KATHERINE
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Asher y yo estábamos oficialmente juntos; al inicio la noticia había sido una completa bomba, pero tal y cómo él prometió, cada uno de mis días a su lado estaba siendo perfecto; Asher era detallista, protector y dulce como lo recordaba, solo que ahora todo parecía haberse intensificado aun más y me encantaba la forma en que estábamos construyendo nuestro futuro.
Asher no tuvo ningún reparo en gritar ante todas las cámaras que ahora estábamos juntos y aunque la lluvia de preguntas no se hizo esperar, ambos decidimos mantener nuestra relación lo más privada posible, además, nuestro pasado estaba lleno de secretos que no queríamos compartir con nadie y era mejor prevenir que algo malo sucediera.
Las últimas semanas habían sido excelentes, aunque todavía no estábamos libres del caos y el acoso de la prensa; durante cada uno de los partidos acudíamos a apoyar al equipo de los Raiders y tenía que admitir que poco a poco comencé a entender y disfrutar del juego; me encantaba escuchar los gritos de emoción de mi hija en cada partido y más de una vez terminaba exaltándome igual que ella cuando su padre anotaba un punto y en cada victoria la euforia me llenaba por completo.
En estas semanas los chicos del equipo convivieron mucho más con nosotras por lo que ahora me sentía mucho más cómoda con ellos y lo mismo pasaba con Brenda, Natalie y mi pequeña niña que cada día parecía amar más a todos los jugadores de los Raiders; ellos nos cuidaban y nos protegían como una gran familia; siempre estaban ahí para evitar que los reporteros nos emboscaran y se encargaban de proteger a Rebecca de las cámaras, además parecía que de alguna forma habían decidido que nunca estaríamos solas y era justo por ello que varios de ellos siempre acababan en mi departamento viendo algún partido junto a Rebecca o ayudándome con algunas cosas en casa, aunque lo que más me encantaba es que cada vez que yo me encontraba trabajando, Natalie y Rebecca se quedaban en el estadio viendo a los chicos entrenar y ambas parecían realmente felices con ello; el entrenador era extremadamente amable con ellas, cuidaba de ambas e incluso retaba a los chicos cada vez que alguno de ellos comentaba algo para molestar a Natalie, aunque ninguno lo hacía con mala intención y a decir verdad, al final era más que obvio que competían por sorprenderlas.
Ya se acercaban los últimos partidos que finalmente definirían qué equipo sería el ganador esta temporada y los chicos no solo se estaban esforzando al máximo, si no que también se estaban comportando mucho mejor de lo esperado; tanto que incluso el entrenador estaba sorprendido, aunque mucho de ese buen comportamiento se debía a que no querían provocar algún escándalo que terminara afectando nuestra de por si tensa situación.
- ¿En qué tanto piensas? – preguntó Asher rodeando mi cintura por la espalda mientras continuaba viéndome en el espejo de la habitación
- ¿Estás seguro de querer acompañarme? – pregunté recargándome contra su pecho
- ¿Por qué estás tan nerviosa? – preguntó dejando un beso en mi cuello que alteró mis nervios – Muero de ganas por verte desfilar, ahí, tan bella e inalcanzable, aunque al final, eres mía – comenzó a dejar besos desde mi cuello hasta mi hombro mientras yo cerraba los ojos disfrutando de la forma en que sus labios tocaban mi piel y sus manos acariciaban mi cintura – Eres tan hermosa, tan perfecta para mí – murmuró sin apartarse de mi cuello y al sentir cómo me mordía ligeramente la piel, un jadeo escapó de mis labios
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SECOND HALF
RomanceKatherine nunca creyó que este sería su futuro; con ella siendo una de las modelos más reconocidas del país, pero su vida no siempre estuvo rodeada de glamour y luces; hace mucho tiempo lo único que la rodeaba era el campo y la única luz que tenía e...