CAPÍTULO. 09

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09

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Jimin se despertó sintiendo un dolor martilleante en la cabeza. Aquella noche, no había dormido nada bien. Lo sucedido la noche anterior tenía la culpa de que no hubiese podido descansar.

Jeon Jungkook lo había besado. En la boca. Con lengua.

Se tapó la cara con la almohada sintiendo como el rubor subía por sus mejillas. Jeon Jungkook le había dado un beso con lengua despertando con eso todas sus terminaciones nerviosas. Lo había besado y luego le había dicho que aquello formaba parte de su entrenamiento para su cita con Minho. Entonces, ¿solo él había sentido ese calor intenso entre los muslos? ¿Esas ganas de dejarse llevar y acabar con él enredado en la cama?

Jimin tragó saliva y empujó ese pensamiento hacia lo más profundo de su mente. Sabía que Jungkook y él nunca serían nada. El beso no significaba nada, debía convencerse de ello si no quería salir con el  corazón roto de nuevo.

Al revisar su celular, Jimin notó un mensaje del arquitecto deseándole los buenos días. Respondió con un emoticono de sonrisa y se dijo a sí mismo que debía concentrarse en Minho, quien demostraba un auténtico interés en él. Con determinación, se preparó para el sábado, el día en que finalmente se encontrarían, y se prometió a sí mismo sacar a Jungkook de su mente de una vez por todas.

Después de ducharse, vestirse y tomar un rápido desayuno, se dirigió al trabajo con ese pensamiento firme en su mente.

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Al día siguiente por la tarde, como todos los viernes, Jimin se desvió del camino de regreso al pueblo para ir hasta la granja. Aparcó cerca de la valla que cercaba las hectáreas del terreno y miró la casa que la había visto crecer con el estómago encogido. 

Siempre había pensado que, cuando se casara y tuviera hijos, los llevaría a la granja para que corrieran por el campo como había hecho él con YongKyo de pequeño. Le entristeció pensar que eso no sería así.

En aquel momento, con la vista fija en la casa, vio a dos hombres salir de allí acompañados de Kang Hyun, el agente inmobiliari, encargado de la venta de la granja.

Sintió como una bola se aposentaba en su garganta.

¿Esos hombres estaban interesados en la granja?

Hacía años que la granja estaba en venta. No era una propiedad muy atrayente teniendo en cuenta que estaba ubicada en un pueblo perdido que tenía 90 días anuales de nieve. Por eso, Jimin había tenido el sueño de que, un golpe de suerte, le permitiera recuperarla algún día.

Esperó a que los hombres marcharan y se acercó a Kang de que este se subiera a su vehículo.

—¿Van a comprarla? —preguntó sin ni siquiera saludarlo.

—Ah, hola Jimin, no te había visto. —Jimin vio la culpabilidad brillar en sus ojos marrones—. La verdad es que parecían muy interesados. Quieren demoler la casa para convertirla en un desguace.

—¿En un desguace? —preguntó horrorizado.

Kang asintió, incómodo por aquella conversación.

—Lo siento.

Subió al coche y lo dejó allí, desolado.
¿Iban a demoler el único hogar que había conocido en su vida para colocar en su lugar un cementerio de coches viejos?

Aquella noche, en casa de sus padres, hablaron de ello. Su madre dijo que ya le habían informado de la posible compra y que no podía hacer nada para evitarlo. Debían mucho dinero y no había posibilidad de recuperarla. 

Cuando terminó de cenar, Jimin acompañó a YongKyo a MoonBeam, donde lo esperaban sus amigos y donde su hermana entraba a trabajar hasta tarde. De camino al bar, Kyo le explicó que lo suyo con Namjoon había progresado.

De nuevo, Jimin sintió una punzada de intranquilidad al pensar a su hermana con Namjoon, pero intentó calmarse diciéndose que YongKyo ya era adulta y podía tomar sus propias decisiones.

Entró en MoonBeam y se sentó junto a Yoongi, Hoseok, Taehyung y SeokJin. Hablaron, rieron y se divirtieron. Cuando en algún punto de la noche recibió un mensaje de Jungkook, decidió ignorarlo.

Llevaba dos días, desde su cita ficticia, sin dar señales de vida y no iba a convertirlo en una prioridad en ese momento. En cambio, sí que respondió a Minho cuando este le preguntó por la hora de quedada del día siguiente.

Minho sí que era una prioridad. Debía serlo. Por el bien de todos.

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Neighbors • KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora