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"¿Qué significa?"

[...]

[...]

— ¡Feliz cumpleaños!—.

Un tiempo atrás, tal escena habría sido una pesadilla para ella.

El ver a varios clones del chamán que odiaba seguramente le habría causado muchas pesadillas.

Pero ahora está escena era bastante dulce, ver los gemelos que subieron a la cama por si solos con unos dibujos en sus manos y a Gojo cargando al bebé mientras que ella cargaba a su hija.

Despertar el día de su cumpleaños con un escenario así, no fue nada malo.

— Miro lo que hice mamá— Kenji mostró un dibujo de su familia.

Un adorable dibujo, así podría decirlo sino fuera porque solo estaban ella y sus hermanos bien dibujados, mientras que su padre solo tenía un pequeño punto negro el cual habia marcado para distinguirlo .

— Mocoso...— Satoru quería quejarse, aunque esto fue mejor que su regalo del día del padre, dónde le hicieron un "tierno" dibujo de él enterrado debajo de un lápida.

Tenía que controlarse para no volver a intentar tirar a su hijo por la ventana o mandarlo por correo a otro país.

Quizás la mejor opción sea mandarlo a un internado. Quizás su esposa se negaría pero él podría convencerla.

Cuánto más pensaba más satisfecho estaba con su idea, esos niños siempre se peleaban con él por la atención de su esposa.

Utahime pellizcó ligeramente la mejilla de su hijo, dándole un regaño, ya que él debía respetar a su padre, solo cuando vio al niño con ojos llorosos su corazón se calentó de nuevo y le dió un beso en la mejilla.

Observó que Satoru no parecía molestó, en otra ocasión él podría haber intentado lanzar a su hijo fuera de la habitación. Ella estuvo un poco feliz por el extraño rastro de madurez de él.

— Mira el mío, mamá— Tadashi mostró la rosa de papel que él mismo había hecho.

Ella lo aceptó con una sonrisa, dándole un besó en su frente.

— ¡Es mi turno!— salió Gojo con un desayuno— lo hicimos los niños y yo juntos—.

Una torre de panqueques con mucha miel y crema batida junto a una ensalada de frutas.

Con un mensaje escrito con chocolate de feliz cumpleaños, además de un la letra infantil de sus hijos también estaba el obsceno dibujo de unos senos.

No sabía quién era más infantil, si el hombre con quién se casó o unos niños de cuatro años.

— Nanami-san me contó que también le has molestado con unos dibujos—.

— Bueno eso fue porque me estaba ignorando— antes de que ella pudiera gritarle, un sabor dulce entro en su boca.

Era la mezcla de masa con chocolate, crema batida y fresas la que fue metida a su boca por el chamán.

— ¿Es un desayuno para mi o para ti?— Utahime no era una obsesiva de los dulces como Gojo.

— Puede que una parte sea para mi, además, ¿Hay algún regalo que sea mejor que alimentar a tu sensual esposo?— eso explicó el lazo.

El listón blanco alrededor del cuello del chamán, era bastante obvio con el moño que había.

— ¿Te estás dando como regaló?— Utahime quitó el nudo del cuello del chamán, dándose cuenta que las cintas que había usado eran suyas— ¿No es mío está cinta? ¿Me estás robando el look?—.

Te esperaré, Nos esperaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora