Capítulo 19 - Soltar

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Abril de 2023, Dolomitas, Italia
Carlos' POV

La luna estaba llena, brillaba con fuerza, iluminando las montañas, marcando su silueta. Esa suave luz no hacía más que resaltar la tez blanca de Alexandra, dejando una preciosa imagen de su espalda, totalmente descubierta por ese precioso vestido negro.

Solo podía pensar en las yemas de mis dedos rozando su columna vertebral, en como su piel se erizaría con mi tacto. Anhelaba recorrer cada zona con mis labios, depositando besos suaves, delicados, agarrar su cintura y no soltarla nunca más.

Suspiré, porque no podía, si hiciese eso Isabel nunca me perdonaría. Odiaba a Lexie, me lo había dejado claro desde el día uno de nuestra relación, nada de acercarse a ella. Y eso había sido una mierda, porque yo la quería, la quería muchísimo, tanto que decidí renunciar a mi vida con ella.

Creo que es la única cosa que odiaba de mi relación, que me alejase de ella. Al principio fue necesario, si no lo hubiese hecho hubiese vuelto a sus brazos, porque si algo sé es que cuando empecé con Isa yo seguía enamorado de esa rubia. ¿Pero después? Con el tiempo se enfriaban las cosas y me hubiese gustado volver a ser su amigo, mantenerla en mi vida de alguna forma.

Al fin y al cabo, antes de dejarnos llevar habíamos sido amigos, incluso de los mejores, y me dolía renunciar a eso.

Pero ahora que podía recuperarla en mi vida mi instinto no hacía más que alejarla. Me sentía mal, porque ella me había pedido en un par de ocasiones que no intentara acercarme con otras intenciones, que eso le hacía sentir mal.

Pero, si ella no quería, ¿por qué se ocupaba en buscarme? ¿Por qué miraba mis labios? ¿Por qué juntaba nuestros cuerpos o unía nuestras caderas? Era confuso.

—Tío disimula que Pierre está aquí y es su chica. —Lando me susurró al oído.

Tuve ganas de vomitar al escuchar "su chica". Lex no era de nadie, era una mujer libre, era asqueroso escuchar eso.

Pero tenía razón, debía dejar de mirarla, así que iba a pasar a hablarle, asunto resuelto.

—Voy a ver las vistas en lo que traen los platos, así aprovecho y le llevo una chaqueta a Lexie, que debe tener frío.

Me levanté, cogí la chaqueta y salí a la terraza, acercándome a ella. Realmente iba preciosa, no podía parar de pensarlo, ni siquiera el cigarro en sus dedos podía quitarme ese pensamiento.

—¿No tienes frío?

Se giró a mirarme un poco sorprendida, no se esperaba mi presencia, eso estaba claro. Era completamente incapaz de no expresar todo lo que pasaba por su mente con sus muecas.

—La verdad que sí, pero no sé, me gusta sentir el frío cuando no voy abrigada.

Lo sabía, en Boston solía hacer aquello. Salir en pleno invierno apenas con una de mis camisetas y un pantalón corto de pijama, adoraba sentir el contraste que le daba la calefacción en su casa con la nieve de su terraza.

—Lo sé, siempre he pensado que estás un poco loca por ello.

Sonreí de lado, venía en son de paz y quería hacérselo saber. Me inundaba la calma cuando estaba bien con ella, fue una sensación muy gratificante ver como sus labios formaban otra sonrisa de vuelta.

—Me encanta ver como la luna ilumina la sierra, es verdaderamente precioso. No sé cuántas fotos tengo de esto en mi móvil. —una pequeña risa abandonó sus labios.

—Verdaderamente lo es. Me da una sensación de paz, ¿no te pasa?

Asintió y dio la última calada que le quedaba al cigarro, apagándolo definitivamente en el cenicero que había encima de una mesa cercana.

Marea Baja || Carlos SainzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora