"Por favor, no me dejes."

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Es jueves, finalmente he recibido una llamada que jamás desee recibir, el señor Park se comunicó conmigo, cómo con cada uno de los amigos de su hijo, tras cinco meses de la desaparición de Jimin oficialmente lo darán por muerto, las autoridades hace dos meses concluyeron el caso. ¿Bajo que argumento? No lo sé pero, así fue y aunque la familia, amigos y yo no queríamos aceptarlo, el servicio de inteligencia que estaba costeando el señor Park, encontró finalmente el cuerpo de Jimin.

¿Que si estoy convencido que es el?

"No, no lo estoy"

Encontraron un cuerpo con su misma contextura, calcinado en una cabaña en el extranjero, aparentemente todo indicó que era la persona que por tanto tiempo anduvimos buscando, en la autopista se detalla que fue vilmente torturado, muchas de sus extremidades fueron mutiladas y sus uñas extraídas, así como su dentadura, definitivamente sufrió mucho pero, sigo creyendo que no es el, no es Jimin, por obvias razones por más que me empeñé en participar en el levantamiento y autopsia no fue posible, yo necesitaba ver más de lo que ese informe nos permite ver, para dar por muerto al amor de mi vida, a la persona que juro estar conmigo por el resto de nuestras vidas, me niego a creer que se rindió, que no lucho, mi corazón me grita que él no se ha marchado, sin embargo la razón suele ser una maldita cuando se trata de sentimientos, y hoy me toca ir a despedirme.

Quizás es una etapa de negación después de tanto dolor, de tanta espera, quizás no sea negación y más bien un presentimiento, o quizás solo esté equivocado y si sea Jimin, con un trágico y doloroso final, quizás si deba asistir y prometerle que no descansaré hasta vengarlo, quizás solo deba asistir y llorarlo hasta que no pueda más, quizás solo deba estar ahí, nuevamente con el, por última vez físicamente, porque de mi alma jamás partirá.

La ceremonia será en la casa de los Park, luego se enterrará su cuerpo en un lugar que jure no volver a pisar, pues el dolor era insoportable, y una vez más abriremos la herida y ahora será más grande.

¿Estás listo? — preguntó Baek, mientras abrochaba su camisa negra. — ¿Como saber cuándo se está listo? — respondió con otra pregunta Jungkook.

Sé que no es lo que quisieras escuchar pero, debes dejarlo ir, el recuerdo del gran ser humano que fue jamás partirá pero, por ti, por tu salud mental y emocional, debes soltarlo. — exclamó Baek.

Jungkook no respondió nada, aunque habían muchas cosas que quería decir, ya no haría intento de hacerse escuchar.

Llegaron a casa de la familia Park, enseguida fueron atendidos por los empleados de servicio, luego se acercó Taehyung, Nanjoon y Yoongi, quienes al igual que todos los demás presentes se encontraban consternados, a pesar de que no podían abrir el ataúd por el estado del cuerpo, para los presentes ya era sumamente difícil él estar ahí y saber que un ser muy querido y respetado, ya hacía sin vida.

La madre de Jimin se desplomó a mitad de la ceremonia, Taehyung y Hoseok, le brindaron atención una vez fue subida a la habitación.

Jungkook intentó con todo su ser contenerse pero,  le resultó imposible, con mucho dolor se aproximó al ataúd, en cual acarició suavemente deseando poder abrirlo, él necesitaba verlo, su corazón estaba dividido, por una parte lo sentía presente, con vida, sonriendo, por otra sentía que se desvanecía y que debía poner los pies en la tierra, sintiendo en carne propia el sufrimiento y agonía de lo que habrían sido los últimos momentos de Jimin, alzó la mirada encontrándose con un retrato de él, en el que sus ojos brillaban cuan nunca nadie lo había hecho, en el que su sonrisa se asemejaba al mismísimo cielo.

Un par de horas más tarde, la familia y amigos se encontraban en el panteón, hasta ese punto el llanto fue incontenible, Taehyung acogió a Hanna en sus brazos, mientras el hijo mayor y el señor Park trababan de consolar un corazón de madre que se caía a pedazos, todos los presentes manifestaron su dolor, los chicos estaban muy abatidos.

¡Por favor, no te vayas, no me dejes! — exclamó Jungkook de rodillas ante la lápida de Park Jimin. — ¡Me juraste que nunca me abandonarías! — reclamo apretando la rosa que tenía en su mano, clavando las espinas sin sentir dolor alguno. — "Vuelve, se que este no eres tú" — se dejó caer, con su frente en el suelo mientras las lágrimas desfilaban sin intención de parar.

¡Jungkook es momento de dejarlo partir! — exclamó Hoseok tratando de levantar a Jungkook. — "El no se ha ido" — renegaba entré hipidos. — ¡Hyung debes aceptarlo!

"Jiminshi" ¡Por favor no te vayas amor! — suplicaba con las últimas fuerzas que le quedaban. — Por favor no me dejes mi amor, te lo suplico, yo no sé vivir sin ti, no creo poder, por favor no me abandones. — suplicó entre un llanto desgarrador.

Aunque cada uno sufría a su manera, el señor Park no pudo evitar escuchar las palabras de Jungkook y claramente no las dejaría pasar por alto. — ¿Quien te crees que eres para hablarle de esa manera a mi hijo? — reclamó airado, en un tono moderado ya que no quería un escándalo ante los presentes.

¡Creo que es mejor calmarnos, ahora no es el momento ni el lugar! — exclamó Hoseok intentando controlar la situación.

¿No te hagas el sordo, te hice una pregunta?

Jungkook alzó la cabeza, chocando su mirada con el hombre que tenía frente a él. — ¡No me creo, yo era la pareja formal de su hijo! — el hombre sintiéndose asqueado y ofendido, le soltó un puñetazo a Jungkook, en ese momento los chicos se acercaron a tratar de mediar la situación, la madre de Jimin estaba perdida, no comprendía que estaba pasando y Hanna por su parte no sabía cómo reaccionar, le resultaba difícil de procesar todo, finalmente Mei nunca mintió y Jimin tenía otras preferencias que todo el mundo ignoraba, y no podría haber sido capaz de reprocharle nada pues ella también se alejó y aprendió a guardar secretos, por otra parte, ella había comenzado a tener sentimientos por Jungkook y eso era lo más triste aún, que Jungkook jamás la amaría como amo a su hermano. Se reprochaba a sí misma porque nunca pudo notar el amor de Taehyung hacia ella, porque no se fijó en el, que siempre la amo.

"No le puedo responder de la misma forma" — exclamó Jungkook limpiando el rastro de sangre. — Primero, porque no tengo cabeza para lidiar con su homofobia, segundo por respeto pero, la realidad es que durante su hijo y yo estuvimos juntos, fuimos los seres más feliz sobre la faz de la tierra y eso es algo que no estoy dispuesta a discutir ni con usted ni con nadie. — exclamó acomodando su saco, mientras limpiaba las últimas lágrimas y abandonaba aquel lugar en el cual, por mucho que le doliera, ya descansaban las dos personas que más había amado en toda su vida.

Euphoria KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora