CAPÍTULO DIECISIETE

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Blas me recogió y me llevo a su casa, en ese momento sentía que estaba abusando de su confianza.

-¿Querés hablar?-

Negué con la cabeza y el entendió.

Llegamos a su casa, me puse mi pijama y estaba sentada en la orilla de la cama, como tenía la puerta abierta el entro y se sentó al lado de mi.

-¿Te hizo algo?-

-Me lastimó.-

-¡Te pego! -

-No, no Blas, me traicionó, nunca dejaría que me golpearan.-

-No te voy a obligar a que me cuentes, si quieres hablar aquí estoy, sino, no pasa nada.-

-Gracias Blas, ¿te puedo abrazar?- él asintió con la cabeza y yo lo abrace, no pude evitar comenzar a llorar, era terriblemente decepcionante lo que sucedió todo el tiempo con Felipe.

Estuve así por un largo raro hasta que sentí bastante mojada la parte de la sudadera de Blas donde estaba recargando mi cara, así que me separe de sus brazo y vi que la había mojado con mis lágrimas.

-Perdoname, mañana te la lavo.-

-No te preocupes, eso es lo de menos, lo importante es que te sientas mejor.-

Tape mi cara y entre mis manos susurre-Ay Blas mejor te hubiera hecho caso a ti.-

-¿Dijiste algo?-preguntó un poco confundido.

-Dije que eres un ángel.-

-No es para tanto.-

-Me salvaste Blas, muchas gracias por todo, buscare un voleto para regresarme, ya no te quiero dar más molestias.-

-Para nada me molestas, es más, quedate y así nos hacemos compañía ambos.

-Pero tu mamá, que pena con tu mamá.-

-Ella no tiene ningún problema.-

-Hablas por ella ahora.-

-Ademas estaba viendo si me iba a vivir a un departamento más céntrico que tiene mi familia, podemos ser rommies.-

-Pues no es mala idea.-

-Piensalo, mientras duerme.-

-Gracias Blas.-

Salio de la habitación cerrando la puerta, me acosté en la cama y pensé en lo grandioso que es, a pesar de mi vulnerabilidad en ningún momento intento aprovecharse de eso y es algo que habla excelente de él.

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Semanas después

Nos encontrábamos en el nuevo hogar donde íbamos a vivir Blas y yo, como amigos, fueron arduas semanas de mudanza y, en mi caso, de comprar algunos muebles. Mis vacaciones duraban 4 meses, de los cuales 1 ya paso, entonces iba a estar un largo tiempo con el, obvio iba a estar viniendo después.

-Pues me gustó como quedo.- dijo Blas analizando todo despacio, la sala, el comedor y la cocina estaban juntas, después había un pasillo qué conectaba las habitaciones de cada uno y el baño.

-Opino lo mismo.-

-Deberiamos de celebrar que al fin terminamos todo el proceso, ¿qué te parece si hacemos una reunión con los demás?-

-Dale, me parece buena idea.-

-Genial, entonces les mando mensaje y que mañana vengan.-

Suerte (Pipe Otaño) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora