JENNIE KIM es una fotógrafa de orígenes coreanos, sus padres y familiares son de allí pero se mudaron a España y es criada aquí, siempre destacaba por sus rasgos coreanos pero ella es criada aquí, pero habla coreano fluido.
Su padre, un conocido emp...
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JENNIE se despertó por la alarma, otro día más.
Hoy era un día importante, se rodaba el alud.
Jennie ya tenia su vuelo para el día siguiente que eran las semanas de descanso.
Se puso muchas capas, había frío, mucho.
Tomó su cámara y la volvió a observar.
No veía nada que pusiera Matías.
Para ella, las letras en coreano eran de Rosé.
Salió de la habitación y bajo a recepción para encontrarse con Pipe, últimamente no habían hablado mucho.
Se saludaron con un cálido abrazo y subieron al bus para llegar a la montaña.
Habían dos turnos de autobús, el otro era más tarde, era el que todos tomaban.
Menos ellos dos.
—¿Dónde iras en el descanso?—preguntó Pipe.
—Iré a Corea a ver a mi abuela.—contesto Jennie.—Hoy es un rodaje duro.
—No quiero que se vayan.—dijo Pipe.
—Che pero en la premuere se volverán a ver.—dijo Jennie.
—Volveremos, tú también vendrás.
—La premiere es para los actores, no para una fotógrafa de 50 que hay.—rió Jennie.
—Pero te invitaremos.—dijo Pipe mirándola y sonrieron.—¿Puedo hablar contigo después?
—¿Por qué no ahora?—preguntó Jennie.
—Porque no.—dijo Pipe riéndose.—Dale, sos re desesperada.
Llegaron al set y subieron en el teleférico y entraron en la sala de descanso.
Se pusieron como siempre, juntos y Pipe la abrazaba por el hombro mientras que Jennie apoyaba la cabeza en su hombro, mientras él jugaba con su cabello ella pasaba reels graciosos.
Llamaron a Pipe para prepararlo y Jennie se quedó tumbada en el sofá.
Recordó el momento del beso.
Esta vez ninguno iba borracho.
Pero de la nada un nombre se le vino a la cabeza.
Lucía.
—Tremendos cuernos se carga.—dijo Jennie buscando paz con los ojos cerrados.
Abrieron la puerta y vio al trío de locos entrar.
—Sigo enfadada con ustedes.—dijo Jennie sin levantarse.
—No te enfades con nosotros Jenn.—le dijo Fran haciéndole ojitos.
—Me duele la cabeza, déjenme.—dijo Jennie.
—¿Te duele mucho?—preguntó Juani.—Rosé nos contó que...
