4 Tocar

24 3 0
                                    

-Ese Viejo de mierda -se quejó- ni siquiera me dejó explicarle nada ¡Ya pasó más de una semana! ¡Y me corrió como a un perro! -
-Eres un idiota, sabes que no te dejará entrar hasta que me vaya, si quieres me voy y puedo... -
-¡No! No te iras –se tiró en el sofá- ahora es personal -. Zans preparaba algo en la cocina y la curiosidad pudo más que él, se levantó acercándose por la espalda- ¿Qué haces? -
-No sé algo que aprendí, no voy a comprar pizza todas las noches y creí que estaría solo -Probó lo que cocinaba y le dio a probar a Chui que sin dudarlo abrió la boca atrapando la cuchara con sus labios. Sus miradas se encontraron y Zans se contuvo de morderse el labio al verlo pero no pudo evitar una sonrisa que lo terminó delatando.
-¿Qué te ríes?- arrugó el entrecejo mirándolo hacia arriba
-De nada ¿Cómo está? -preguntó mientras lo ignoraba siguiendo con lo suyo, sintiendo la mirada de Chui sobre él- No creo que alcance para los dos -Se volvió a reír- Pero te comparto hasta donde llegue -se giró chupando la cuchara y sirviendo en un plato, no podía evitar mirarlo de ese modo, desear acercarse a su boca. Quería tocarlo más que antes y aunque Chui fingía que no pasaba nada, para Zans besarlo había sido de lo mejor y no le importaba que el precio sea dormir en el sofá una noche por media.
-Esta bueno, si falta hay muchas cervezas -tomó un par de la heladera- y hay pizza de ayer también -le quitó importancia y se sentó junto a él- Si sabes cocinar deberías hacerlo más seguido -abrió la boca metiendo una gran cantidad de comida y asintió mientras masticaba deleitando el buen sabor.
-Come bien, eres un cerdo -lo regañó- y te estás comiendo todo -lo imitó metiéndose un gran trozo de carne.
-¡Hey! ¿Y yo soy el cerdo? Mira la terrible bocota que tienes, podría entrarte cualquier cosa ahí -se burló haciéndolo reír y tomó la botella. "Quiero Chuparte" recordó y se ahogó con la cerveza. Zans lo miró negando con la cabeza.
-Demonios -le golpeó la espalda- eres un cerdo -confirmó.

Al terminar la cena Zans limpió como siempre y se fue al baño ya listo para irse a la cama. Al salir se encontró a Chui quitándose los zapatos junto al sofá.
-Súbele a la calefacción, no voy a dormir con ropa es muy incómodo -dijo sacándose la camiseta. Zans hizo lo que le pedía y al girarse, los pantalones de Chui volaron por su lado aterrizando en la silla y se quedó observándolos un segundo, todo su mundo se quedó en pausa hasta que logró negar con la cabeza volviendo en sí.
Chui se reía sin darle importancia- cuidado -se recostó en el sofá en ropa interior tapándose por completo automáticamente- justo te diste vuelta -. Zans suspiró al verlo cubrirse sintiéndose incómodo ¿Lo hacía por él? ¿Para qué no lo vea? Tragó saliva. No tenía en cuenta lo que podría pensar Chui sobre todo lo que había pasado entre ellos y cómo lo veía desde momento, obligándose incluso a dormir en el sofá para no tenerlo cerca.
-Vamos Chui -se paró frente a él- vuelve a la cama, no seas idiota -
-No quiero volver a la maldita cama -arrugó el entrecejo.
-Olvidemos lo que pasó en el Club ¿Está bien? -lo observó enojarse aún más- haremos de cuenta que no pasó, tampoco lo del auto -
-¡Cállate! -se levantó- No pasó nada en el auto ni el Club ¡ni en ningún lado! -lo señaló.
-Está bien –remarcó abriendo las manos dándose por vencido- olvídalo, vuelve a la cama, puedo irme mañana si quieres-. Chui negó con la cabeza- ¿Cuál es el problema? Si no pasó nada entonces sigamos como antes -
-Que idiota, no hagas como si no lo supieras -lo acusó poniéndose más nervioso que antes.
-¡Solo vuelve a la maldita cama Chui! -se alteró, jamás le hacía caso, pero esta vez hablaba en serio- No voy a volver a hacerlo, lo siento ¿Está bien? ¡No voy a volver a hacerlo! – bajó la mirada muriéndose de culpa
-¡Ese es el maldito problema Zans! -se enfadó- ¡no sé si no quiero que lo hagas! ¡No puedo volver a la cama! -lo miró titubeando al darse cuenta de lo que dijo. Zans levantó la mirada y de dos pasos se acercó abalanzándose contra él besándolo, tomándolo fuerte del rostro.

Chui lo recibió perdiendo los dedos en el cabello negro, acercándolo a su boca, recordando el sabor mientras su lengua lo recorría con deseo, desatando esa pasión que le había mostrado en el auto motivando a Zans a seguir. El más alto bajó las manos deslizándoselas por la espalda hasta llegar a su trasero, lo apretó sin dejar de besarlo y comenzó a caminar por el pequeño departamento directo a la habitación. Chui suspiró al sentirlo y sus nervios se dispararon.
-Creo que no tomé lo suficiente para esto –susurró ya agitado por la excitación de los besos. Zans solo lo miró con el cabello desordenado y la mirada algo perdida asintiendo una y otra vez, subiendo las manos para dejarlas en su cintura pero sin dejar de dirigirlo y se dejó caer con a él sobre la cama.

Chui abrió la boca al sentir que rozaba su miembro con la punta de los dedos y de a poco se animó metiendo la mano que temblaba bajo los pantaloncillo que Zans usaba para dormir. Sus respiraciones se acoplaron al sentir el calor de la mano del otro, sus miradas se encontraron radiantes, moviéndose al son de su excitación, el placer se abría paso ante la vergüenza y los inundaba mientras sus ojos seguían pendientes el uno del otro.

La lujuria aumentaba empujándolos a volver a sus bocas, húmedas, calientes, besándose con torpeza ante el placer que aumentaba. A ninguno le importó cuando sus gemidos comenzaron a resonar cada vez más fuerte acoplándose el uno al otro. Zans veía los ojos del pelirrojo que brillaban ante él cubiertos de placer, con esa misma expresión que antes había visto en el Club, sintiendo su lengua por el rostro excitándolo, mordiéndolo y sabiendo que estaba a punto de acabar en sus manos.
-No pares, no pares -susurró entre gemidos. El pelirrojo negó con la cabeza mientras lo mordía aguantando sus ganas, jadeando, y Zans suspiró al sentirse al borde hasta dejarse caer con un gruñido de placer sin poder contenerse, incrédulo de lo que sucedía.

Chui sintió el líquido caliente entre ellos. La expresión de placer de su compañero era más de lo que podía soportar y gimió ante la vista. Zans lo observó complacido y se abalanzó a besarlo desesperado, cegado aún por la lujuria bajando por su pecho lamiéndolo, limpiándolo, aumentando su calentura. Chui suspiró al ver lo que haría y su corazón se largó a correr como un loco sin dejar de removerse bajo su cuerpo.
-Diablos... - miró el techo al sentir sus caricias impaciente de que lo lamiera y gimió tomándolo del cabello al sentir el interior caliente de su boca. Zans continuó subiendo y bajando como a él mismo le gustaba, metiéndolo casi por completo, disfrutando de su sabor, de escucharlo gemir. Se alejó para lamerse los dedos bajo la mirada atenta del pelirrojo y los deslizó poco a poco por debajo de Chui poniéndolo nervioso, pero las caricias parecían perfectas, sabía cómo hacerlo y el placer comenzó a crecer a cada segundo, sus gemidos aumentaban y las manos que tomaban el cabello de Zans ahora lo presionaban contra sus caderas, levantando el cuerpo para darle espacio a seguir entrando, invadido por el placer constante que crecía a cada segundo, sintiendo cómo seguía a la vez metiéndoselo en la boca, ahogándose con él terminando de volverlo loco.
-Diablos espera, espera...- dijo con sus piernas tensas y temblando, intentando parar a Zans que parecía no querer detenerse. -Zans...- susurró al sentirse por completo en su boca y se derramó complacido en su garganta, con furia, gimiendo fuerte con los dedos aun en su trasero satisfecho como nunca antes. Zans seguía lamiendo y se tragó todo casi sin darse cuenta, sacó los dedos que habían entrado en Chui quitándole un último gemido y se acercó a él completamente rendido a sus pies. El maldito se veía hermoso agitado sobre la cama.

Chui estaba extasiado y confundido. Sentía el rostro caliente de la vergüenza y no quería hablar, Zans se acercó para besarlo nuevamente y él lo alejó alterado corriendo el rostro.
-Mejor vuelvo al sofá -dijo, su corazón seguía acelerado pero ahora de forma diferente. Zans lo miró confundido y un temblor recorrió su cuerpo intentando calmarse.
-No... -susurró arrugando el entrecejo intentando acercarse- ¿Por qué...? - sonrió
-¡No me toques! maldita sea- lo corrió parándose de la cama completamente desnudo, tomó su ropa interior y se fue buscando un cigarrillo dejando a Zans inmóvil.

¿Qué rayos había sido eso? ¿Por qué había huido de ese modo? Volvió a sonreír sin poder evitarlo, relamiéndose el dulce sabor del pelirrojo en sus labios, no podía creer que al fin había logrado tocarlo, haber descargado al menos un poco de ese deseo que lo volvía loco. Lo sabía, no sería fácil conseguirlo, pero ya no podría echarse atrás y debía ser suyo por completo.

Chui se tiró en el sofá mientras fumaba, no tenía idea de cómo enfrentar lo que sentía y tampoco le importaba en ese momento, se sentía sucio e incómodo, siguió fumando confundido. Ya no le apetecía ir a dormir al Club ni tampoco en ese maldito sofá, pero en ese momento había sentido la necesidad de huir, huir de Zans como fuera así sea sólo unos metros.

Si de todas formas iremos al infierno (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora