Cena familiar

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Jimin se encontraba en el despacho de Daeyung, los últimos días no habían sido para nada lo que él esperaba, luego haber pasado la noche en la habitación de Daeyung, esté se había dedicado a ignóralo. Ya no lo esperaba a desayunar o no desayunaba, no coincidían en ningún lugar de la casa y era sumamente incómodo porque es como si jugaran al gato y al ratón, ese día se dio la tarea de recorrer toda la casa por su cuenta, era una enorme casa equipada con 6 habitaciones completas, cinco punto cinco baños, dos salas de estar, salón de comedor, despacho, gimnasio, la habitación de arte de Jimin, la habitación de música de Jimin, área de recreación, cocina, área de lavandería, alacenas, pasillos por doquier, y el inmenso jardín que no termino de recorrer, estaba exhausto pero, no pensaba pasar un día más de esa manera, así que si Daeyung no quería hablar él, lo obligaría a hablar a hablar con él, ya que solo habían dos lugares en los que Daeyung solía estar, y es en el despacho o su habitación.

La noche estaba cayendo y Daeyung llegó a casa donde previamente había llamado para dar indicaciones de que pusieran un lugar más en la mesa, una vez llego se dirigió a su habitación en donde tomó un baño y cambio su vestimenta por algo más relajado y casual, optando por una camisa semi formal azul celeste, un pantalón de mezclilla, y unos tenis, camino hasta la habitación del rubio, lo había ignorado por un par de días pero, esa noche haría una excepción ya que tendrían un invitado, se adentró a la habitación la cual tenía muy poca iluminación, observó el libro que el rubio acostumbraba a leer, lo tomó y lo colocó el el tocador, mientras deslizaba ligeramente sus dedos por las blancas almohadas, salió de la habitación y le preguntó a su ama de llaves por Seojun , a lo que la señora respondió con nerviosismo que no tenía idea, Daeyung ordenó enseguida que lo buscaran, comenzó a entrar en pánico.

¿Qué pasa si Jimin recuperó la memoria y huyó? — se preguntaba sí mismo, como si fuera poco el invitado de la noche se estaba estacionando afuera y no tardaría en entrar, Daeyung estaba algo irritado sufriendo un brote psicótico, minutos después Sunhoo se encontraba adentrándose a la enorme y lujosa mansión, siendo recibido por su hermano.

¿Perdón llegó en mal momento? — preguntó Sunhoo notando la inquietud de Daeyung.

¡No para nada te estábamos esperando! — respondió, en seguida se acercó su ama de llaves, tomando distancia prudente le comentó a Daeyung que Seojun no se encontraba en la casa, Daeyung enfureció y golpeó con toda su fuerza la pared estampando su puño. — ¿Como que no está? — exclamó alzando la voz, la señora nerviosa le explicaba que lo habían buscado en las habitaciones que solía estar y en el exterior de la casa y no lo habían encontrado,  Sunhoo al alcanzar a escuchar la situación, se ofreció a ayudar en lo que fuera necesario.

Si es preciso desmantelar la casa entera, se desmantela, pero lo quiero aquí y ahora mismo. — ordenó con muy poca paciencia.

¿Qué sucede? — preguntó Jimin saliendo del despacho, soñoliento mientras se restregaba los ojos. — ¿Qué son todos esos gritos? — preguntó nuevamente mientras los presentes se le quedaban viendo.

Daeyung respiró hondo, apoyando ambas manos en la pared con su cabeza gacha, Jimin lo había sacado de sus cabales, y luego salía como si nada, lo que solo lo lograba irritar más, Sunhoo insistió en que no tenía problema con retirarse, pero Daeyung le insistió que se quedara a acompañarlos.

Sunhoo el es Jeon Seojun, mi esposo. — nuevamente esa maldita incomodidad se alojaba en alguna parte de su ser, aunque la mirada de Jimin y Sunhoo se mostró de lo más normal. — Seojun el es Sunhoo un cliente y futuro socio. — exclamó, el rubio estrecho la mano de Sunhoo quien muy amablemente la recibió. Minutos después pasaron a la mesa donde Daeyung y Sunhoo se había encargado de tratar algunos temas de trabajo, números y más números, Jimin se estaba aburriendo con facilidad, Sunhoo en todo momento se mantuvo atento a todo lo que sucedía en su entorno, desde que entró pudo notar actitudes diría no tan cotidianas, la actitud dominante y controlador de Daeyung le resulta interesante, sobre todo hacia el rubio, quien durante toda la cena se limitó a únicamente respaldar lo que Daeyung respondía por el.

La cena finalizó y según acordaron Sunhoo y Daeyung harían alguno otros negocios, también acordaron que la próxima vez Sunhoo los acompañaría a cenar con su esposa. Una vez se despidió Daeyung se adentró a su despacho, recapitulando el incidente, se dio cuenta que no podía confiarse y dejar el tiempo pasar, no podía dedicarse a usurpar una vida que no le pertenece, porque no era lo que él andaba buscando, el solo tenía sed de venganza y para eso se encontraba Jimin ahí, sin embargo cuando se trataba de Jimin él no podía obrar, es inexplicable la manera en que Jimin lograba hacerle sentir empatía, cuál nunca había sentido por nadie, ni siquiera por Hanna a quien él aseguraba haber amado.

¿Puedo pasar? — preguntó Jimin tocando la puerta, más no tuvo respuesta. — ¿Puedo? — repitió esta vez asomando su dorada cabellera, nuevamente ignorado por el mayor.

¡Es todo! — exclamó adentrándose — No pienso tolerar esta situación un solo día más, necesito me expliques tu comportamiento, o lo lamentaré mucho pero, tendremos que considerar separarnos del todo. — concluyó.

"Tú no me vas a exigir nada a mi." — respondió Daeyung poniéndose de pie apoyando ambas manos en el escritorio, mientras sus oscuros ojos se posaban en Jimin. — Y olvídate de la estupida idea de separarnos, tu lugar es aquí y no espero que te guste la idea, así es y punto.

¿Porqué? — preguntó Jimin confundido.

¡Porque así lo he decidido yo y punto! — exclamó alzando la voz.

Jimin se acercó a él y colocó su mano sobre la de Daeyung intentando mediar la situación. Sin embargo esté no estaba dispuesto y de golpe retiró su mano, saliendo del despacho furioso camino a su habitación, Jimin se dejó caer en la silla frente al escritorio, una incómoda impotencia recorrió todo su cuerpo, enseguida llegó a él una especie de recuerdo, desafortunadamente no tan claro como él hubiese deseado, en esa pequeña fracción de segundos pudo escuchar a menos tres voces diferentes reír amenamente, mientras una de estas voces llamaba con entusiasmo el nombre Jimin, Taehyung y Hoseok.

Euphoria KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora