capítulo 3

2.8K 119 6
                                    

JUANJO:

Después de una tarde tan intensa, el estrés de los estudios del día, el sentimiento nostálgico en mi cuerpo toda la tarde, y el encuentro con "la nueva incorporación" que sabía que conocía de algo, se veía en la cristalina y profunda mirada de Martin que teníamos toda una historia por detrás la cual desconocía. En ese tiempo de trance me fijé en todos los detalles posibles de su rostro, algo que nunca hice con nadie antes, no entiendo muy bien el por qué.

Sus ojos grandes me divisaban con una admiración de un niño pequeño, su nariz era delgada, tenía la mandíbula muy marcada y ese bigote le daba toda la personalidad que tenía, me fijé en su gran mata de pelo, cabellos oscuros casi imposibles de peinar que se movían de forma independiente, me recordaba a...

-Pumuki -Dije en alto, sin siquiera pensarlo.

-Qué? -Dijo Ruslana, mientras me acompañaba de vuelta a las habitaciones.

Siento como si mi cabeza estuviese formando un puzzle, juntando piezas sueltas que de un modo u otro empezaban a tener sentido. Me quedé quiet, mientras Ruslana me llamaba confusa.

-Ruslana, conoces bien a Martin? -Dije yo, intentando tener la mayor información sobre el joven.

-La verdad es que no, solo sé que es vasco, pregunta a Chiara, he oido que se llevan muy bien.

Me saqué el movil del bolsillo y sin pensarlo llamé a la inglesa, presentí que ella podría darme lo que necesito. No logro entender esta extraña necesidad que tengo de saberlo todo de él, de conocerle mejor, aunque no hayamos hablado en la cafetería, sentía que algo se me escapaba.

-Chiara donde estás, necesito hablar contigo lo antes posible. - Dije agobiado sin ninguna razón que comprendiese. ¿Por qué estaba tan nervioso?

-Well Juanjo no estoy en muy buen momento, si quieres en un rato quedamos y me cuentas.

-Joder. -Dije entre dientes frunciendo levemente el ceño, mis dudas tendrían que esperar.

MARTIN:

Después de la quedada, agarré del brazo a Kiki, era la única persona a la que podía contárselo, tenía demasiada confianza con ella.

-Chiara, necesitamos hablar, ahora, por favor.

-Whats wrong Marts? te veo un poco alterado.

-No se si alguna vez te dije que yo de pequeño vivía en Madrid, pero a los 5 años me mudé a Bilbao. -Dije, intentando tranquilizarme y tragando saliva

-Yes, y que pasa?

Llegamos a su habitación, Kiki se sentó en su cama, movió la mano indicándome que me sentase a su lado, me abrazaba mientras la empecé a explicar.

-Yo no tenía amigos de pequeño, siempre he sido rechazado por mi personalidad, por ser distinto, hasta que un día, un niño un año mayor que yo se mudó enfrente de mi casa, rápidamente mis padres se llevaron con los suyos, y yo con su hijo también. El pequeño era muy extrovertido y tenía ganas de hacer nuevos amigos, por lo que en menos de una semana nos volvimos inseparables, quedábamos todas las tardes, me contó que era de Zaragoza, y que le encantaba la música, pasábamos los días jugando, riendo y cantando. A los 5 años mi familia y yo debíamos mudarnos a Getxo, nuestro pueblo natal, cuando por fin había hecho un amigo, por lo que hicimos una promesa, la cual me acabo de dar cuenta que se ha desvanecido y roto por completo. Juraría que era algo como "amigos hasta las estrellas", éramos jovenes y no sabíamos nada de la vida, me mudé y 13 años después no le volví a ver, desde ese día no me olvido de él, teníamos una conexión inseparable Kiki. Mucho mas que amigos y mejores amigos, en ese entonces no lo entendía, pues solo tenía un lustro. -Lágrimas cálidad caían lentamente por mis rojizas mejillas.

Hasta las estrellas- juantinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora