Contracciones.

254 22 7
                                    

Sanji tal vez era una de las personas más quisquillosas del mundo.

No le gustaba la suciedad ni mucho menos el desorden; no le gustaba que a su cocina le faltará el mas mínimo ingrediente; no le gustaba las temperaturas fuertes, por eso en su casa no hacia ni mucho frio ni mucho calor; no le gustaba ir mal vestido ni a la esquina...

En resumen, era quisquilloso.

Y es por esto que Sanji odiaba no tener nada que hacer.

Cómo ahora, que estaba sentado en su silla de lactancia, terminando su sexto documental sobre la vida marina, sin ni un gramo de lana para tejer y ni una particula de polvo para barrer.

Solo y aburrido.

Zoro no estaba en casa, se había levantado muy temprano y se había ido a trabajar como de costumbre, estaba a pocas semanas de empezar su licencia paternal y el queria dejar todo listo para salir sin que lo molesten.

A Sanji especialmente le agradaba está idea, más que nada por esos malditos mensajitos de "buenos días" que su esposo aún recibía cada mañana.

Y aunque Luffy le había informado que Tashigi había parado con sus coqueteos, esos mensajitos aun eran con una espina en el cerebro de Sanji.

Por ahora estaba solo y muy aburrido.

Planteándose si valía la pena salir a comprar lana o quedarse en la comodidad de su calido hogar.

Especialmente ahora cuando el agotamiento se lo comía a los pocos pasos.

Sanji miro por la ventana, el cielo estaba parcialmente nublado, seguramente estaría un poco frío afuera, sus ganas de salir disminuyeron un poco al pensar en la posibilidad de que lloviera.

__ ustedes que dicen?__ pregunto Sanji al aire, mientras frotaba con su palma su estómago__ nos quedamos en casa?__ espero unos momentos, pero no sintió nada__ o~ salimos a pasear?__

Como una respuesta rápida su estómago comenzó a moverse emocionado; Sanji rio entre dientes y tomo eso como un "si queremos".

.


Bien ya todo estaba casi listo, solo faltaba...

LA BATALLA FINAL ⚔️.

La cual Sanji estaba decidido a ganar.

Mirando con recelo y determinación las zapatillas deportivas blancas que estaban sobre la mesa de té.

Aquí empieza el sufrimiento.

Sanji tomo la zapatilla para el pie izquierdo, se sentó en el sofá con la pierna estirada y con la otra abajo, se inclino hacia adelante y estiro la espalda y los brazos lo mas que pudo para llegar encajar el agujero del zapato en sus dedos.

Su panza era un gran obstáculo en su objetivo, ya no le era fácil contorsionar su cuerpo de formas difíciles para alcanzar sus puntos, ya ni alcanzaba sus pies con la punta de los dedos.

Metió el zapato asta su planta y doblo la rodilla con cuidado asta su cola solo para estirar sus brazos hacia atrás y tratar de meter el pie por completo.

Con esfuerzo y mucha perseverancia logro meter la zapatilla completamente en su pie.

Cuando soltó la zapatilla, su cuerpo rígido se relajo, sus labios soltaron el aire que no sabía que había estado conteniendo, sintió el dolor en la pantorrilla de la pierna doblada.

Tres Vidas Para Un Cocinero Y Un Espadachín (ZoSan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora