CAPITULO 35

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Danna sentía que el corazón se le quería salir por la boca. La idea de perder a Eros la llenaba de angustia, y además, su hija se encontraba en medio de una batalla de lobos, ella estaba

completamente inmovilizada.

-Esa es la prin ... cesi ... ta ... ¿Es la princesita? -

logró articular Duncan.

Danna salió del trance y lo miró. Sus ojos se encontraron brevemente con desasosiegos. Sin embargo, su atención se desvió rápidamente cuando volvió a escuchar la vocecita de su hija.

Giró la cabeza hacia dónde provenía el sonido, su corazón latiendo con fuerza en su pecho.

-Zeus, apúrate, vamos donde papi, debo ayudar a papi -el gran lobo gris la llevaba con cuidado, esquivando a los renegados.

Orión también escuchó a la princesa y corrió a toda velocidad hacia ella.

Sus sentidos agudos captaron la amenaza inminente antes de que sus ojos pudieran confirmarlo. Vio a un lobo renegado detrás de Zeus, a punto de saltarle encima. Sin perder ni un segundo, Orión se lanzó hacia adelante.

Con una agilidad impresionante, interceptó al lobo, agarrándolo por el cuello con sus poderosas mandíbulas. Un gruñido feroz resonó en el aire, y en un movimiento rápido y certero, Orión le asestó un mordisco letal. Sin vida lo lanzó en el aire como si fuera una hoja seca, demostrando su fuerza impresionante.

Zeus llegó a donde Danna y Duncan estaban, se inclinó para que Eos descendiera cuidadosamente de su espalda.

La niña vio a su padre desplomado, casi sin vida, y con ojitos llenos de temor se acercó a él.

Puso sus pequeñas manitas temblorosas sobre el pecho de su papi y empezó a moverlas.

Cuando vio la herida enorme sangrando, el miedo la invadió por completo. Sus ojos se llenaron de lágrimas, mientras que con sus labios temblorosos comenzó a decir.

-Sana, sana, papi guapo, ¡Tienes que sanar ya!

- veía a tu papi guapo tan malherido que no sabía

si podía sanarlo.

Danna, puso sus manos protectoras con ternura en los hombros de Eos para darle un poco de seguridad. Mientras tanto, Orion y Zeus, se enfrentaban a los renegados que se acercaban.

La oscuridad del bosque se llenaba de sonidos de lucha y gruñidos feroces.

-Papi, Eos te va a sanar, pero quiero decirte algo. Te vas a enojar con la princesa, pero me vine apresurada y se me olvidó avisarle a la abuelita.

No te enojes, ¿de acuerdo? -ella lloraba tristemente mientras pasaba sus manitos por el pecho de su padre.

Danna tenía el corazón roto al ver a su hija llorar amargamente por Eros. Era evidente cuánto amor sentía su hija por su padre, y presenciar su sufrimiento le resultaba insoportable. El lazo entre Eros y su hija era profundo y fuerte.

-Majestad, debemos sacar a la princesa de aquí, ella es un objetivo directo -Duncan comentó con urgencia en medio del caos y la tensión que los rodeaba.

Danna sabía que debían sacar a su hija de ese lugar peligroso lo antes posible, cuando fue a tomar a su hija en los brazos escuchó.

-Cachorrita, tu abuela debe estar alarmada buscándote. ¿Qué haces aquí? -la voz ronca y débil de Eros dejó a Danna y a Duncan paralizados hasta que Eos habló sacándolos de su trance.

-Taran, tarannn, papi guapo está curado, ¿viste mami que ya sé curar otras heridas más grandes y feas?

-Expresó ella con una sonrisa pícara estaba orgullosa de sí misma, mientras su padre la miraba preocupado.

DANNA, La Alfa Reina De Los Lobos Sin HumanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora