CAPITULO 36

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Con un plan cuidadosamente coordinado, Morgan utilizó su poder de aire para confundir a la aterradora criatura, mientras que las ninfas del bosque entonaban una melodía de aves que tenía un efecto tranquilizador sobre ella. Juntos, lograron someter a la Manticola.

Una vez que la criatura estuvo bajo las influencias de las ninfas, la condujeron hacia las profundidades del bosque, devolviéndola al lugar profundidades del bosque, devolviéndola al lugar donde originalmente había surgido.

Con la ayuda de la bruja blanca, convocaron al poderoso dios Helio. Este antiguo ser divino intervino y, con su inmenso poder, selló la cueva con una fuerza aún

mayor, asegurando que nadie más se aventurara a liberar a la criatura maligna en el futuro.

De este modo, la Manticola quedó condenada a desaparecer con el paso de los años. Edon frunció el ceño con preocupación al presenciar cómo se llevaban a su querido monstruo.

La furia y el desconcierto se reflejaron en sus ojos mientras la Manticola era alejada. Sin embargo, su inquietud se intensificó cuando un aullido más fuerte resonó en el aire. Era el llamado de guerra de Hede, hacia sus cachorros.

La respuesta fue inmediata y letal. Las bestias salvajes que se encontraban antes cerca de la Manticola, al escuchar el llamado, se abalanzaron sobre los renegados. La batalla en medio del bosque cobró vida, con rugidos, colmillos y garras entrelazándose en una lucha feroz. En ese crítico momento, Edon susurro entre dientes.

-Esto no está bien. -Con impotencia, observó cómo su formidable ejército de renegados, que había formado a lo largo de los años, era derrotado ante sus propios ojos.

La desesperación comenzó a apoderarse de él mientras presenciaba la caída de sus lobos. Sin embargo, el miedo lo paralizó cuando vio acercarse a la majestuosa loba blanca, cuyos ojos brillaban destellos rojos como fuego.

Un escalofrío recorrió su espina dorsal y lo llevó a retroceder ante la inminente amenaza. La loba estaba claramente enfurecida por la muerte de Zeus.

Justo cuando Edon se preparaba para transformarse en su forma de lobo en un intento desesperado de defenderse. Hede, abrió su enorme boca y emitió un rugido estremecedor.

En ese momento, la sorpresa y el horror invadieron a Edon cuando su lobo interior se separó de su forma humana y, como si fuera atraído por un

imán invisible, caminó lentamente hacia Hede.

Con un gruñido, Hede convirtió al lobo de Edon en una extraña energía que fue absorbida por ella, dejando a Edon sin su capacidad de transformarse y completamente impotente.

Él estaba asustado, viendo cómo esa loba consumía el alma de lobo ante la vista de todos.

Los lobos renegados que quedaban tenían miedo de que les quitaran su parte animal y fueran divididos.

Edon apenas podía pararse, ya que el equilibrio en su interior sin su lobo se había roto. Sentía que estaba incompleto.

-Devuélveme a mi lobo. Como loba, no puedes hacer eso. Va en contra de la raza. Debes darme mi lobo, te lo ordeno -vociferó Edon desesperado, tratando de recuperar su lobo interior.

Sus palabras resonaron en el aire sin respuesta. La loba lo miraba sin inmutarse.

Luego Hede le cedió el control a Danna, quien tenía una sonrisa divertida en su rostro.

-Edon, Edon, Edon, ¿dónde quedó tu valentía y las ganas de gobernar? -Soltó una carcajada malévola

-. Recuerda que soy híbrida y tu lobo estará mejor conmigo que siendo parte de un traidor, capaz de matar a su propia familia por ambición y poder.

DANNA, La Alfa Reina De Los Lobos Sin HumanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora