12

1K 74 43
                                    


"

Fiesta y primera palabra"

[...]

[...]

Un hermoso salón decorado con globos, listones y osos de peluche, dónde estaban varios hechiceros, tanto estudiantes y profesores.

Utahime estaba vestida lejos de su habitual traje de sacerdotisa. Sino un elegante y hermoso vestido blanco, un sus brazos cargaba al pequeño Shiro, que estaba vestido con una versión de mini esmoquin.

Kenji vestía un traje formal con tirantes mientras que su hermano mayor lucía un traje con chaleco, ambos estaban cerca de la mesa de dulces.

Observando las dos mesas de postres, galletas y fuente de chocolate, Utahime suspiró, ¿Que podía hacer cuando Gojo ya había comprado todo eso? No podía dejar que se desperdiciará.

— ¡Ta-chan! ¡Aquí está la hermosa y preciosa hija del gran Gojo Satoru! ¡Himeko Gojo!—.

Todos suspiraron e ignoraron a su vergonzoso maestro, que cargaba a su hija al estilo "del rey león".

Los ojos de todos se posaron en la pequeña niña que parecía una muñeca blanca, gorda y rosada que tenía estaba en los brazos de su papá. Llevaba un hermoso vestido con volantes rosados con flores rojas reales. No pudieron evitar querer pellizcar sus mejillas rosadas, era tan adorable.

—¡Mi hija es tan hermosa!— Gojo elogio a su hija, dando besos en sus mejillas carnosas.

Todos en el salón se reunieron alrededor de Himeko, tratando de llamar su atención y decirle que eligiera su regalo. Para la pequeña, las personas presentes eran todas conocidas, por lo que no tuvo miedo y siguió sonriendo, dejando al descubierto un par de hoyuelos en sus mejillas.

Utahime también se sintió muy feliz al ver a su hija sonreír, cargo en sus manos al bebé mientras veía a los gemelos luchar por sumergir las brochetas de fruta en la fuente de chocolate.

Regalo mentalmente a sus hijos por no comer más sano y a su marido por la idea de traer fuentes de chocolate, caramelo y vainilla.

El salón estaba decorado hermosamente con todo tipo de cosas que le gustaban a su hija, varios globos y mesas de comida, pero lo principal era el centro del lugar decorado con una alfombra roja de peluche, que tenía a una ligera distancia varios objetos distintos, algunos eran tradicionales como calculadoras libros y pinturas que ella había propuesto, mientras por otro lado estaban los regalos que habían traído sus amigos y estudiantes.

Una  caja de cosméticos por parte de Nobara, un arma por parte de Maki, una tarjeta de crédito por Mei. Junto a otros cientos de regalos inapropiados para una niña, ella casi quiso gritarles que era una niña de un año.

Pero el peor de todos fue su marido que trajo de regalo una corona y un pequeño cetro, al ver como resplandecía bajo el brillante color dorado y de distintas piedras rojas y blancas, no pudo decir si era una falsificación muy bien hecha o si realemente había comprado una corona de oro.

— ¿Sabes que tiene un año?—.

— ¿Que tiene de malo que tenga algunos lujos?—.

¡Los lujos normales no incluyen una corona de oro!.

Pero ignorando sus quejas el chamán tomo a su hija.

— Gu...B— la niña grito afectuosamente dando un besó cariñosamente a la mejilla de su padre, con una dulce sonrisa e inocente, e hizo temblar a los presentes de esta sala.

Te esperaré, Nos esperaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora