5 Interior

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Zans le dijo que era hora de irse y simplemente salió del Club, Chui lo siguió y miró hacia atrás al salir dándose cuenta de que ambos se seguían a todos lados desde hacía un tiempo. Era sábado a la noche y podría quedarse, el jefe le había dado permiso y podía dormir todas las noches que quisiera pero... Se giró a ver al chico alto que lo esperaba junto al auto, era temprano y sabía que a Zans no le gustaba quedarse tanto en el Club.

-¡Vamos! Quiero irme de una vez- Dijo Zans subiéndose al auto. Chui se apuró y se tiró en el asiento del acompañante, había estado todo el día pensando en la noche anterior y...
-Hace frío, mierda- Sonrió frotándose las manos
-¿Ves? Podríamos dormir juntos y calentitos, pero a ti te da miedo que te toque -se burló Zans sintiendo su rostro colorado de inmediato. Chui abrió grande los ojos y la boca y comenzó a reír, no había bebido tanto como para soltarse y hablar así pero...
-¿Por eso querías apagar la calefacción antes de salir? Mierda, lo planeas todo al detalle -rio
-¡No! Quería apagar esa mierda porque dentro del departamento está como a cuarenta grados -
-Si, claro -dijo con sarcasmo- Me haces sentir como una chica tonta a la que convences para llevar a la cama – abrió la botella que había traído y bebió un largo trago ignorando la risa nerviosa de su compañero.
-Dame de eso- tomó también- yo no hago esas cosas, parecen más de tu estilo ¿A qué le tienes tanto miedo? -le devolvió la botella sin esperar una respuesta. Chui miró hacia otro lado riendo ¿Que a qué le tenía miedo? Carajo... esa era una estúpida pregunta. Le dio un largo trago deseando calmarse. Le gustaba ese Zans que sonreía todo el tiempo y hacía chistes cuando tomaba un poco, casi más que el que lo chupaba como la noche anterior. Volvió a beber.
-¡Vamos más rápido! ¿Para qué tienes un auto como este si no vas a pisarlo a fondo? -le dio la botella- Quiero llegar y dormir en la cama hoy -soltó.
-No sé qué planes tienes, pero yo no voy a dormir en el sofá -le dio un sorbo y se la devolvió
-¿No querías dormir calentito? ¡Acelera ya!... tengo frío -miró a la nada haciéndose el distraído mientras casi vaciaba la botella, necesitaba aliviar sus nervios.
-Carajo, eres insoportable como siempre – lo miró seguir tomando, sonrió levemente y apretó los dientes evitando morderse los labios con deseo mientras aceleraba.

Entraron en el departamento y Zans ni siquiera lo dudó. Cerró la puerta tras de sí y se abalanzó contra Chui que recibió su beso con ansias mientras caminaban hasta la habitación. El abrigo de ambos quedó en el suelo y se tiraron en la cama sin dejar de besarse desvistiéndose por completo. La noche anterior se había escapado corriendo hasta el sofá y esta vez no lo dejaría irse tan fácil, al menos no hasta sentirse completamente satisfecho.

Chui le siguió el beso mientras forcejeaban por reducirse el uno al otro hasta que terminó dándose por vencido apretado entre los brazos de su compañero. Zans sentía la adrenalina de tenerlo y suspiró deslizando una mano por su espalda, por su cintura, apretando su trasero y siguiendo la línea por la pierna, sosteniéndola para llevarla sobre su cuerpo tal como siempre había querido. Chui se sentía femenino, suave y extraño, gimió al sentir la mordida de Zans en el labio y cerró los ojos mientras los besos caían por su cuello, su compañero parecía desesperado por besarlo como jamás nadie lo había hecho. Lo tomó del cabello dejando que subiera sobre él dejándose besar por el pecho, sintiendo las lamidas, las mordidas en su pezón que lo hicieron gemir.

Zans lo giró apoyándose en su espalda y respiró sintiendo el olor de su piel. Quería poseerlo, quería tenerlo por completo, saber que lo tenía. Bajó los besos hasta sus caderas, lo anhelaba, quería hacerlo desde hacía tanto... Una de sus manos se perdió entre las nalgas de Chui que comenzaba a ponerse nervioso y las abrió para llegar a donde quería.
-Z... Zans -susurró el pelirrojo, su respiración comenzaba a agitarse al sentirlo tan cerca de su trasero– Zans espera... -. El chico alto se negaba a escucharlo bajando sus besos a cada segundo, llegando al trasero de Chui que se removía atrapado bajo el peso que dejaba caer en la mano con la que le apretaba la espalda –Zans no... espera, debería tomar más, no puedo yo...- se agitó al saberlo demasiado cerca de su intimidad. Zans subió hasta su oído
-Lo sé... -susurró– Pero hay que intentarlo, déjame y así...-
-No, no estoy listo -soltó el aire que contenía. Zans lo observó, era increíble lo que veía: el pequeño demonio Chui, aquel al que le temían, aquel que peleaba con todos y jamás se estaba quieto, ahora se atemorizaba y esperaba expectante a sus movimientos. Dejó escapar una sonrisa al verlo.
-Nunca vas a estar listo -mordió su espalda. Chui dejó escapar un gemido y olvidó los nervios cuando los dedos llegaron húmedos a su trasero, acariciándolo, tocándolo, estimulándolo de una forma que pocas veces había sentido antes.
-Rayos Zans -ese sentimiento de ser una puta no se iba de su cuerpo excitándolo, elevándolo. Gimió abriéndose más que la última vez mientras sentía los dedos empujándose en su interior. Zans se movió girándolo de costado y se acostó detrás de él abrazándolo, rezando para que no saliera corriendo. Chui lo dejó acomodarse girando su rostro esperando el beso que Zans le dio al instante y luego chupó los dedos que le ofrecía para llenarlos de saliva excitándose, "Es el alcohol" se mintió mientras observaba como se mordía el labio con lujuria.

Chui se tocaba furioso, moviendo su miembro incluso temblando de nervios con los ojos cerrados con fuerza. -Diablos... esto no es para mí - susurró al sentir la presión en su interior de algo que ya no eran los dedos y el placer que temía sentir comenzaba a crecer agitándolo, más grande de lo que imaginaba. Zans dejó escapar un jadeo al verlo de ese modo y le quitó la mano mientras besaba su cuello.
- Relájate –observó cómo tensaba todo su cuerpo mientras lo humedecía- pon tu mano aquí -la puso en su muslo- agárrame, apriétame si quieres, empújame o córreme... lo último que quiero es hacerte daño -susurró y volvió a besarlo mordiéndolo y pegándose a su cuerpo, siendo ahora él quien lo tomaba del miembro moviéndolo con suavidad al mismo ritmo en que se movía, deslizándose suavemente en su interior. Chui gimió y lo tomó con fuerza, apretando las nalgas de Zans que dejó escapar un sonido al sentirlo. El pelirrojo lo sentía respirar junto a su oído, y poder apretarlo le hacía sentir que tenía el control ayudándolo a relajarse.
-A... Así -susurró sintiendo el placer de los movimientos que aumentaban el cosquilleo. Zans se mordió los labios y pasó una de sus manos por debajo de Chui abrazándolo, encontrándose con su mano que se dejó entrelazar con fuerza. Quería protegerlo, que sintiera que podía confiar en él y el pelirrojo se relajaba más a cada instante, dejándolo entrar centímetro a centímetro hasta que Zans sintió que era suficiente.
-Voy a moverme -dijo balanceando sus caderas casi sacándolo por completo y volviéndolo a meter. Chui abrió grande su boca apretando fuerte la nalga de Zans como si quisiera alejarlo, pero él lo detuvo apretándolo contra su cuerpo y continuó moviéndose lentamente. -No tengas miedo -olió su cabello rojizo- no voy a hacerte daño -lamió su oreja excitado. Había esperado tanto tiempo que de nada serviría si ahora perdía la paciencia y apretando sus manos entrelazadas continuó moviéndose mientras lo tocaba. Chui se sentía extraño, la voz de su compañero era suave, dulce, y supuso que así le hablaba a su antigua novia para hacerle lo mismo y movió sus caderas buscando el placer de sus caricias acostumbrándose a él.

Ambos jadeaban ante las sensaciones, ante el placer que los envolvía elevándolos a cada segundo.
-Demonios, ya no puedo...- apretó los ojos atrapado en los brazos de su compañero.
Zans salió de su interior para humedecerlo de nuevo con ese aceite que escondía entre sus cosas y poco a poco volvió a intentarlo, abriendo su boca al ver que lo recibía con placer, girándole el rostro para poder besarlo.

-Diablos, mírame... -le pidió– Tus ojos son tan malditamente hermosos cuando estás excitado -continuó moviéndose cada vez más rápido– Quiero romperte -lo mordió, no podía creer al fin haberlo dominado. Chui no dejaba de apretar la mano en el muslo de su compañero y sus gemidos comenzaron a sonar a cada segundo más agudos, perdiendo el control, sintiendo las caricias y jadeando lo soltó para tocarse extasiado sabiendo que acabaría pronto. Las embestidas se sintieron más fuerte, más profundas y su respiración se entrecortaba, su cuerpo se tensó llegando al orgasmo derramándose sobre la cama, con fuerza, con furia, con su boca abierta sin poder creer lo que habían hecho. Zans lo mordió perdiendo el control al sentirlo desde el interior y sin pensarlo su subió sobre él dando embestidas entre jadeos y gemidos tomándolo del cabello con fuerza. Chui cortó la respiración al sentirlo de ese modo y abrió grande los ojos al sentirse inundado por su compañero, que con furia se derramó en lo profundo sin dejar de gemir, sin dejar de decir su nombre, sin dejar de respirar de ese modo en su oído hasta dejarse caer sobre su espalda. Gimió sintiendo el líquido en su cuerpo, caliente, húmedo, se mordió los labios descubriendo que le encantaba, sentir a Zans agitado y satisfecho era difícil de procesar pero ¿A quién podría mentirle? Era lo mejor que había sentido en esa maldita cama.

Si de todas formas iremos al infierno (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora