CAPÍTULO. 03

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03

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El viernes por la noche, Jimin se dirigió a MoonBeam, su lugar habitual para encontrarse con amigos y pasar el rato. Al llegar, avistó una mesa ocupada por Hoseok y Taehyung, y Yoongi y SeokJin. Los observó desde lejos, sintiendo una pequeña punzada en su interior. ¿Celos? ¿Envidia?

Sabía que sus amigos se merecían ser felices, pero al mismo tiempo, el hecho de saber que habían encontrado al amor de sus vidas mientras él seguía solo, le entristecía un poco. No por ellos, sino por sí mismo. Desde que era pequeño, siempre había soñado con uno de esos amores de cuentos de hadas que lo hicieran suspirar. Sin embargo, parecía que el destino se resistía.

Se unió a ellos en la mesa y pasaron un rato muy agradable conversando. Yoongi seguía obsesionado con los detalles de la boda, mientras SeokJin intentaba tranquilizarlo asegurándole que todo saldría bien. Por otro lado, Hoseok y Taehyung estaban emocionados planeando un viaje juntos.

Todos tenían planes, todos tenían algo que esperar con ilusión. Todos, excepto él. Y aquello lo entristeció de nuevo. Sentado entre amigos, Jimin no pudo evitar sentirse un poco fuera de lugar, como si estuviera atrapado en una burbuja donde todos avanzaban mientras él se mantenía estático en el mismo lugar.

Con la excusa de ir a por bebidas, se fue hacia la barra.

Se sentó en uno de los taburetes y observó a su hermana hablar con Namjoon a lo lejos. Él le sonreía de lado, y las mejillas de YongKyo se sonrojaron.

Estaba claro que allí había química. Esas cosas se notaban, y Namjoon sabía muy bien cómo seducir a alguien con una sonrisa.

YongKyo se acercó a él, dejando a un lado a Namjoon.

—¿Viste eso? —murmuró con una sonrisa de oreja a oreja—. Su compañero de piso no estará y hemos quedado.

—¿Van a... eso? —preguntó Jimin, un tanto ruborizado por la franqueza de su hermana.

YongKyo era más atrevida que él.

—¿A coger? Por supuesto que sí —respondió ella con naturalidad, antes de dirigirse con Namjoon hacia la mesa donde estaban los demás.

Jimin miró hacia donde las dos parejas estaban dándose amor y decidió esperar un poco antes de regresar. Cuando veía a sus amigos en plan cariñoso, se sentía un poco fuera de lugar.

Mordiéndose el labio, sacó su celular y encendió la aplicación para ligar que hacía tiempo que no usaba. Empezó a mirar los perfiles de algunos chicos con la esperanza de encontrar a alguien interesante. Hizo un par de match con dos chicos que le parecieron interesantes, con la esperanza de que alguno de ellos fuera ese príncipe azul que se resistía a aparecer.

Estuvo tan concentrado en la aplicación que no oyó el sonido de la puerta abrirse ni a Jungkook acercarse a él. Pero lo hizo, se sentó a su lado y miró de reojo la pantalla de su celular antes de decir:

—Hola, vecino, ¿alguien interesante a la vista?

Jimin bloqueó rápidamente el móvil, haciendo que este resbalara de sus manos y cayera sobre la barra. Había supuesto que Jungkook estaría allí esa noche, ya que había visto a Eunwoo e In-Yeop, sus mejores amigos, en una de las mesas.

Además, MoonBeam era un lugar muy conocido, por lo que no era raro encontrarse con él allí. Pero el hecho de no haberlo visto entrar le había puesto nervioso.

—¡¿Qué?! —preguntó Jimin avergonzado, tratando de ocultar su sorpresa.

—No hace falta que disimules, he visto lo que estabas haciendo. Y no es nada malo, yo también uso esa aplicación —respondió Jungkook con naturalidad.

—Lo sé —dijo Jimin, poniendo los ojos en blanco—. He visto tu perfil una vez.

—¿Debería sentirme ofendido porque no me hayas dado match? —preguntó Jungkook, con una sonrisa pícara.

Jimin alzó las cejas, escéptico.

—¿Acaso me has dado match tú a mí?

—No, no suelo dar match a chicos que en su biografía ponen tan claro que buscan una relación estable, por muy guapos que sean —respondió Jungkook con una sonrisa juguetona.

Aquellas palabras desestabilizaron un poco a Jimin. ¿Él guapo? Quiso echarse a reír, pero se contuvo. Jungkook sabía cómo ganarse a sus ligues con sus comentarios divertidos y desenfadados.

—Lo mismo digo de los hombres que ponen en su perfil que solo buscan pasar un buen rato —respondió Jimin, mirando a Jungkook con seriedad.

—Al menos soy franco y no miento con el propósito de echar un polvo como hacen otros —dijo Jungkook encogiéndose de hombros.

Jimin le miró sin comprender.

—¿Qué quieres decir? —preguntó intrigado.

—Vuelve a poner el perfil del chico al que acabas de regalar un match —indicó Jungkook señalando el celular sobre la barra.

Jimin obedeció, recuperando el teléfono y mostrando el perfil en cuestión. Jungkook señaló la biografía del perfil.

—"Busco el amor o lo que surja. Me gustan las películas románticas y las cenas a la luz de las velas" —recitó Jungkook con una mueca de desaprobación—. ¿Puede ser más cliché? Obviamente busca el match del mayor número de personas posibles. Además, fíjate en su foto. De perfil con pose estudiada. Prácticamente no se le percibe. Tiene toda la pinta de ser poco agraciado.

—El físico no lo es todo —respondió Jimin, reflexionando sobre su propia situación.

—No, pero no lo escondas. Muéstrate tal y como eres —aconsejó Jungkook.

—Supongo que, para alguien con pinta de modelo de anuncio de calzoncillos, pensar así es fácil —se jactó Jimin, cruzándose de brazos.

Él no era una de esas personas que escondían sus defectos en las fotos que usaba. Sabía que hacerlo solo serviría para que la otra persona se hiciera una idea equivocada de él y la cosa terminara en decepción. Y él no quería más decepciones en su vida.

—Vaya, veo que el otro día te dio tiempo de sobras a analizar mi anatomía —dijo Jungkook divertido—. Aunque dudo que ninguna marca de ropa me quiera como modelo de calzoncillos. Lo que hay debajo es tan generoso que desvirtuaría todo lo demás.

Jimin rió, dejando escapar una risa que se esparció por el local, mientras veía de reojo cómo sus amigos los observaban.

—Creo que tienes el ego por las nubes, Jeon Jungkook.

—Bueno, quizás haya exagerado un poco, pero ha valido la pena hacerlo si eso te hace reír.

Sus ojos se encontraron después de esas palabras, y Jimin sintió un cosquilleo familiar recorriendo su cuerpo.

Oh... oh...

Reconocía ese cosquilleo, porque ya lo había sentido antes.

—Bueno, mejor te dejo disfrutar de tu ego y de la noche —dijo Jimin levantándose del taburete con una cerveza en la mano.

Volvió a su mesa.

Maldito Jeon Jungkook.

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Neighbors • KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora