Advertencia ⚠️: Este capitulo puede contener escenas desagradables para el lector, leer bajo su propia responsabilidad.
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×Wednesday×
A lo largo de mi vida, he aprendido muchas lecciones.
El mundo es un lugar podrido, dónde ni la más pura y brillante luz sobrevive, vivir de sueños e ilusión te vuelve vulnerable al ambiente tóxico que emana la sociedad, y aunque las hazañas de la humanidad sean impresionantes, frente al verdadero juez, no tendrán jamás ni la mitad del peso de sus pecados.
Por eso, también decidí crear mis propias leyes, tener un orden que ceñirá a aquellos que pierden el camino, porque en un pueblo tan pequeño, el infierno siempre es enorme.
Observé bajo la única fuente de luz en esa habitación, a aquel hombre de edad avanzada, amordazado, noqueado, y atado a una silla de metal.
Quizás su sonrisa pudo haber engañado a cualquiera, sus actos bondadosos han cautivado a las personas, pero frente a mi, lo único que ví desde un principio, era a alguien que merecía ser parte de aquellos que experimentan de primera mano lo profunda que es la depravación humana.
Y sé que puedo guiarlo.
- Señor Jeremías, sé que está despierto - Comenté, sentada en un sitio donde no me diera la luz, dónde pueda hacerlo sentir confundido y perdido, que es irónicamente cuando los humanos somos más sinceros.
Lo noté sacudirse, su coartada cayó, levantando su cabeza para mirar a su alrededor.
- ¿Quien eres? - Preguntó, con su ceño fruncido.
- Los padres de esos niños son también aquellos responsables de que seas capaz de comprar verduras y legumbres para tu mesa, son los que cuidan el ganado que te da la carne que consumes y cosechan el trigo de tu pan - Lo miré confundido, morder su labio inferior y pensar en algo seriamente - ¿Y esta es la forma en la que les pagas?.
- Un hombre que lleva muchos años en solitario puede verse tentado por la carne jóven - La forma en la que sonríe mientras dice eso, me llevó a sonreír con él.
Que gracioso, este maldito no se arrepiente.
Me levanté de mi asiento, siguió con la mirada el sonido de mis pisadas en la oscuridad, hasta que estuve frente a él, sus ojos me miraron con cierto asombro mientras se aferraba a la silla.
- Has hecho lo mismo con cada niño que pasa por el orfanato desde que estás aquí - Confirmé, cosa que él no negó - ¿Hiciste lo mismo con Enid?
- Ah, la rubia, claro, el pueblo te obligó a casarte con ella, era una presa tentadora, desearía haber podido jugar con ella, doblegar su carácter hostil y volverla mi marioneta, Así es como se vé, ¿No te parece? Un simple juguete para satisfacer tus deseos.
- Tienes razón - Confirmé enseguida, acercándome más a él - Enid es mi juguete, me he divertido mucho con ella, y las cosas que me divierten merecen que las cuide y que tenga cuidado para no romperla.
- Tú no amas a esa mujer - Me detuve al instante, inclinándome un poco sobre él.
- No, no lo hago, ¿Porque debería? - Retuve mis ganas de reírme por la estupidez que acababa de decir - Enid a levantado múltiples barreras a su alrededor, la única forma de estar realmente cerca de ella, es abriendo sus piernas y forzandole un orgasmo.
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Padre, He pecado ∆ Wenclair
FanficBajo una decisión unánime y egoísta, el pueblo unirá en sagrado matrimonio al pequeño demonio destructor de la paz, y a la sacerdotisa más respetada de la iglesia, la cual, no oculta el secreto de su condición a las personas. Esperando que al menos...