34 El jefe

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–¡Chui! –le sonrió desde el sillón en donde aún seguía bebiendo– te estaba esperando imbécil ¿De nuevo te peleaste con ese idiota? –negó con la cabeza en una actitud divertida y Chui sonrió acercándose a él. – Creí que ahora se llevaban bien –se cruzó de piernas
–Carajo ¿Me llamaste por eso? –
–Por supuesto que no, pero ya sabes lo que pasa con esto –bebió de su vaso y lo observó ponerse serio corriendo la mirada– ¿Quién empezó? –
–No tiene sentido si ya lo arreglamos –le quitó importancia y el jefe comprendió que tal como decía el Viejo, era algo más que una pelea de niños ¿Por qué no querían hablar de eso?
–No, no creo –siguió mirándolo con esa fina sonrisa y expresión de fastidio haciendo que el pelirrojo se removiera incómodo.– Carajo –se levantó observándolo de reojo– ¿Qué fue lo que pasó? –se acercó a la barra tomando una botella. Chui lo observó suspirando
–Nada, si fue el Viejo el que te dijo algo... –
–Siéntate –lo interrumpió, esperó serio a que lo hiciera y suspiró sirviéndose el vaso– Uno de los dos tiene la culpa y hay que terminar el asunto –lo miró dándole a entender lo que pasaría.
–No fue por nada, peleamos y ya pero... –
–Vuelves a decir "nada" y te parto el hocico –soltó. Chui tenía los ojos de su madre, pero todo el resto era igual a su padre y odiaba esa forma de borrar las expresiones sin dejarlo averiguar lo que pasaba por su mente.
–No fue nada –lo miró a los ojos– y ya lo arreglamos, fue un malentendido –. El jefe apretó los labios y reaccionó lanzándole el vaso que aunque Chui intentó cubrirse le dio fuerte en las costillas.
–¿Qué mierda te piensas? –se acercó veloz y lo tomó de la nuca obligándolo a arrodillarse junto a la pequeña mesita de cristal– ¡¿Qué soy un idiota?! –lo empujó más mientras Chui se resistía por instinto– Me llamó el maldito Viejo ¡incluso vino recién! Solo para decirme que su niñito está lastimado por tu culpa ¡¿y tú me dices "nada"?! –lo levantó y lo empujó con fuerza golpeándolo contra filo de la mesa haciendo trizas los cristales al golpear contra su cabeza, sorprendiendo al pelirrojo que intentó protegerse– Si te pregunto qué pasó tú me dices lo que pasó, y si digo algo más ¡tú me respondes con un "si, jefe"! ¡¿Entendiste?! –
–Si jefe –tembló
–¡Ahora dime! –lo sostuvo aún por la nuca apretando los dientes– ¡dime que fue él quien se equivocó en algo! cuéntame lo que pasó ¡dime lo que sea y sabes que te creeré! –
–Solo peleamos como siempre por una idiotez, ni siquiera me acuerdo –dijo entre dientes resistiendo con sus brazos, tomando la parte metálica de la mesita con fuerza creyendo que volvería a golpearlo contra los vidrios que quedaban en ella– no fue nada –respondió temblando por el esfuerzo y el jefe suspiró incorporándose para darle una patada en el estómago dejándolo en el piso, dándole algunos golpes más aún enfadado.
–Si sigues así voy a tener que matarte –se acercó a él agachándose en el suelo– ese maldito idiota hijo de puta siempre tiene a su papi para protegerlo, pero tú no, así que cálmate –lo miró asentir mirando los vidrios que habían quedado clavados en su mano por donde sangraba.
–No hice nada –intentó sentarse sintiéndose agitado– ni siquiera es por trabajo, es... es otra cosa...– se removió mareado por el golpe contra la mesa y el dolor en su vientre.
–Dime qué demonios fue y haré que golpeen a ese imbécil peor que a ti, pero dime que rayos fue –lo miró esperando una respuesta, odiaba que el Viejo defendiera tanto a Zans y estaba esperando una excusa para darle su merecido.
–Nada –lo miró– no pasó nada –repitió echándose la culpa.
–"Nada" el Viejo habló antes con ese idiota y dijo lo mismo "no pasó nada" –suspiró con rabia– Es la oportunidad perfecta para una revancha ¿Sabes cuántas veces te he golpeado por pelearte con él? –lo observó negar.
–No fue su culpa –se levantó adolorido– fue mía –caminó sintiéndose humillado– Ninguna de las veces fue su culpa –se quitó algunos vidrios de la mano mientras el jefe se dejaba caer en su sillón.
–Ven siéntate aquí, vamos a terminar con esta mierda así que quédate callado –le entregó un cigarro y le ofreció fuego cuando se sentó a su lado con las manos sangrando.
–Diablos ¿No podrías haber hecho otra cosa? casi me cortas la maldita cara –se relajó como pudo en el pequeño sillón, intentando contener el temblor en su cuerpo.
–Te dije que cierres la boca, tengo que mantener al Viejo contento o prenderá fuego todo –se removió volviendo a su lugar al escuchar el auto con ese chirrido molesto.
–¿Y por qué haría algo como eso? El Viejo te quiere como si fueras su hijo –soltó dando una larga pitada aún con el pulso temblando. El jefe lo miró un segundo sonriendo, "Como si fuera" pensó, el chico no sabía nada y esperaba que siguiera así, suspiró, nada le daría más rabia que uniera los lazos y termine relacionándolo con Zans.

Si de todas formas iremos al infierno (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora