gameroom.

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JENNIE se despertó por su alarma y la apago segundos después

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JENNIE se despertó por su alarma y la apago segundos después.

Rosé seguía dormida por lo que no la despertaría por si se encontraba mal.

Jennie se puso unos vaqueros anchos y una sudadera para bajar a desayunar

Picó el botón del ascensor y espero a que llegase.

—Buenos días.

Jennie volteó para ver a Matías a su lado.

—Buenos días.—le dijo Jennie con una sonrisa.—¿Juani les paso todas mis cuentas?—le pregunto Jennie y Matías se puso rojo de la vergüenza.

Llegó el ascensor y ambos entraron.

No era incomodo.

—¿Puedo preguntarte algo?—le preguntó Matías.—Curiosidad nada más.

—Dale, pregúntame.—le dijo Jennie con una sonrisa.

—¿Sabés coreano?

—이게 네 질문에 대한 답이야? (¿Esto responde a tu pregunta?)—le dijo Jennie y Matías se quedó igual que estaba.—Dije, ¿Esto responde a tu pregunta?

—Sí.—rieron.—¿Naciste allá?

—Nací en Corea pero mis padres se mudaron a España, no recuerdo nada, era un bebé recién nacido, por su empresa, era la fotógrafa de allí pero ahora estoy aquí.—explicó Jennie con una sonrisa.

—Y menos mal.—dijo Matías y Jennie se sonrojó.

Llegaron al comedor y ya estaban los chicos ahí.

—¿Y eso que llegaron juntos?—le preguntó Juani a la castaña.

—Coincidimos en el ascensor.—contestó Jennie tomando asiento a su lado.

—¿Tu amiga está mejor?—le preguntó Enzo.

—Aún no despierta, pero eso espero.—contesto Jennie mientras tomaba algo de la mesa para comer.—Se suponía que iríamos nosotras con vosotros a la cena.

—Re bien eso.—dijo Pipe.

—Pero si ella no puede asistir tendré que ir sola.—dijo Jennie con una media sonrisa.—Y tampoco me gustaría dejarla sola aquí.

—No vas sola, nosotros estaremos allá.—le dijo Fran y Jennie le sonrió.

—Che venga porque están tan aburridos.—dijo Juani con ganas de fiesta.

—La fiesta es esta noche, relájate.—le dijo Blas cansado.

—La fiesta comienza ahora, váyanos al salón de juegos, me aburro y tienen ping pong.—dijo Juani.

—Espérate que acabemos de desayunar, en unos meses se nos acabó todo lo que hay en la mesa.—dijo Agustín mientras comía.

—Yo lo comeré por ustedes.—dijo Jennie riéndose.

𝐓𝐰𝐞𝐧𝐭𝐲-𝐨𝐧𝐞, 𝐭𝐰𝐞𝐧𝐭𝐲-𝐭𝐰𝐨; matías recaltDonde viven las historias. Descúbrelo ahora