaba sin hablar con Hugo desde el día de la fiesta, cuando nos liamos. Prefería borrar aquel recuerdo de mi mente, pero con la presencia de Juanjo en él, era imposible.

—Y bien? Que quieres? —Carraspeé la voz y le miré con seriedad, no quería que notase la intimidación que me transmitía.

—Perdón por lo de la última vez, no debí actuar de esa forma, además estando ambos borrachos, supongo que el alcohol hace que me libere de más. —No soportaba recordar sus labios rozándome con ansias. Se sentía tan bien y tan culpable a la vez, admití que se me había pasado mas de una vez por la cabeza estas semanas.

—No hay problema. —Mi mirada de desinterés hizo que me agarrase de la muñeca con brusquedad y me acercase mi oído a sus labios, como si quisiera contarme un secreto.

—También te aviso que os vi a Juanjo y a ti en la puerta de la discoteca, cuando nos interrumpió. —Mi corazón empezó a latir más rápido cuando pronunció esas palabras con descaro.

—Y eso no fue solo porque estabais borrachos. Vi la pasión con la que lo hacíais. Te gusta, Martin. Y no me lo puedes negar. —Soltó mi muñeca esperando una respuesta.

—Muy bien, has descubierto América. Si, me gusta, y eso que te importa a ti? —No podía creer que hubiese confesado mis sentimientos con esa prudencia, además a Hugo, al cual no soportaba.

—Estás ciego o qué? No usas twitter ni sales a la calle? —Me hablaba como si no entendiese a lo que quería llegar, y no, no lo estaba viendo.

—Qué me quieres decir con eso?

—Que tiene un lío con una chica, estúpido. Le comenta todos los tweets, y no se si te han dicho que con la chica que se besa en todas las fiestas no es una diferente, siempre es la misma. Una tal Sofía.

No, no. Eso no podía ser verdad. Noté el corazón a punto de salirse de mi pecho, se me hizo un nudo en la garganta y mis ojos se empezaron a cristalizar, no podía retener más las lágrimas. Me mordía el labio inferior para evitar el romperme en medio del pasillo de la universidad. Estuve toda la semana durmiendo con Juanjo, que no paraba de matarme con sus actos, hubo un punto en el que llegué a pensar que podría gustarle de nuevo, esperanzas que se deshicieron en segundos con una conversación.

Hasta las estrellas- juantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora