drunks always tell the truth.

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AL DÍA SIGUIENTE los chicos se fueron de fiesta a un boliche o como les repetía Jennie, discoteca

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AL DÍA SIGUIENTE los chicos se fueron de fiesta a un boliche o como les repetía Jennie, discoteca.

Se negó rotundamente a ir y se quedó en el hotel sola.

Todos se fueron a la discoteca, les gustaban los lugares con gente, la música alta y el alcohol.

A Jennie no le iba eso, era una persona tranquila.

Se fue a la cocina del hotel que estaba vacía y pidió si podía cocinar galletas con la receta de su abuela.

El hotel era un hotel exclusivo para el equipo y a estas horas nadie iría a comer.

Las cocineras le dejaron y se retiraron.

Jennie se acoraba perfectamente de la receta de su abuela.

Mil veces la había cocinado y justo la llamaron por teléfono.

—Abuela, ¿qué haces despierta a esta hora?—le preguntó Jennie, su abuela también vino a España con ellos pero volvió a Corea.

—No podía dormir y me quede viendo la serie y me acorde de que mi nieta estaba de viaje de trabajo.—le contesto la mayor.

—Me pillas haciendo tu receta de galletas.—dijo Jennie mientras mezclaba los ingredientes.

—¿Y qué haces cocinando a esta hora?

—Mis compañeros se fueron de fiesta y no quise ir, los estoy esperando mientras cocino. Quiero asegurarme que llegan bien.—contesto Jennie provocando una risa en su abuela.

—Siempre tan amable.—dijo su abuela.—Mándame foto luego de las galletas.—dijo su abuela.

—Vale, y tú duérmete ya.—le dijo Jennie y su abuela rió.

—Aquí ya es de día casi, no he dormido en toda la noche.—le dijo su abuela.—Vete a dormir.

—Buenas noches para cuando llegue la noche.—dijo Jennie y su abuela colgó.

Jennie siguió haciendo sus galletas para luego meterlas al horno y se puso a ver algo en su celular mientras se hacía.

Reviso que las galletas ya estaban y las saco para comenzar a comer mientras veía algo en su celular y recibió una llamada.

—Ya verás.—dijo Jennie y contestó.—¿Qué pasó Mati?—le preguntó Jennie.

—¡Jenn! ¡No sabes lo que te estás perdiendo!—le dijo Mati.

Jennie frunció el ceño, estaba borracho.

—Matías estas re mal, vengan a casa.—dijo Jennie con preocupación.

—Che es el mejor momento de la noche, vení vos.—le dijo Matías, apenas se le escuchaba bien, había mucho ruido.

Jennie le colgó el teléfono y fue a ponerse sus zapatillas, no tenía puesto el pijama por lo que salió a la discoteca.

𝐓𝐰𝐞𝐧𝐭𝐲-𝐨𝐧𝐞, 𝐭𝐰𝐞𝐧𝐭𝐲-𝐭𝐰𝐨; matías recaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora