maratón
7/10
Al día siguiente, me desperté con una sensación de emoción y anticipación por la sorpresa que Jude tenía preparada para mí. Me levanté de la cama con un poco más de energía de lo habitual, ansiosa por descubrir qué tendría reservado para mí ese día.
Después de prepararme, tomé un desayuno ligero y me aseguré de estar lista para salir a tiempo. Mientras me dirigía al estadio donde se llevaría a cabo el partido, mi mente estaba llena de preguntas sobre la sorpresa de Jude y qué podría ser.
Cuando llegué al estadio, me dirigí hacia la entrada con una mezcla de nerviosismo y emoción. Jude me había pedido que llegara antes, así que me aseguré de estar allí con tiempo de sobra. Mientras esperaba cerca de la entrada, mi mente divagaba sobre las posibilidades de lo que podría ser la sorpresa.
Finalmente, Jude apareció, con una sonrisa radiante en su rostro. Me acerqué a él con una mezcla de emoción y curiosidad. "¡Hola, Jude!", exclamé, sintiendo una oleada de alegría al verlo.
"¡Hola, Emy! Estoy emocionado de que estés aquí", respondió Jude, tomando mi mano con gentileza. "¿Estás lista para la sorpresa?".
Asentí con entusiasmo, sin poder contener mi curiosidad. "¡Por supuesto! ¡Estoy ansiosa por descubrir qué tienes planeado!".
Jude me condujo hacia el interior del estadio, donde el ambiente estaba lleno de emoción y energía antes del partido. Mientras caminábamos por los pasillos, me sentí abrumada por la anticipación, preguntándome qué podría ser la sorpresa.
Finalmente, llegamos a un área reservada cerca del campo. Jude me miró con una sonrisa traviesa y me dijo: "¡Aquí está tu sorpresa!".
Al entrar en la zona reservada, mis ojos se posaron inmediatamente en el ramo de flores, el peluche y la camiseta del equipo con el número de Jude. Quedé sorprendida y emocionada por el gesto tan dulce y considerado. Me acerqué a los regalos con una sonrisa radiante, sin poder contener mi emoción.
Jude se acercó a mí, con una mirada llena de complicidad y cariño. Sin decir una palabra, nuestros ojos se encontraron y supe que él también estaba emocionado por la sorpresa que había preparado para mí. Sin pensarlo dos veces, me abalancé hacia él y le di un beso en la boca, agradeciéndole en silencio por hacer este momento tan especial para mí.
El calor de nuestros labios se entrelazó por un breve instante, un gesto íntimo y lleno de cariño que compartimos en medio del bullicio y la emoción del estadio. Jude correspondió al gesto con ternura, envolviéndome en un abrazo reconfortante antes de bajar para empezar el protocolo del partido.
Mientras observaba cómo se alejaba para prepararse, mi corazón latía con fuerza, lleno de gratitud y emoción por la sorpresa que acababa de recibir. Me sentí afortunada de tener a alguien como Jude a mi lado.