CAPÍTULO ONCE

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Mi teléfono no paraba de recibir notificaciones de Pipe, las cuales evadía por miedo a enfrentar la situación. Todo el día de clases no me pude concentrar como debía, salí y me fui directo a donde pasaba el colectivo.

Llegue a casa, estaba sola porque Luce seguía en su trabajo, me preparé algo de comer y me puse a hacer mi tarea. Terminando mis deberes, que no eran muchos, me recosté en el sillón a recordar todo lo que ha pasado hasta ahora y eso solo me recordaba a que regresando a México iba a regresar a la normalidad y tal vez nada de esto haya valido la pena.

Me estaba quedando dormida pero el sonido del timbre lo impidió, me levante del sillón para abrir la puerta pensando que era Lucero, pero no, al otro lado estaba Felipe.

-Me quede preocupado ayer, Lucero dijo que te sentiste mal.-

-Pero no fue nada.-

-¿Puedo pasar?- me di cuenta que ni siquiera había abierto la puerta completamente.

-Si, pasa.-

-Yo se que no fue solo eso, te pasa algo más que no me quieres decir.- se me quedo viendo mucho rato porque yo no decía nada.

-La verdad si.-

-Dale, decime.-

-Pero gírate, así me pongo menos tensa.- estas situaciones no me gustaban así que quería hacerlo menos estresante.

Pipe se giro y entonces pude aclarar mis ideas y decidir por qué parte empezar.

-Bueno, es que ayer que me diste tu celular y entro una llamada de un teléfono que tenías registrado con un nombre medio raro.-

-Si, lo vi, y de verdad perdón, pero déjame explicarte.- dijo estando de espaldas.

-Te escucho.-

-Esa persona fue algo mío hace mucho pero mucho tiempo, y de tanto qué pasó se me olvidó reagendarla...-

-¿Y por qué te llamo?-

-Porque somos vecinos allá y me llamo para decirme que pensó que había regresado porque vio gente dentro de la casa.-

-Mmm ya.-

Felipe se giró y se puso delante de mi y tomó mis manos, tenía una cara de agobio.

-Mira Chris, yo sé que está mal que me llame, está mal que no le haya cambiado el nombre y está mal que me busque con esos pretextos, pero te juro que nada que ver, yo estoy muy dispuesto a dedicarme solo a ti, no tienes porque dudar de mi.-

Se veía sincero, la verdad no tenía palabras para ese momento, pero sabía que no quería terminar aquí.

-Dame una oportunidad para demostrarte que te amo, en serio.-

-Perdóname por actuar así.-

-No te preocupes, cualquiera lo malinterpretaría y estás en tu derecho de pedir explicaciones, pero ahora ya sabes.-

El resto de la tarde salimos a caminar, destensando el ambiente entre nosotros, volviendo a la normalidad...

————-

El resto de la semana se pasó rápido y llegamos al sábado, hoy jugaba Argentina contra México, todos se habían organizado para ver el partido juntos en casa de alguien.

-Vamos que se nos hace tarde.- dijo Luce buscando su playera de argentina.

-Quien te viera con esa playera.-

Suerte (Pipe Otaño) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora