Capítulo 60.- La culpa.

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Narra Natalia

Llevaba ya 10 días en la Ciudad de México de nuevo, a pesar que había regresado a mi ciudad, todo era extraño, sentía que todo había cambiado o que yo cambié.

No había hablado con Luis desde nuestra pelea, eso era algo que realmente me ponía mal.

Pero todo lo demás parecía marchar bien, pero aún había un sentimiento de incomodidad. Con Kevin, estar con él era como antes, aunque ahora podía decirle a cada rato lo que sentía por él. Había hablado con mi hermana, ella estaba feliz por vernos de nuevo juntos.

Carol, mi vecina, de igual manera estaba feliz, pero me decía que todo lo llevara con calma, palabra que no estaba en mi vocabulario.

Kevin aún seguía arreglando y charlando lo de su contrato con el club y como lo amonestarían por sus faltas, veía como estaba ansioso por regresar.

Habíamos visto un par de departamentos, ninguno nos había convencido. No podía creer que con el chico que hace más de un año firmaba un contrato, fuese a comprar una casa y ¿quién sabe? La maternidad no era algo en lo que había pensado, pero Kevin me hacía ponerlo en duda.

Había asistido a casting y entrevistas, que afortunadamente Mauricio me había buscado y otras marcas me contactaron, así que nuevamente había obtenido unos cuantos contratos, sin dejar atrás que todos los diseñaron de Fashion Week ya me odiaban por dejarlos plantados.

Sentía que de nuevo todo estaba fluyendo, como si esos meses fuera, fueron necesarios, pero aún tenía ese sentimiento de incertidumbre, como si algo fuera a pasar.

Decidí marcarle a Carolina, la esposa de Igor, dándole la noticia de que había regresado, ella no dudó ni un segundo en vernos.

-Está ciudad te extrañaba.- decía Carolina antes de beber de su café, habíamos salido a desayunar.

-Y yo extrañaba estar aquí.- respondí sonriente.

Carolina se convirtió en una gran amiga, ya que Igor salía mucho con Kevin anteriormente, pero cuando me fui, la frecuencia con la que hablábamos disminuyó.

Charlamos de toda mi estancia en Nueva York y ella me platicaba de sus vacaciones en África, era igual de espiritualista que su esposo.

-¿Y con Kevin? ¿cuáles son sus planes?.- preguntó.

-Amiga, hay algo que tengo que contarte...- suspire mientras veía mi taza de café.

-¿Es acerca del contrato?.- la mire confundida.- Igor me lo contó, estaba preocupado por las actitudes de Kevin, lo veía muy distraído, así que Kevin le confesó todo...

-Yo...- estaba confundida.- ¿Estaba muy mal? Kevin...

-Nena, claro que Kevin estaba mal...- agaché la mirada.- Pero no es tu culpa, digo, ambos estaban confundidos, ninguno se pudo decir lo que sentía.

-Pero fui yo la que huí de aquí...- susurré.

-¿Crees que es tu culpa?.- asentí.

-Carolina, no hay noche en la que piense cuánto hice sufrir a Kevin, siento que en cualquier momento me podrá reclamar eso...- dije antes de morderme el labio.

Carolina se movió nerviosa en su asiento.

- Pero él tampoco nunca te dijo nada, Natalia, créeme que él también pudo haberte dicho algo, pero se lo que te dijo esa tarde, era obvio que tú te ibas a confundir.- dijo estirando sus manos, recargandolas en la mesa, yo las tomé.- Los amo a ambos y estoy feliz por verlos de nuevo juntos, merecen una relación bonita y sin culpas.

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