ADRIEL
(ADRIEL)
Después de haber seguido aquel olor a magia durante muchos días, muchos días acabando prácticamente en rincones sin salida. Una noche, siguiendo el rastro, me llevó al bosque, esta vez era claro y olía hasta el pueblo, al fin un rastro completo. Entre la penumbra yel silencio del bosque, a lo lejos, pude escuchar el sonido de cánticos, risas y pude ver el tintinear del fuego entre las hojas de los árboles, el olor de la magia se había difuminado en demasía con el olor de la madera quemada. Con sigilo, coloqué una de las flechas en el arco y comencé a aproximarme, ocultandome entre la oscuridad de la noche pero alguien de los presentes me escuchó y apagó el fuego con rapidez. Cuando me aproxime lo suficiente, force lo máximo que pude la vista para descifrar figuras entre la oscuridad de la noche y lancé la flecha que descansaba sobre mi arco, aún así fallé, haciendo que dos figuras huyeran por un lado mientras que la otra huía por otro. El olor provenía de la persona solitaria, a pesar de ser un olor bastante sutil, apenas perceptible, de todas maneras la seguí. Era rápida pero yo tenía la ventaja, estaba descalza pero era muy lista. Entre los árboles y la maleza desapareció pero aquella persona no era consciente de que aún tenía ventaja. Como si mis andares pesaran como una pluma, me aproximé a aquella persona y le hice una llave, inmovilizándola. Me subí sobre ella y comencé a forcejear, intentando quitarle la túnica y destapar su rostro.
—Voy a descubrir quién eres bruja.
La persona parecía ser que reconoció mi voz y comenzó a patalear aún más. ¿Una persona conocida? No podía ser, si fuera alguien conocido lo habría notado...Absorto en mis pensamientos, afloje mi agarre, aprovechando así para patearme el abdomen. Caí hacía atrás, retorcido de dolor pero lo dejé a un lado y tomé el tobillo de la persona, haciéndola caer de boca al suelo, la arrastré, y la volví a colocar bajo mía. Daba igual quien fuera la bruja, la entregaría y por fin podría vivir tranquilo, retirarme y quizás estar junto a Karina. Con fuerza tomé el cuello de la tunica.
—No tienes escapatoria. —A punto de desabrochar la túnica y ver su rostro, una daga se colocó sobre mi cuello.
—Tócame y me bañaré con tu sangre. —La voz de Karina fue como un terremoto en mi cabeza, escucharla hizo que mi corazón diera un vuelco, cómo era posible que ella fuera la bruja.
—¿Karina? —Quizás mi voz sonó más dolida de lo que quería pero me daba igual.
Con fuerza, quité la capucha de la túnica, mostrando su bello rostro, su ceño se encontraba fruncido al igual que sus labios, sus dedos apretaban con fuerza la daga pero poco a poco la alejó de mi cuello. Salí del trance y encendí la lámpara de aceite para verla mejor.
—¿Qué...? —espeté, no pude evitar perderme en su rostro por unos segundos pero no era momento, no ahora— ¿Qué estás haciendo aquí en el bosque de noche? —No podía ocultar, por más que quisiera, que estaba enfadado.
—No es de tu incumbencia. —contestó molesta, apartando su vista de mí.
Con toda la rabia, tomé el cuello de su túnica y la acerqué a mí. ¿Cómo que no era mi incumbencia? Si alguien, que no fuera yo, la hubiera descubierto ya estaría muerta en una hoguera realizada por el santuario, sin juicio.
—Claro que es de mi incumbencia. Cualquiera que te hubiera visto pensaría que eres una bruja y no es que tengas muy buena reputación sobre eso. —Ella volvió a bajar la vista pero volvió a mirarme con el ceño fruncido.
—¿Y tu lo piensas?
Me quedé en silencio durante un momento, no lo pensaba, lo sabía, ahora lo sabía por desgracia, el olor nunca engañaba por muy sutil que fuera, por mucho que intentase camuflarlo siempre lo podía oler. Ese olor a hierbas secas pero a su vez dulce como la miel y la vainilla, y por último a té. ¿Cómo no pude olerlo todo este tiempo?. De nada servía pensar eso ahora, con dolor, me levanté del suelo y tomé mis pertenencias.
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ECLIPSE
FantasySi te digo que tu vida está ligada a alguien debido a una profecía. ¿Qué harías al enterarte que es tu mayor enemigo? Adriel y Selene se encuentran envueltos en un amor y odio inexplicables, llevándolos a enfrentarse entre sí. ¿La profecía tendrá r...