Neighbors • Kookmin

CAPÍTULO. 10

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Jungkook apretó el puño con frustración mientras observaba su celular por enésima vez esa noche. Las luces tenues de MoonBeam bañaban su rostro, pero su mente estaba atrapada en otro lugar. No podía apartar de su pensamiento la imagen de Jimin reunido con el arquitecto, una presencia que le resultaba molesta incluso sin conocerlo. Solo sabía una cosa sobre él: su profesión. Y esa única pieza de información era suficiente para avivar su desagrado hacia él.

Jungkook se sentía atrapado en un mar de irritación mientras la música y las conversaciones ajenas lo envolvían, creando un zumbido molesto en sus oídos. Incluso la voz de Eunwoo hablando del último partido de fútbol le resultaba irritante, y las risas de la mesa cercana con la chica coqueteando solo añadían combustible a su mal humor. Cada detalle a su alrededor parecía conspirar para exacerbar su frustración, alimentada por la falta de respuesta de Jimin a su mensaje. En su enfado, Jungkook proyectaba su malestar sobre el mundo que lo rodeaba, una reacción que reconocía como patética pero que no podía controlar.

Cuando Jeon Jungkook se enfadaba, el mundo dejaba de ser un lugar maravilloso para convertirse en un lugar oscuro y taciturno. Por suerte, no se enfadaba a menudo.

—Hey, ¿se puede saber qué demonios te pasa? —preguntó Eunwoo callando de golpe cuando Jungkook resopló por enésima vez.

—Nada.

—Pues para no pasarte nada pareces un alma en pena. —In-Yeop le miró con los ojos entrecerrados.

—Y tienes una actitud de mierda —añadió Eunwoo.

—¿Qué pasa hoy? ¿Es el día internacional para meterse con Jungkook? —respondió dejando la jarra de cerveza sobre la mesa con un golpe tan fuerte que unas gotas se derramaron con el movimiento.

—Qué susceptible, solo estamos preocupados por ti —dijo Eunwoo negando con la cabeza.

—Pues no se preocupen por mí. Estoy bien. Genial, de hecho. 

—Pues para estar genial te comportas como un imbécil —comentó In-Yeop, que cuando quería podía ser un tipo directo que no se andaba por las ramas—. La última vez que estuviste de tan mal humor fue hace dos veranos, cuando aquella sueca de la que te colgaste te dio plantón. 

Jungkook suspiró, cuadró los hombros y se cruzó de brazos. La mandíbula tensionada dejaba en evidencia su enfado.

—No me colgué de ella, solo me gustaba, y no me enfadé, solo estaba decepcionado. Y eso no tiene nada que ver con lo de ahora.

—Está bien, no nos lo expliques. —Eunwoo alzó las manos en un gesto de rendición—. Solo somos tus mejores amigos.

Jungkook rodó los ojos con exasperación ante el intento de Eunwoo de arrancarle la verdad mediante el chantaje emocional. Le molestaba profundamente que su amigo intentara manipularlo de esa manera. Se mordió el labio con nerviosismo, debatiéndose internamente sobre cómo abordar el tema sin mencionar directamente a Jimin. Reconocía que hablar de él en voz alta implicaría enfrentarse a sus propios sentimientos, algo que prefería evitar a toda costa. Decidió entonces disfrazar la verdad, ofreciendo una explicación que rodeara el asunto sin mencionar nombres. Para Jungkook, ignorar la situación era mucho más cómodo que enfrentarla de frente.

—A ver, hay una chico —soltó en un gruñido haciendo que sus amigos se rieran.

—Así que una chico, ¿eh? —preguntó In-Yeop con una risita—. ¿Lo conocemos?

—No. —respondió cortante para evitar más preguntas al respecto.

—Bien, un chico desconocido. De acuerdo. ¿Qué pasa con él?

—No lo sé, esa es la cuestión. No sé qué pasa con él. La pasamos bien juntos, es dulce e inteligente, y conectamos. No dejo de pensar en él, pero… Yo no quiero tener una relación estable y él no es de los que buscan polvos casuales. ¿Qué me pasa?

Eunwoo e In-Yeop intercambiaron una mirada llena de significado.

—¿En serio no sabes lo que te pasa?

—Para ser tan listo, a veces pareces rematadamente tonto.

—¿Qué están intentando decirme?

—Que te estás enamorando de él, así empecé yo y mírame ahora —dijo Eunwoo haciendo referencia al hecho de que estaba casado y tenía una hijo.

—Y yo —dijo In-Yeop cuya relación también iba a la perfección.

—Nah, eso es imposible. Yo nunca me he enamorado, no voy a empezar ahora.

—No es como si se pudiera elegir. Cuando uno se enamora pasa y punto.

La explicación no logró calmar sus pensamientos. No podía aceptar la teoría de Eunwoo sobre sus sentimientos hacia Jimin. Él no se consideraba el tipo de persona que se enamoraba perdidamente y podía ofrecer un final feliz para siempre. Recordó su relación pasada con SunHee durante la universidad. Lo había intentado sinceramente con ella, pero pronto se dio cuenta de que no sentía por ella lo que se esperaba en una relación romántica. Optó por la honestidad en lugar de prolongar una farsa, decidiendo terminar la relación para evitar herirla más tarde.

Jungkook se encontraba en un dilema emocional que no podía entender del todo. No tenía un pasado traumático que justificara su reluctancia hacia el compromiso. Simplemente, nunca había experimentado ese impulso de querer algo más que un encuentro casual de una noche con alguien.

Sin embargo, con Jimin era diferente. Sentía una mezcla confusa de deseos: por un lado, ansiaba llevarlo a su cama, como con cualquier otra persona, pero había algo más profundo en él. Quería algo más que solo eso, aunque no podía identificar qué era exactamente.

Mientras volvía a mirar su celular, la falta de respuesta de Jimin seguía sin explicación. La pregunta resonaba en su mente mientras terminaba su jarra de manera reflexiva. Decidió que era hora de retirarse a casa, donde esperaba encontrar un respiro para su mal humor y para desentrañar sus pensamientos confusos.

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