Natalia Gutierrez una piba "milipili" que de eso no tiene nada, decide mudarse a fuerte apache a vivir con su hermana "la china", sin imaginar que iba a encontrar el amor.
Tome otro sorbo de mi birra sintiendo como me quemaba la garganta, pero poco me importo, volví nuevamente mi vista así el portón y no había nadie, suspire y saque mi celular.
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Guarde con rabia mi celular, se re nota que ya se estaban olvidando de mi, pero¿por qué tan rápido? Si hace solo días me eh mudado aquí. Me dolía ya que eran mis mejores amigos desde nenes.
— Tas' bien nena? – oi como me susurraba Danilo en el oído causandome cosquillas, asenti con la cabeza y tome otro sorbo de la birra.
El hizo lo mismo para después reposar su cabeza en mi hombro, mire a mi alrededor, casi todos estaban falopeados, algunos bailando y otros comiendose la boca.
— Quere' bailar nena? – mire a china que era de unas que bailaba junto a Anabella.
— Dale – conteste y me pare de las piernas de Danilo para dirigirme a dónde estaban ellas.
Narra Danilo:
Vi como Nati llegó junto a la china y Anabella y juntas empezaban a bailar al ritmo de la canción, ví como mi castaña movía sus caderas en sinfonia, sus curvas resaltaban cada que se movía.
Lola, esta noche quiero besuquearte toa Acariciar tu cuerpo hasta dejarte loca Recorrer tu cuerpo sin dejar ni tu sombra.
Hasta llevarte a mi cama Lola, esta noche quiero besuquearte toa Acariciar tu cuerpo hasta dejarte loca Recorrer tu cuerpo sin dejar ni tu sombra, Hasta llevarte a mi cama.
Lola, lalaralala, Lola, lalaralala Hasta llevarte a mi cama Lola, lalaralala, lola, lalaralala Hasta llevarte a mi cama Te llamo y tú me llamas.
Mientras te vistes más llamativa, a mí y más me llamas Te vistes bien ligera, Lolita mantén la calma Que se te ven los pechos que desarrollas del alma Jugosa diosa, calcetín vistosa se desarma.
Se me paro y el corazón también, siguieron bailando hasta que la música se terminó, nunca olvidaria eso de mi mente, ví como mi Wacha no wacha se alejaba de las demás y regresaba conmigo.
— Ehhh tremendo bailecito', ¿cuando me hace' a mi uno privado? – ví como se ralamio los labios (maldita, eso solo hacia que mis ganas de comerle la boca aumentarán) y empezaba a jugar con el cordón de mi ramera.
— Cuando vo' queras' – me contestó encogiéndose de hombros, me rei y pase un mechón rebelde por su oreja.
— Que tal se la está' pasando? – pregunto cochi llegando con nosotros.
