Las temporadas de lluvia son molestas, al menos, para alguien que adora la calidez como Yoko, era muy molesto, superando por mucho sus límites de tolerancia.- Señorita Yoko, nosotros nos haremos cargo de lo necesario en su ausencia, no tiene que preocuparse.
Inhaló y exhaló rápidamente, antes de colocarse su abrigo y sombrero negro, para salir por las puertas de la iglesia.
Zarel...
El niño que se sacrificó para salvar a los demás niños en ese orfanato, no podía negar que sentía curiosidad, ¿Cómo sería? ¿Cuál sería su reacción ante la noticia de que todos estaban bien y que Jeremías había muerto?, quería ser portadora de esas palabras, y a la vez, tenía sus dudas.
Caminó bajo la lluvia, refugiándose en pequeños lugares de camino a la clínica del pueblo, aunque aún así llegó empapada, tocando la puerta al notar que seguía cerrada, esperó ahí por unos 2 minutos hasta escuchar pasos que venían del interior, la puerta fué abierta, y ella dedicó una sonrisa a la mujer frente a ella.
- Buenos días Doctora Lily, ¿Como amanece hoy?.
Su sonrisa entusiasta no pasó desapercibida, después de todo, era la mujer que más las ayudó a ella y Wednesday cuando llegaron al pueblo, este misma le hizo un espacio para que entrara.
- Estoy bien, aunque estaría mejor si Wednesday y tú vinieran a hacerse sus chequeos mensuales, pero parece que no les importa tanto su salud, ni su amiga.
Aquel chantaje consiguió sacarle una risa a la pelinegra, esperando a que la contraria cerrase la puerta antes de extender sus brazos y envolverla en un abrazo.
- Siempre me da gusto verte, deja de quejarte tanto.
Lily aceptó su excusa, por muy mala que fuese, y la guío escaleras arriba por su edificio.
- Como sabrás, este niño es un caso especial, tiene sus prioridades, y es mejor tratarlo con delicadeza, al menos deseo que seas comprensible y no una gaznápira insolente.
Yoko ahogó una risa, amaba escuchar a Lily insultarla con tanta elegancia.
- ¿Cómo lo has visto?.
Preguntó, deteniendo los pasos de la peliblanca en seco mientras le miraba fijamente, con interés en su respuesta.
- Está muy retraído, y es entendible, poco se comunica y retiene sus pensamientos y palabras para si mismo, no fué mucho, pero logré que me dejara colocarle los analgésicos diarios y curar su herida, pero aún así, más allá de eso, no me ha permitido hacer ni avanzar más, es un muro impenetrable.
Dijo tras un suspiro, cosa que no impresionó a Yoko, estaba más que claro que habían barreras alrededor de un corazón tan frágil como lo es el de un niño, por ello sabia que no sería sencillo.
- Deseo hablar con él.
Dijo con determinación, sujetando un poco más fuerte la muñeca de Lily, quien respondió con una pequeña sonrisa y asintió de manera aprobatoria.
- Está en esa habitación, si deseas hablarle, puedes hacerlo, pero no puedo asegurarte una respuesta.
Tras entrar en esa habitación, sola, Yoko comprendió un par de cosas durante la corta, muy corta charla que tuvo con Zarel.
1) No había manera de que un niño de esa edad pudiese tener un conocimiento tan pleto y realista de la vida.
2) A pesar de su temperamento, Zarel poseía carisma, estaba segura de que sería un hombre muy atractivo una vez creciera.
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Padre, He pecado ∆ Wenclair
FanficBajo una decisión unánime y egoísta, el pueblo unirá en sagrado matrimonio al pequeño demonio destructor de la paz, y a la sacerdotisa más respetada de la iglesia, la cual, no oculta el secreto de su condición a las personas. Esperando que al menos...