CAPÍTULO DIECISÉIS

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Tener bastante tiempo libre durante las vacaciones me estaba ahogando demasiado, al no tener mucho que hacer revisaba constantemente mi chat con Pipe qué aun no me respondía, todos los días le llamaba sin respuesta alguna lo cual me desanimaba un poco.

Chat con Juani*

"¿Sabes algo de tu amigo?"

"Boluda por que debería de saberlo, no soy su niñero para cuidarle las nalgas"

"Ignacio no seas así, me tiene preocupada"

"Él está muy bien si es lo que querías saber"

"Ctm"

Fin del chat*

Tome mi computadora y me dispuse a buscar un voleto de avión a Argentina lo más cercano posible, esto no me estaba gustando para nada, encontré uno que salía el día de mañana en la madrugada , lo compre y me puse a hacer una maleta con lo básico.

No sabía dónde me iba a hospedar pero eso no importaba, tampoco sabía donde vive Pipe exactamente pero eso lo iba a averiguar.

Al día siguiente me levante temprano y pedí un uber para llegar al aeropuerto, hice el chequeo y todos los papeleos para viajar, me dormí un poco en la sala de espera y llego el momento de tomar el avión.

Obviamente él no sabía que iba a ir de sorpresa, mi única cómplice era Lucero ya que gracias a ella conseguí su dirección especifica.

El vuelo duró bastante, llegue al aeropuerto de Argentina tome un taxi sin pensarlo y fui directo a donde Pipe, eran al rededor de las 4 de la tarde, una hora decente a mi parecer, llegue a su casa y me pare enfrente de su puerta.

Sin mentir estuve parada como 5 minutos sin el valor suficiente para hacer sonar el timbre, seguía estática, pero me asuste cuando de golpe alguien abrió la puerta por dentro, era un chico más o menos de nuestra edad.

-¿Te puedo ayudar en algo?- preguntó un poco desubicado.

-En realidas si, estoy buscando a Felipe.-

-Él salió, dijo que volvía tarde, ¿para que lo buscas? - en ese momento sentí como algo frío recorría mi espalda, sentía la gran necesidad de quebrarme, al parecer el estaba bien y simplemente no necesitaba más de mi.

-No para nada, hazme el favor de no decirle que estuve aquí.-

-¿Ok? - el chico salió y cerró la puerta, yo tome mi maleta y camine unas cuadras hasta perderlo de vista, me pare con la idea de pedir un taxi pero ni siquiera sabía a donde ir.

Estaba varada, perdida en una ciudad que era completamente nueva para mi, llegué a un tipo centro donde había bastante gente y muchos puestos, me senté en la banqueta a pensar que es lo que iba a hacer.

-¿Y esa cara tan larga?- cuestionó una voz que me parecía bastante familiar, gire mi cara hacia arriba y pude observar a un chico altísimo de rulos, era Blas, con una mano estirada hacia mi, la cual tome para poder levantarme.

-Blas, que sorpresa.-

-Sorpresa para mi, yo vivo por aquí y vos no.- dijo riendo.

-Tienes toda la razón, que pena.-

-¿Qué haces por estos rumbos?-

-Me aburrí en mi casa y se me hizo gran idea venir para acá pero en realidad no se ni a donde ir.-

-¿Y los demás? ¿Viniste a verlos? -

-Ninguno sabe que estoy acá y prefiero que no lo hagan.-

-¡Wow! Mira, podes venir a mi casa, sabes que no tengo problema y mi madre tampoco.-

Suerte (Pipe Otaño) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora