𝟬𝟬𝟮.

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Emma despertó tarde para ir a la universidad al día siguiente, su entrada era a las 7:00am y eran 8:34, se había perdido una clase. Corrió e hizo todo lo posible por llegar antes de las 10:00, entro a su aula mientras sus amigos la miraban con confusión.

— ¿Qué te sucedió? — Pregunto Anna, mejor amiga de Emma.

— Me quede dormida — Emma saco con rapidez su laptop vieja y un libro.

— Nunca te había pasado esto, ¿estas bien?

— Si, conseguí un nuevo empleo, supongo que tiene que ver.

La clase concurrió con normalidad, la salida era a las 2:00pm, así que tomo el autobús para llegar a tiempo. Llego, todo estaba tranquilo como ayer, pero las personas seguían olvidando su solicitud de ingreso.

A las 8:35pm, Emma recibió una llamada de su jefe, le pedía quedarse una hora y le pegaría lo triple, también la llevaría a casa. Acepto más que nada por la paga. Casi a las 11:00pm, Emma se estaba quedando dormida de nuevo, luchaba por no cerrar los ojos por más de 10 segundos.

— Buena noche, vengo a mi departamento.

— Muy bien, me permite su identificación y su solicitud de ingreso, por favor — Todo estaba bien con el señor Afton.

— Todo correcto, por favor no olvide su solicitud de ingreso a su salida.

— Claro, disculpa que te pregunte, ¿Qué paso con el Portero Adam?

— Ah... realmente no lo sé, solo sé que fue despedido.

— Ah, ya veo, pero, tu eres muy joven, ¿no?

— Ah, tengo veinte, no creo ser tan joven.

— Lo eres para alguien de treinta.

Fue interrumpido por un carraspeo. Francis Mosses.

— Buena noche señor Mosses, me permite su identificación y su solicitud de ingreso, por favor.

— Linda, los olvide.

El señor Afton y Emma quedaron un poco perplejos ante Mosses, esta vez se veía diferente, no tanto en apariencia, tenía el mismo semblante pero esta vez tenia los labios un poco curveados y las cejas fruncidas.

— Yo me tengo que ir, un gusto... — Hablo Afton.

— Emma, el gusto es mío.

— Emma — movió ligeramente su cabeza en señal de despedida.

— Señor Mosses, no puedo dejarlo pasar, además que no está en la lista de hoy.

— Vamos preciosa, ya me conoces, soy el mismo de siempre.

— Discúlpeme, me parece inapropiada su conducta.

— Puedes marcar al número de mi apartamento, nadie te contestara.

Emma tomo el teléfono y marco al número que indicaba el expediente, se escucharon los tonos y nadie contesto.

— Esta será la primera y última vez que lo dejare entrar sin identificación y solicitud de ingreso.

— No seas tan dura, linda. Sé que es tu trabajo, pero solo olvide un pequeño detalle.

— Y yo mañana puedo olvidar quien es usted.

— Sí que eres ruda, me encantas.

La actitud del señor Mosses le molestaba, e inclusive le incomodaba un poco.

— Nos volveremos a ver...

— Que tristeza — dijo con molestia Emma.

— Pronto no pensaras lo mismo.

𝐓𝐇𝐄 𝐌𝐈𝐋𝐊𝐌𝐀𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora