5 - Apariencias

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Aziraphale se despertó por el sonido de su despertador; sin embargo, antes de apagarlo, noto un brazo moviéndose y apagándolo por el, luego de eso volvió a abrasarlo. Por un momento se puso nervioso hasta que el recuerdo la noche pasada y el olor de Crowley que ya estaba en toda la habitación le refrescaron la memoria.  Se puso una nota mental que debería ventilar todo el apartamento o sería incómodo para Gabriel cuando viniera.

- Quien usa relojes despertadores en este siglo Aziraphale - Dice Crowley medio dormido -

- ¿Y con qué me despertaría? - se despereza - 

- Con la melodiosa armonía de cualquier tono que tenga el despertador de tu celular - le cuestiona Crowley -

- Odio esa cosa - bosteza - la tengo solo para comunicarme contigo y Gabriel - ¿Cómo te sientes?

- Como nuevo - Dice abrazando más fuerte a Aziraphale oliéndolo, le encantaba su olor, pero aún no sabía a qué olía exactamente -

- Bueno, hora de levantarse - dice liberándose del abrazo de Crowley -

- ¿No podemos estar 5 minutos más? - Crowley estaba disfrutando ver el cabello desordenado de Aziraphale, para lo corto que era este parecía tener vida propia cuando se despertaba -

- Quiero aprovechar mi día libre - toma ropa para cambiarse y va al baño -

Crowley sintió que Aziraphale estaba bañándose, tuvo que controlar cualquier impulso de molestarlo en ese momento y empezó a observar su habitación ahora que había mejor iluminación. Y cumpliendo con cualquier estereotipo de persona que oculta su identidad, Aziraphale no tenía absolutamente nada que no pudiera abandonar con facilidad. Crowley podría alegar que simplemente era minimalismo si no supiera que la identidad de Aziraphale era falsa. Seguramente tenía este apartamento porque podría pagar la renta sin transacciones bancarias, los muebles eran los típicos de una muestra, si no venían con el apartamento apostaría que fue lo que vio en la primera mueblería que se le apareció. No había fotos, tampoco títulos de alguno de sus estudios, ni siquiera televisión, solo libros de medicina y algo de literatura clásica. Aziraphale estaba listo para marcharse cuando lo necesitara sin mirar atrás y eso no le agradaba nada.

Aziraphale salió ya renovado y fresco. Miro a Crowley que por alguna razón que no entendía parecía tener mala cara.

- ¿Todo bien?

- Ha - Crowley salió de sus pensamientos - todo bien - sonríe y toma la ropa del día anterior - si me permites también tomaré una ducha.

- Claro, solo no quedes mucho tiempo, tendrás agua caliente por unos 10 minutos más.

- Entendido.

Aziraphale aprovecho para empezar a ventilar la habitación, no quería hecha neutralizante aun, sabia que seguramente sería una discusión con Crowley si lo hacia, solo esperaria a cuando se fuera.

Fue a la cocina a preparar el café para Crowley y un chocolate caliente para él. Hizo unas tostadas y puso una mermelada. Se recordó a sí mismo que en la tarde iría al mercado.

- Huele bien - Crowley se acercó y tomo una uva que estaba en una fuente que se encontraba alado del café comiéndola -

- No comas es..

Automáticamente, Crowley puso una cara de asco.

- Escúpelo - Aziraphale acerca un plato que iba a lavar -

Crowley lo escupe.

- Lo siento, pensé que era una uva normal.

- Y lo es - tira la fruta a la basura - pero para practicar mi tiempo de saturación hago algunos cortes en frutas que tienen cierto grado de fragilidad  en sus cascaras para luego unirlas  - ríe - casi te comes el hilo.

AvariciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora