Volveré a verte...

7

El primer día pasó sin que hicieramos muchas cosas productivas, solamente Rusty me ayudó un poco a reparar un sistema quemado de la nave de fragmento mientras el resto de la tripulación tenían una clase de fiesta. Mientras arreglamos la nave, conversamos un poco sobre el tema del por qué me encontraba allí.

—Qué piensas hacer Nine, una vez que ya te encuentres con Sonic?— Preguntó Rusty.

—Supongo que viviré con él en Green Hill's y haré mi nueva vida allá— Expliqué.

—Pero tú sabes que él tiene a sus amigos en su mundo, tiene su propia versión de tí.

—Para empezar, no hay versión como yo, solo me mudare para estar con él, lo demás está de sobra para mí— Dije un poco molesto por el comentario de Rusty.

—Espero que estés seguro de lo que haces, también espero que este viaje para que te quedes en otro universo, el cual no es el tuyo, no cause ninguna anomalía a futuro con los diferentes universos— Dijo Rusty hablando más seriamente.

—No pasará nada, es solo como una simple mudanza, así como tú vives aquí con los piratas, yo viviré con Sonic— Dije.

Cuando terminamos de hablar el día ya había acabado, por suerte logramos reponer la nave de fragmento, así que terminamos el trabajo de ese día. De un momento para otro empezó una clase de fiesta más alocada, todo el mundo participó en ella excepto yo, me fui hasta una de las puntas más solas de el barco para pensar.

No esperaba encontrar a nadie en este lugar tan solitario, sin embargo gran fue mi sorpresa al ver a cierto zorro ahí también mientras tocaba una guitarra. Cuando lo ví estaba a punto de irme a otro lugar, pero él escuchó el ruido de mis pasos y volteó a ver a mi dirección, nuestras mirabas se cruzaron un momento y, al ser de noche, pude notar cierto brillo en sus ojos color zafiro, me quedé solamente observando por unos minutos, me preguntaba si mis ojos eran igual de brillantes como los de él, o si eran tan tiernos como los de Mangey, o incluso tan hermosos como tú describes a los de tu "amigo". Estoy seguro de que hubiera seguido pensando mientras observaba hasta que él fue el primero en dirigir la palabra.

—Necesitas algo?— Preguntó.

Ahí fue cuando me percaté de que seguía parado como tonto mientras lo veía.

—Ah, no... No es nada— Dije y desvíe la mirada.

Sails se tomó su posición original otra vez, solo que ahora se quedó viendo al agua que reflejaba la luz de la luna, me dirigí de nuevo hacia él y me senté a su lado.

—Oye... Por qué no estás con los demás?— Pregunté.

—No suelen gustarme mucho las fiestas ruidosas que ellos hacen, prefiero... Salir un rato de todos y pensar mientras toco mi guitarra.

—Qué tal tocas tu guitarra?

Al hacer esa pregunta, Sails empezó a tocar una canción, una la cual nunca había oído, pero de alguna forma sonó familiar y me hizo sentir una gran paz internamente por unos minutos. Sails terminó de tocar la canción y dejó la guitarra a un lado, luego me vio de nuevo.

—Qué te pareció? Tú juzga— Me dijo.

—Bastante bien— Expliqué.

Sails me sonrió y luego volvimos a ver el mar de nuevo, hubo un silencio entre los dos, lo único que arruinaba este ambiente tan perfecto era la música de la fiesta.

—Y tú por qué no estás con el resto?— Me preguntó Sails, volteando a verme otra vez.

—No soy una persona que disfrute mucho los eventos sociales, además quería venir a pensar un poco.

—Y qué piensas?

—Sobre lo que pasará al terminar mi viaje, es algo que me ha estado inquietando bastante últimamente... Ya sabes, el no saber cómo reaccionará Sonic o algo similar que pueda perturbar esta imagen perfecta que tengo— Explique.

Salis me tomó del hombro y me aconsejó acerca de mis problemas.

—Oye, hay un dicho pirata que siempre me digo a mí mismo "la vida nunca comenzará si no dejas de aferrarte a lo que hay atrás" si tienes miedo a cerca de tu viaje, entonces no lo hubieras realizado en primer lugar. Para qué quieres irte a un lugar si vas a estar con esas mismas preocupaciones que te atormentan? — Dijo Sails.

Yo veía al mar, ese mar cuyo reflejo era la Luna y las estrellas, escuchaba pacientemente a Sails, sus consejos eran sabios pero no creía que él llegase a entender realmente cómo me sentía. Voltee a verlo otra vez, él me miraba a mí, seguí apreciando sus ojos tan brillantes, eran casi deslumbrantes.

—Tus ojos... Siempre han sido así? — Pregunté con un poco de nerviosismo.

Sails se sorprendió por la pregunta, pero no quiso actuar grosero conmigo, así que respondió de una forma muy amable.

—Pues, yo creo que sí jeje— Exclamó Sails.

—Todos los yo que he conocido tienen algo distinto en cómo son sus ojos— Expliqué.

—Enserio? Y qué opinas? — Preguntó Sails con curiosidad.

—Los tuyos son brillantes, parecen dos diamantes hermosos, los de Mangey son tan tiernos que cualquiera con tan solo verlo se cae de lo adorable que es, el amigo de Sonic, como él lo describía, tenía los ojos más hermosos que haya visto— Expliqué.

—Y qué piensas de los tuyos? — Preguntó Sails.

—No lo sé, no creo que tenga algo en especial—Dije.

—Pues, si me permites, yo al ver tus ojos puedo verte a ti como eres en realidad, tu personalidad y sentimientos, eres bastante expresivo— Dijo Sails mientras movía su mano con orgullo.

—Y eso se supone que es bueno? —Pregunté con mi rostro serio —Que la gente vea como te sientes, tu vulnerabilidad y tus defectos nunca lo he considerado algo bueno— Dije con indiferencia.

—Bueno depende de como lo veas, yo lo veo como una forma de tu intento de ocultar quien eres, pero cuando te veo a los ojos puedo ver esa preocupación que te atormenta tanto, debes empezar a intentar ser más tú y bajarle un poco a esa capa de rudeza que quieres tener como defensa, al encontrarte a tí verás que encontrarás también algo hermoso— Explicó Sails.

Me quedé en silencio, realmente ya no sabía qué decir, algo que supongo que Sails lo notó, ya que también se quedó callado, hasta que tomó de nuevo su guitarra y empezó a tocar una canción, luego empezó a cantar.

Yo escuchaba atentamente a Sails, no quería interrumpir esa hermosa melodía que él estaba tocando, era hermosa y relajante, de alguna forma era una tranquilidad que ni siquiera el estar yo solo en mi mundo la había sentido antes. Pasó la noche y me quedé dormido, ahora pensando en por qué me sentía así, quizás era porque Sails era la primera persona que me escuchaba tan atentamente, me aconsejó tan sabiamente y quería agradecerle, agradecerle por darme la oportunidad de ser yo por primera vez frente a alguien.