⁀➷𝐘𝐎𝐔 𝐁𝐄𝐋𝐎𝐍𝐆 𝐓𝐎 𝐌𝐄 (Danilo Sánchez)

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐝𝐨𝐜𝐞

Narra Natalia:

— Entonces ya puedo irme no? - pregunte por milesima vez al doctor.

— Si, Natalia usted ya puede irse - contesto con tono cansado.

Di un grito de alegría y empeze a aplaudir.

Vi como el doctor rodo los ojos y salió del cuarto, dejándome sola.

Hoy no me habían venido a visitar nadie, en parte era bueno pues también necesito mi espacio y no quiero que siempre estén conmigo sabiendo que tienen cosas más importantes que hacer.

Mamá no se había Aparecido hace semanas, eso era bueno o malo?

Bueh no importa.

Hoy Danilo tenía partido y yo obviamente no podía ir porque todavía no me daban el alta, y justo cuando me estaba regañando por no estar presente en los partidos de mi novio.

El doctor entro y me informo que ya me podía ir.

Agarre el bolso que me había dejado china con ropa y empeze a buscar que ponerme para irme al partido.

Me decide por una remera blanca corta sin mangas y unos shorts cortos, me puse las zapatillas y me empeze a arreglar el pelo.

Me lo recogí un poco ya que me gusta mi pelo suelto, pero hacia calor.

Por último me rize las pestañas, me eche rimel y gloss.

Agarre la campera que me había regalado Carlos por mi cumple, por si más tarde hacia frío y salí del cuarto.

Camíne hasta la parada del bondi y esperaré a que llegara un tren, cuando llegó uno me subí y por primera vez pague.

Si esto no es un desarrollo de persona nose que es.

••••

Cuando llegue a mi parada me baje y camine hasta Liniers, entre y empeze a mirar a mi alrededor para encontrar a Danilo.

Al parecer aún no iniciaba el partido, pero ya habían muchas personas en las gradas.

A lo lejos ví como de vestidores algunos pibes salían pero ninguno era Danilo.

Supongo que se habrá quedado aún adentro siempre es el último en salir y siempre lo retan por eso.

Camíne hacia vestidores emocionada, abrí la puerta y lo ví de espaldas guardando su ropa en su mochila.

Me acerque despacio a el, tratando de no hacer ruido.

Cuando estube lo suficientemente cerca le tape los ojos con mis manos.

— ¿Quien sos? – pregunto confundido.

— adivina – conteste.

— Nati? – yo quité mis manos de sus ojos y me puse al frente de el.

— Pero nena ¿Que haces acá? Vos tenés que estar descansando – dijo mientras me abrazaba.

— No ya no, el doctor me dió hoy el alta y por eso pensé en venir a verte – explique sonriente.

— Y que bueno me alegro, ya estrañaba verte en las gradas – dijo y se acercó a mi empezando a exparcir besos por mi cuello.

— Yo también extrañaba eso – suspiré.

Después de unos segundos los besos en el cuello pasaron a mis labios y...