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Las suaves gotas de agua caían y golpeaban suavemente las ventanas de la casa Roronoa, el calmante ruido blanco de la lluvia acompañaba perfectamente los gemidos y los rechinidos de la cama matrimonial de la habitación.

Las manos grandes y callosas de Zoro apretaban con suavidad la fina cintura de Sanji, mientras esté trataba con toda su voluntad mantener un ritmo contante en el subir y bajar de sus caderas.

Los gemidos del rubio resonaban en cada pared de la habitación, era una sonata de quejidos pesados y entrecortados que llenaban el aire del ambiente.

Pero, que estaba pasando?

No es obvio?

Sanji y Zoro estaban... haciendo algunos ejercicios prenatales.

Zoro estaba sentado en la orilla de la cama mientras ayudaba a su esposo a hacer algunas sentadillas en el lugar y Sanji trataba de aguantar el peso de sus piernas en cada flexión.

__ Zoro paremos__ suspiro con dificultad, llevaba horas en esa condición y la verdad estaba cansado de cada nuevo ejercicio que hacían.

Y se preguntarán, porque la pareja estaba haciendo ejercicio prenatales?

Facil, recomendación de doctor.

Y para que?

Para intentar calmar a, como los llama Sanji, estos mocosos de mierda que no dejan de moverse.

Es que desde que Sanji empezó su sexto mes de embarazo le a resultado imposible, sus hijos se la pasaban moviéndose sin control dentro suyo, pasaban la mitad del día y la noche "jugando".

Y Sanji estaba al borde de las lágrimas cada que intentaba hacer algo y sus hijos se interponía con fuerte patas en su barriga o cuando se despertaba a mitad de la noche al sentir que alguno de ellos se movía de un lado al otro.

Por eso mismo eran las 2:30 de la noche y la pareja se encontraba realizando 15 minutos de cada ejercicio que una de las enfermera del hospital les enseño en un corto curso prenatal.

Por qué si, Sanji siendo tan precavido con siempre, saco un turno con un obstetra recomendado por la Dra. Kureha, la mamá del pequeño Chopper.

.

__ estás listo?__ inquirió el moreno, parado frente a la puerta principal de la casa, justo en la línea donde se divide el adentro y el afuera, esperando con sus brazos cruzados sobre su pecho a su rubio.

__ me veo bien con esto?__ pregunto el rubio ignorando totalmente a su esposo, arreglaba una y otra vez la tela de el remeron verde casi del mismo color que el cabello de Zoro.

Robin y Nami se habían tomado la molestia de traerle varios pares de este tipo de remerones para embarazo, de diversos tipos de colores y de tamaños, Sanji culpaba a Zoro por eso, por haberse quejado con Franky que ya casi no le quedaban camisas por qué el las había robado todas.

Cómo sea, Sanji no estaba seguro si este tipo de ropa le quedaría bien.

__ te vez bien__ le contesto el moreno__ ahora apúrate o llegaremos tarde__ le regaño.

__ quien te cres tu para apurarme, marimo de mierda__ le replicó el rubio.

Subieron a la Toyota Hilux 1989 que Zoro compro a la corta edad de los diecinueve años y se a reusado a cambiar simplemente por qué aún funciona y bueno por qué le tenían mucho cariño al auto.

__ pon el GPS__ le exigió el rubio.

__ no lo necesito__ le contesto con algo de dureza, aún así saco su teléfono y colocó el GPS con destino al Hospital Takanawa de la ciudad, dónde la pareja tenía una cita con el obstetra que la Dra Kureha les había recomendado.

Tres Vidas Para Un Cocinero Y Un Espadachín (ZoSan)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora