CAPÍTULO. 15

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Jimin se encontraba inmerso en sus pensamientos, reviviendo cada detalle de la noche anterior. El beso de Jungkook seguía fresco en su memoria, así como sus palabras sinceras. La idea de que alguien tan increíble como Jungkook pudiera sentir algo por él era casi surrealista.

Con el corazón latiendo con fuerza, Jimin se preparó para la cita que habían acordado. A las siete en punto, el timbre sonó, y Jimin sintió un torbellino de emociones recorriendo su cuerpo. Al abrir la puerta, se encontró con Jungkook frente a él, con una sonrisa radiante y las manos ocultas a su espalda.

—Hola, precioso.

—¿Qué escondes ahí? —preguntó divertido. 

Jungkook alzó una ceja y levantó un pequeño ramo de tulipanes adornado con un lazo rojo.

—Una excusa para besarte.

Jimin sonrió cuando Jungkook se inclinó hacia él y besó suavemente sus labios.

—No necesitas excusas para eso —dijo Jimin ruborizándose.

—¿Eso significa que tengo pase libre para besarte cuando quiera?

—Supongo que… depende —dijo, bajando la voz en ese depende, porque esa era la realidad; todo dependía de lo que saliera de aquella noche.

Una vez dentro del apartamento, Jimin se esforzó por mantener la calma mientras servía dos copas de vino tinto. El nerviosismo seguía presente, pero intentaba mantenerlo a raya. El aroma de la cena cocinándose en el horno llenaba el aire, mezclándose con el suave perfume floral que Jimin había dispersado por la habitación.

En medio del silencio incómodo, Jimin sintió una oleada de risa burbujeando en su interior. Una risa contagiosa escapó de sus labios, resonando en la habitación y haciendo eco en el pecho de Jungkook, quien no pudo contener su propia risa ante la espontaneidad de Jimin.

—Lo siento, no sé qué decir, me siento… estúpido —dijo Jimin encogiéndose de hombros, dedicándole la sonrisa.

—Tranquilo, para mí esto también es nuevo. Es la primera vez que estoy en casa de una chico sin que el único motivo sea el de practicar sexo.

Jimin se sonrojó.

—¿Hablamos ahora o cenamos primero?

—Yo preferiría hablar primero. Vamos a estar incómodos hasta que tengamos la conversación.

Jimin asintió, tenía razón. De hecho, tenía el estómago completamente cerrado. Se sentaron en el sofá con las copas en la mano y Jimin esperó que Jungkook empezara a hablar.

—Quiero ser franco contigo desde el principio. Me gustas mucho, y lo que siento hacia ti es lo más intenso que he sentido, pero no puedo prometerte que vaya a salir bien, ¿entiendes? Solo he tenido una relación estable en mi vida y duró tres meses hasta que me di cuenta de que prefería seguir soltero.

—Entiendo —dijo Jimin algo decepcionado por el significado que ocultaban sus palabras.

—Sé que es egoísta de mi parte pedirte que me des una posibilidad y que esperemos a ver que nos depara el futuro, pero no sé hacerlo de otra manera.

—¿Qué significa eso? ¿Tendríamos una relación?

Jungkook se encogió de hombros. Estaba sentado con las palmas abiertas sobre sus muslos, un gesto que mostraba lo mucho que se estaba esforzando por ser franco con él.

—No es necesario que pongamos etiquetas, ¿no?

—Supongo que no, pero cuando hable de esto con Yoongi y Hobi necesito poder explicarlo y la verdad es que no entiendo muy bien en qué nos convertiría… eso.

—¿En dos personas que se están conociendo? —preguntó Jungkook con una sonrisa.

—Bien…

—Prenovios —dijo Jungkook de golpe haciendo que Jimin frunciera el ceño—. Puedes decirle que somos prenovios. 

—Esa palabra ni siquiera existe.

—Si la usamos nosotros sí existe, ¿verdad?

Jimin negó con la cabeza, a pesar de que, en el fondo, aquel vocablo le encantó. Le gustaba pensar que estaban en la antesala de lo que podía ser una relación de verdad. Aunque seguía teniendo dudas, muchas dudas, de que aquello pudiera funcionar.

—Kook..., yo también quiero decirte algo, creo que es justo que ambos seamos completamente sinceros el uno con el otro. —Tragó saliva con dificultad al ser consciente de que estaba a punto de abrirle su corazón al completo—. He estado... enamorado de ti durante años desde que volví a Seúl. Siempre he sabido que lo nuestro era imposible y que ni siquiera existía para ti, pero esa certeza no era suficiente para hacer desaparecer los sentimientos. Yo… hace un año, cuando Yoongi regresó, decidí que ya había llegado el momento de madurar y dejar de soñar con imposibles, así que decidí olvidarte. Y lo conseguí… más o menos. Hasta que te mudaste al piso de al lado y aquellos sentimientos renacieron del lugar donde los enterré. —Se mordió el labio y suspiró, sintiéndose de repente más ligero por haberse deshecho de todo aquello. A su lado, Jungkook no decía nada y tampoco podía saber qué le parecía lo que le había contado porque tenía los ojos clavados en sus manos que sujetaban la copa de vino—. Lo que quiero decirte con todo esto es que yo no tengo nada que pensar, yo sé lo que siento y sé lo que espero de esto. No quiero presionarte ni mucho menos, solo quiero que seas sincero conmigo en todo momento, porque de lo contrario puedes hacerme mucho daño y creo que no lo merezco. Estoy dispuesto a intentar lo que sea contigo a pesar de saber que, con total probabilidad, acabaré con el corazón hecho añicos.

Fue entonces cuando Jimin levantó sus ojos y los clavó en los de Jungkook, estos brillaban. Vio como tragó saliva y, después, observó la forma en la que sus labios se curvaron en una sonrisa cohibida.

—No tenía idea de que hubieras sentido eso por mí, pero no quiero que pienses que no existías, porque no era así.

—Existía como Jimin, el amigo de tu hermano.

—Bueno, supongo que en cierta manera era así —asintió acercándose más a él. Sus rodillas se tocaron a través de la ropa—. Pero solo he necesitado unos días para darme cuenta de que no eres eso, o no solo eso. Eres mucho más. Eres el único capaz de reformar a un tonto como yo.

—No quiero reformarte —susurró Jimin en un hilillo de voz. El rostro de Jungkook cada vez estaba más y más cerca—. No quiero ser el chico que cree que puede cambiar al chico que le gusta. Solo tú puedes reformarte a ti mismo.

—Pues me reformaré a mí mismo por ti. Porque quiero estar contigo, Jimin. Y hacía años que no me sentía tan vivo como me siento cuando te tengo cerca.

Jungkook venció los centímetros que separaban sus bocas y lo besó. Sus labios encajaron de una manera tan perfecta que Jimin sintió como si, de repente, todo estuviera en su lugar. En cuanto la lengua de Jungkook fue al encuentro de la suya, gimió, recordando inconscientemente la forma en la que esa lengua lo había llevado al orgasmo la noche anterior.

—Y ahora que hemos aclarado las cosas, creo que ha llegado el momento de que cenemos —dijo Jungkook con un gruñido ronco.

—Ahm… bien —dijo Jimin intentando recuperar la cordura, pues los besos de Jungkook le habían hecho desconectar del momento presente. Intentó levantarse dispuesto a sacar la cena del horno cuando la mano de Jungkook tiró de él hasta que volvió a caer en el sofá, sobre su regazo.

—Jimin, cariño, mira que eres ingenuo… —Al ver como entrecerraba los ojos para mirarlo, añadió—: Cuando hablaba de cenar me refería a cenarte a ti, pequeño. 

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♥︎.

Neighbors • KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora