El sonido insistente de mi alarma rompió el silencio de la mañana, arrancándome de un sueño inquieto. Con un suspiro, me estiré en la cama y me obligué a levantarme. La cita en la agencia de modelaje era a las 12 del mediodía, y quería estar preparada para enfrentar cualquier cosa que el día tuviera reservado para mí.
Después de una ducha revitalizante, me vestí con cuidado, eligiendo una combinación que reflejara confianza y profesionalismo. Repasé mi rutina matutina habitual, tratando de enfocarme en las tareas mundanas para distraerme de los nervios que comenzaban a surgir.
El reloj marcaba las 11 cuando finalmente me senté a desayunar. Traté de comer algo ligero, aunque mi estómago estaba lleno de mariposas nerviosas. Revisé mi teléfono varias veces, esperando alguna señal de Julián, pero aún no había llegado.
Finalmente, llegó el momento de partir hacia la agencia. Tomé un último vistazo al espejo, ajustando un mechón de cabello fuera de lugar, y me dirigí hacia la puerta. El sol brillaba en el cielo, y una brisa fresca me saludó al salir.
El camino hacia la agencia pasó rápido, aunque cada minuto parecía eterno. Las calles transitadas y bulliciosas contrastaban con mi estado de ánimo nervioso y expectante. Al llegar, me recibió un edificio imponente y moderno, que parecía prometer un mundo de posibilidades.
El tiempo pareció detenerse mientras esperaba en la sala de espera, repasando mentalmente mis líneas y posiciones. Cuando finalmente llegó mi turno, entré en la sala de reuniones con determinación, dispuesto a dejar una impresión duradera.
Al escuchar mi nombre, me puse en marcha y fui directamente hacia donde me indicaban. Al tomar asiento, sentí un hormigueo de nerviosismo recorrer mi cuerpo. "Tomo asiento, Emily", me dijo la persona frente a mí, y le agradecí con un ligero nerviosismo en mi voz.
Bueno, te llamamos porque eres exactamente lo que estamos buscando", continuó la persona, y mi corazón dio un vuelco de emoción. "¡Sí!", respondí, sintiendo una mezcla de alegría y sorpresa.
Estamos interesados en que modelés algunas prendas de marca y participes en sesiones de fotos", explicó, y mis ojos se iluminaron con anticipación. Sin embargo, la última parte de su declaración me dejó un poco desconcertada.
Pero tienes que vivir aquí en España", añadió, y sentí cómo mis emociones se mezclaban. Por un lado, la oportunidad de modelar para marcas reconocidas y participar en sesiones de fotos era emocionante, pero la idea de tener que mudarme a otro país planteaba un desafío completamente nuevo para mi relación con Julián
Tomé un momento para procesar la información, sopesando los pros y los contras en mi mente. La emoción y el nerviosismo seguían presentes, pero también una sensación de determinación. Sabía que esta oportunidad podía abrir puertas increíbles para mí en el mundo del modelaje, pero también significaba tomar decisiones importantes sobre mi futuro.
Gracias por considerarme", respondí finalmente, tratando de mantener la calma a pesar de la tormenta de emociones que se agitaban en mi interior. "Me encantaría discutir más detalles y explorar cómo podríamos hacer esto funcionar".
Con esa respuesta, comenzamos a discutir los detalles logísticos y las posibilidades que se abrían ante mí. Aunque la idea de mudarme a España planteaba desafíos, también representaba una oportunidad emocionante para seguir mis sueños en el mundo del modelaje. Con determinación, me comprometí a explorar esta nueva aventura con mente abierta y corazón valiente.
Mientras salía de la agencia de modelaje, mi mente estaba llena de pensamientos frenéticos. Por un lado, la emoción de la oportunidad que se me presentaba me hacía sentir como si estuviera flotando en el aire. Pero al mismo tiempo, la idea de tener que tomar una decisión tan importante, una que afectaría no solo mi carrera, sino también mi vida personal, me llenaba de ansiedad.
Necesitaba hablar con Julián lo antes posible. Él era mi compañero, mi apoyo y mi confidente, y sabía que necesitaba su consejo y su opinión sobre esta situación. Pero también sentía una punzada de miedo por cómo reaccionaría él ante la noticia de que podría tener que mudarme a otro país.