Capítulo 8

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Tras todo lo acontecido durante la noche, todos los invitados estaban recogiendo sus pertenencias para volver a sus respectivos hogares.

La reina se hallaba en su recámara mirando con nerviosismo el fuego cuando recibió la visita de la mano del rey, su padre.

- Habla ya - dijo Alicent esperando la reprimenda del mayor.

- ¿Y qué esperas que diga? - interrogó Otto Hightower.

- Que mi comportamiento ha sido indigno, indigno de mi posición, o de cualquiera - contestó la reina para soltar un suspiro - he perdido la compostura, la he agredido y ya corre la voz, se dice que he perdido la cabeza - dijo mientras jugaba con sus anillos.

- Muy cierto - pronunció la mano.

- Ahora ella tendrá el favor de mi esposo - comentó la reina bajando la mirada.

- Aún así, nunca había visto esa faceta tuya, hija - afirmó Otto sorprendiendo a su hija - dudaba que existiera.

- Pues no me enorgullezco - intentó hablar Alicent pero fue cortada por su padre.

- Pues así es este juego y ahora por primera vez, veo que tienes la voluntad de ganarlo.

- Rhaenyra - volvió a ser cortada por la mano.

- Tú la ves tal y cómo es, el resultado de la terquedad del rey - expresó el Hightower.

- ¿Qué me dirá él? - cuestionó la reina en referencia hacia su señor esposo.

- Te perdonará ¿Qué más puede hacer? - respondió con simpleza el hombre con una sonrisa en el rostro - ahora ve con él, penitente, apela a la lesión de tu hijo, refrena tus pasiones y te prometo que a la larga, tu y yo prevaleceremos. Lo que ha hecho tu hijo Aemond, trayendo a Vhagar a nuestro bando, tenía razón. Vale mil veces el precio que ha pagado y lo que hará... - intentó proseguir la mano astútamente.

- ¿Lo que hará? - interrogó Alicent sin entender a su padre.

- El compromiso con Aemma sigue en pie y ahora más que nunca tu señor esposo quiere mantener unida a su familia así que no lo romperá - explicó Otto mirando el fuego.

- ¿Qué tiene que ver Aemma? - interrogó la reina. En el fondo esa niña era la única amiga de su hijo y no la veía con los mismos ojos que al resto de sus hermanos.

- Tu hijo Aemond robará a Rhaenyra su tesoro más preciado, su única hija - habló haciendo una pausa - y con ella a su dragona lo que sumaría otra gran fuerza a nuestro ejército.

En otros aposentos del castillo de los Velaryon, bajo los primeros rayos de sol de la mañana, se encontraba la familia de la princesa de Rocadragón siendo atendida por el maestre.

La aguja atravesó la piel de la mujer que no pudo evitar soltar algunos quejidos de dolor bajo la atenta mirada de sus tres hijos mayores.

- Apretad mi mano, madre - dijo su hija ofreciendo su mano para que la adulta la sujetara, pero en realidad no le apretaría con fuerza.

- Os dejará cicatriz, pero sanará - indicó el anciano mientras que seguía suturando la herida del antebrazos - el corte ha sido limpio.

En ese momento, las puertas se abrieron, dando paso a Laenor que observó a todos anonadado.

- Dioses - fue lo primero que dijo - ¿estáis todos bien? - interrogó.

- Lo peor es una nariz rota - respondió el hombre terminando de curar a la princesa.

- Gracias maestre, dejadnos - habló ella siendo obedecida su orden - vosotros también - indicó girándose hacia sus hijos y soltando la mano de su hija - ya habéis tenido demasiados problemas.

- Si madre - respondió Jace tomando a Luke y Aemma y después salir de la estancia.

Mientras que los hijos varones de la princesa decidieron dormir un rato para recuperar energía, la hija de Rhaenyra se escabulló hacia el exterior de Marcaderiva en busca de su prometido. Necesitaba hablar con él pero sabía que el barco de su abuelo ya había partido.

Desde lo alto vislumbró a Vhagar y al fijarse observó a su jinete que la miraba con seriedad. No entendía por qué su dulce príncipe era así pero lo que tuvo por seguro con su mirada fue que le pertenecía.

En menos de un día la familia de Rhaenyra se vio conmocionada por la pérdida de su esposo Laenor, bajo las manos de su escudero. La familia junto con el hermano del rey y sus hijas se trasladaron a Rocadragón dónde a toda prisa, se celebró la unión de Rhaenyra y Daemon al puro estilo Valyrio. Los hijos de la pareja observaban el intercambio de los votos matrimoniales junto con el maestre y en lo único que pudo pensar Aemma fue en lo feliz que le haría estar en el lugar de su madre junto con Aemond, pero a la vez sentía una gran pena porque su amado príncipe había cambiado y ahora los consideraba unos bastardos, palabra que ya había escuchado muchas otras veces de otras personas. Pero que las dijera él con tanta claridad, sin un ápice de duda, hizo que se le grabaran a fuego vivo en su mente y corazón. ¿Cómo podía seguir amando a alguien que la había insultado de esa manera?

Lo que sí sabía era que lo que había ocurrido en Marcaderiva era el principio de lo que se avecinaba así que con decisión se acercó a su ahora padrastro que estaba en el salón de Rocadragón junto a su madre que ya portaba un abultado vientre, muestra de la pasión entre ambos.

- Madre - habló primero inclinando su cabeza - Daemon - saludó al hombre - tengo una solicitud.

Rhaenyra no entendía tanta formalidad en su hija que se mantenía de pie al otro lado de la mesa.

- Me gustaría aprender a combatir - habló nerviosa.

- ¿Qué? - interrogó Rhaenyra.

- Madre, no soy tonta - comenzó a hablar la niña que había crecido un poco - quiero forjarme en combate junto a mis hermanos y no ser una carga en el futuro.

- Por mi no hay problema - habló Daemon sonriente hacia la niña.

Rhaenyra no quería admitir que esta "paz" que tenían en Rocadragón desaparecería en algún momento pero recordó que su hija partiría algún día junto a su prometido, esperando que fuera más tarde que pronto, y debería de tener manera de defenderse de aquellas serpientes que rondaban su trono.

- De acuerdo, mandaré a que te hagan ropa de entrenamiento - sentenció intentando sonar divertida pero en el fondo tenía miedo por lo que pudiera ocurrirle a su única hija, a la niña de sus ojos que poco a poco iba creciendo dejando esa inocencia atrás y convirtiéndose en una joven hermosa, fuerte e inteligente.

Dragon's  Blood [Aemond Targaryen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora