¿Porqué no puedo resistirme?

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La pareja llegó a casa, esta vez se tambaleaban al intentar subir las escaleras, Daeyung colocaba su dedo en los suaves labios del rubio suplicando silencio, mientras él rubios reía completamente embriagado, esta vez ambos se adentraron a la habitación de Daeyung en donde la habitación tenía un concepto más dark, iluminación en tonos fríos, una hermosa vista que proporcionaban unos ventanales completos. Daeyung abrió las cortinas llevándose una sorpresa al girarse y encontrarse con un rubio que se había despojado de sus prendas, y caminaba lentamente hacia el, impregnando la habitación de hormonas de excitación, Jimin dejó caer la única prenda que quedaba sobre el, se acercó a su esposo y comenzó a besar con ternura, sintiendo como este halaba su delgado cuerpo hacia el, lo miro a los ojos oscuros y le besó la frente, este le acarició la barbilla y lo volvió a fundir en un cálido y hambriento beso, Daeyung cargo a Jimin, nuevamente el rubio encerró la cintura del mayor con sus piernas, con delicadeza Daeyung colocó a Jimin en la cama, sin dejar de besarlo mientras acariciaba su cabellera, y rostro, Daeyung estaba sumamente excitado y podía sentir su cuerpo arder por dentro, Jimin bajo su mano hasta la hombría de Daeyung, para liberarlo del pantalón, Daeyung jadeó al sentirse libre y más cuando sintió la mano del rubio tomar su erecto pene en sus manos, mientras creaba movimientos lentos de arriba hacía abajo, Daeyung jadeaba en el oído de Jimin haciéndole saber que lo tenía literalmente en sus manos, Jimin se posicionó arriba sin parar sus movimientos regalándole la más alucinante vista al mayor, término de retirarle sus prendas y se arrodilló, paseando su lengua traviesa por la entrepierna de Daeyung, llegando a cubrir con su boca gran parte de la hombría de Daeyung, para ese punto Daeyung estaba perdido, ya no había fuerza de voluntad que lo sacara de ese travesía, solo podía disfrutarlo y dejarse llevar, Jimin lamia, succionaba, y muy suavemente mordisqueaba la hombría de Daeyung, quien no lo resistía más, necesitaba estar dentro de Jimin.

Daeyung lo halo hacia él y lo puso boca abajo con sus rodillas flexionadas, elevando sus glúteos dejándole el paso libre a su entrada, la cual no dudó en acariciar con movimientos circular, Jimin gemía gustoso, mientras Daeyung se encargaba de prepararlo, Daeyung comenzó a lamer la entrada de Jimin, como si de un adictivo caramelo se tratase, lamía y al mismo tiempo con suavidad comenzaba a ingresar un dedo, el cual el rubio recibía con algo de dificultad por lo estrecha que se encontraba su cavidad, luego de unos minutos más Daeyung ingresó el segundo dedo y lentamente hacía movimiento como tijera, ayudando al menor a relajar él área sin parar de lubricarlo con su lengua, hasta que estuvo listo para recibirlo y fue entonces donde lentamente y con mucho cuidado, comenzó a penetrarlo, la sensación que estar dentro de Jimin le proporcionaba era irreal, se sentía tan bien, estaba fascinado, la vista que el menor le regalaba en esa posición era tan excitante, su entrada tornándose roja ante la invasión continua, una fina capa de sudor que dejaba los glúteos de Jimin brillantes como si de aceite se tratase, sus manos aferrándose a la sábana de placer, sus rosados labios semi abiertos y sus embriagadores gemidos lo estaban enloqueciendo.

Daeyung lo halo hacia él y lo puso boca abajo con sus rodillas flexionadas, elevando sus glúteos dejándole el paso libre a su entrada, la cual no dudó en acariciar con movimientos circular, Jimin gemía gustoso, mientras Daeyung se encargaba de pre...

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Jimin abrió sus ojos y no podía recordar mucho, su cabeza dolía y estaba sediento, miro a su lado y se encontró con Daeyung profundamente dormido y desnudó, enseguida se levantó con cautela evitando despertar al mayor, y se colocó la camisa blanca que ya hacía en el piso, sus prendas están esparcidas en el suelo al igual que las de Daeyung, tomó el pomo de la puerta, y asomó su cabeza esperando que no hubiese nadie, para luego salir en dirección a su habitación, una vez llegó a ella se dirigió al baño donde comenzó peinar su cabello y cepillar sus dientes, inevitablemente a su mente comenzaron a llegar recuerdos de la noche anterior.

Una sonrisa de satisfacción se formó en su rostro. finalmente había logrado dar un paso más con su esposo, sin embargo no fue capaz de quedarse y afrontar su reacción, sentía entusiasmos, nervios y hasta un poco de temor al recordarlo, solo deseaba que al despertar Daeyung pudiese sentirse igual, tomó un baño y vistió un conjunto casual unos jeans de mezclilla, una camisa blanca, un suéter verde y unos tenis convers blancos, únicamente portaba su argolla de matrimonio y un reloj, se perfumó y salió a la terraza de su habitación a leer un poco de un libro que le llamó la atención a su llegada.

Daeyung amaneció víctima de una terrible resaca, abrió sus ojos con dificultad ante la molesta iluminación, de pronto pasó su mano por su pecho hacia abajo y abrió los ojos de golpe, al recordar el motivo de su desnudez.

¡No, no, no! ¡No puede ser cierto! — se decía a sí mismo. — ¿Que hiciste estúpido? — preguntó en voz alta dándose una cachetada

Miro a su al rededor preocupado, estaba nervioso, confundido, se sentó al pie de la cama y cubrió su rostro con sus manos, no entendía cómo había llegado hasta ahí, él no era gay, no había forma de que él se sintiera atraído por un hombre, él no era como Jungkook y Jimin claramente no era una mujer, ahora que iba a hacer, ese no era su plan, de hecho hacer a Jimin su esposo jamás lo fue, el solo quería torturarlo hasta que su cuerpo no resistiera provocándole mucho dolor a su gemelo pero, estaba haciendo todo menos eso.

Los gemidos de Jimin se hacían presente en su memoria y un escalofrío recorría su cuerpo, tomó su celular y le marcó a Lee, para invitarla a almorzar, la tomaría y de esa forma pensaba restaurar su ego de macho que sentía haber perdido.

Jimin tuvo que desayunar solo, pues la ama de llaves le notificó que el señor Jeon tuvo que salir de urgencia por motivo de trabajo y no pudo despedirse. Jimin asintió y desayuno en su terraza, sabía perfectamente que no existía tal emergencia, más bien su esposo no era capaz de verle a la cara después de lo que sucedió la noche anterior.

Euphoria KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora