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Los celos como muchas otras emociones humanas, son una parte natural de la experiencia humana y pueden surgir en diversas situaciones y relaciones. Sin embargo aunque es normal experimentar celos en cierta medida, no siempre son una experiencia agradable ni deseable.
En la escuela Superior de Hechicería Jujutsu, la reputación de Gojo Satoru como un chamán poderoso y carismático es innegable. Sin embargo, también era conocido por otra cosa, y era su naturaleza celosa con su esposa, algo que muchos descubrieron de una manera no tan agradable.
Varios incidentes habían dejado en claro que no era sabio provocar los celos de Gojo. Desde enfrentamientos verbales hasta amenazas poco ligeras.
A pesar de esto, había algunos novatos que pensaban que aún desafiaban inadvertidamente, solo hasta que aprendieron la lección.
De manera dura y rapida, "no despiertes los celos de Satoru Gojo si deseas mantener la paz en la escuela".
Esto lo aprendió Nanami, quién de cierta manera era inocente. Ya que el consideraba a Iori-san como una mujer talentosa y educada, pero no de manera romántica.
Todo ocurrió en su adolescencia, cuando el era estudiante de primer año.
El ni si quiera sabia porque fue la confusión. Solo que un malhumorado albino vino hasta el con una cara de pocos amigos, preguntándole que pensaba de Utahime.
No sabía si era por la mala expresión de la azabache o la pésima interpretación de Satoru, el pensó que Utahime estaba interesada en él.
Solo que Nanami no era ni tan temerario ni estúpido como para enfrentarse a ese hombre.
Otra de las pobres víctimas de los celos fue Takuma Ino. Aunque no fue herido físicamente, el no podía permanecer cinco minutos al lado de Utahime sin temblar.
Todo ocurrió unos años atrás. Cuando el había quedado bajo su cuidado y el de Utahime.
— ¿No crees que Iori-senpai es bonita?— Takuma hizo un comentario casual. El pensaba que la superiora era bastante bonita tenía un aire de elegancia y un estilo impecable.
Nanami observó al pobre tipo.
— Te daré una advertencia— con una mirada cautelosa intervino— no te acerque demasiado a ella—.
— ¿Eh? ¿Porqué?— el joven de veinte años parecía un poco confundido. Utahime era una profesora amable y carismática bastante popular entre sus estudiantes.
— Ella tiene un Husky Protector— ese comentario causo la confusión del chico con gorra de pasamontañas.
