★ 06. The Rookie Who Fought Against The Golden Guard

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Hunter:

Cómo le había dicho, su entrenamiento para la pruebas comenzó dos días después. Quería asegurarme de que pudiera defenderse, al menos eso. Así sería más fácil que agarrara el hilo del aquelarre.

Ya se había dado a conocer por otros, y ya casi todos habían confirmado la existencia de esa chica que el Guardia Dorado ocultaba. Así que no me preocupaba que la vieran.

Cuando uno de los Exploradores se me acercó para preguntarme porqué lo había hecho, mi única respuesta fue que ella era una nueva recluta, pero permanecía "oculta" por qué detestaba llamar la atención. Y gracias a mi encanto y posición, el rumor anterior se disipó.

Me sentía más tranquilo, había podido hablar con Belos y no mencionó nada al respecto, se veía tranquilo, como casi siempre. No había tenido encuentros con Kikimora e intentaba evitarla para dejar el tema atrás.

Aquél día, al medio día, me encontraba supervisando las técnicas que utilizaba Odette para entrenar, sí es que lo había hecho alguna vez. Parecía tan sorprendida y emocionada cuando le comenté que la entrenaría, cómo si fuese aquella niña cuya ilusión es aprender algo nuevo todos los días.

Pero el sorprendido terminé siendo yo.

Oddy conocía técnicas de defensa y ataque que solo había visto en el aquelarre, e incluso yo mismo las había puesto en práctica. Era buena, me retracté de haberla subestimado antes.

—¿Dónde aprendiste eso? —pregunté un poco atónito.

—Eh, bueno...—quiso evadirme.

Me había dado cuenta de que no era buena mintiendo. No importaba cuál fuese la circunstancia, parecía incapaz de ocultar la verdad. Su nariz se arrugaba un poco, por eso lo sabía. O al menos sucedía conmigo, ella me hablaba cosas que no me interesaba escuchar, pero aún así, seguía contándome y charlando conmigo como si fuéramos amigos de toda la vida.

—Mi padre trabajaba en este aquelarre —dijo al fin—. Muchas veces llegué a verlo practicar movimientos que en ese momento me parecieron extraños.

Me quedé totalmente frío.

—Las veces que pude verlo, le preguntaba por qué lo hacía y para qué servían, y él decía que en su trabajo, no solamente utilizan la magia para defenderse —siguió, sonaba un poco agitada—. Decía que habían mil formas diferentes, y era necesario aprender más de combates cuerpo a cuerpo, que combates mágicos.

Y tenía razón. Aparte del adiestramiento mágico, teníamos una disciplina que prohibía el uso de la magia para entrenar. Así nos fortalecíamos físicamente, y no dependeríamos solo de lo mágico para ser alguien.

—No comprendo...¿tu padre trabajó aquí?, ¿qué cargo tenía? —pregunté intrigado.

—Era uno de los guardias principales, él decía que era importante —se rió un poco—. En fin, ya no tiene relevancia.

—¡Sí la tiene! —corregí rápidamente—. Por supuesto que la tiene. Él fue un guardia del castillo, sirvió aquí, así que...lo que me dijiste queda fuera de lugar. ¿Me puedes explicar?

Aquello lo dije con cierta molestia. Sí tenía el presentimiento de que había algo que no me estaba diciendo, que aún quedaba un cabo suelto. Si su padre formó parte de nuestro aquelarre, era un guardia reconocido y conocía a la perfección el Sistema de Aquelarres, ¿cómo podrían haberlo petrificado junto con su familia?, no tenía sentido, en lo más mínimo.

—No lo sé, Hunter, hasta ahora tampoco lo entiendo —suspiró—. Supongo que el Emperador hace lo que quiere, cuando quiere y con quiénes quiere, ¿no?

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