CAPÍTULO 41

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Ares, con paso decidido, llegó al viejo roble y buscó sus vestimentas, camino hacia la mansión y se adentra, subió las escaleras y camino el pasillo hasta llegar a su habitación, su mirada recorrió la estancia sintiéndose vacío, y un suspiro escapó de sus labios mientras se dejaba caer sobre la cama con una mezcla de emociones en su interior.

La sorpresa inundó sus sentidos, pues ahora comprendía que el destino lo había unido a su mate por casualidad, no porque hubiera percibido el vínculo. La idea de ser la pareja destinada de esa pequeña loba que había aparecido en su vida

de forma inesperada lo llenaba de incertidumbre y deseo.

En la penumbra de la habitación, Ares buscaba en su mente la manera de acercarse a ella sin despertar temores ni desconfianza. Su corazón latía con fuerza, y mientras se sumía en sus pensamientos, sabía que el camino hacia el corazón de su inesperado mate sería un desafío que estaba dispuesto a afrontar con paciencia.

La mañana siguiente, Ares se despertó con ojeras marcadas que atestiguaban una noche de pensamientos inquietos. La imagen de la dulce y triste omega estaba tatuada en su mente y corazón. Se levantó y se encaminó hacia el baño

para asearse.

Una vez listo, salió de su habitación y se dirigió hacia el comedor, donde los demás ya se encontraban sentados. Sus ojos buscaron instintivamente a la pequeña lobita, y su mirada se cruzó con la de ella por unos efímeros segundos. Una cálida sonrisa se formó en los labios de Ares, pero su gesto no pasó desapercibido. Gina bajó la cabeza tímidamente, sus mejillas se ruborizaron.

-Buenos días, buen provecho -logro decir Ares sentándose en la mesa.

-Tío Ares, te tengo una maravillosa noticia. ¿A que no adivinas? -dijo con entusiasmo Eos.

La pequeña voz aguda y alegre de Eos rompió la atmósfera en el comedor, atrayendo la atención de todos. Quienes estaban ansiosos de escuchar

cómo iba a dar esa noticia.

Ares giró la cabeza hacia la princesa y se encontró con una sonrisa que iluminaba el rostro de la niña, curioso y emocionado por la sorpresa que se avecinaba, respondió con una sonrisa.

-Estoy seguro de que no puedo adivinarlo, así que cuéntanos. ¿Qué maravillosa noticia tienes para mí?

-iVoy a ser hermana mayor! ¡Voy a tener una hermanita que jugará con mis juguetes!

- exclamó con ternura en el rostro y los ojos llenos

de ilusión.

-Mi amor, ya te dijimos que no sabemos todavía si será niña o niño, igual la tienes que querer - expresó su padre con una sonrisa cariñosa, le recordó la importancia de amar a su futuro hermano o hermana sin importar el género. La pequeña, sin embargo, ya tenía planes en mente.

-Papi guapo, lo sé, pero si es hermanita podré jugar a las muñecas con ella -afirmó haciendo puchero, luego giró la cabeza a su madre para preguntarle -. Mami, ¿falta mucho para que llegue?

-iPronto Cachorrita! Pronto estará con nosotros -dijo con una sonrisa radiante, acariciando su abdomen todavía plano.

-¡ Bueno! -Ahora Eos giró su cabecita para mirar a padre -. Papi guapo, si es llorona, la podemos dejar con mami y tú te quedas conmigo. Si se porta bien, la podemos llevar a pasear con nosotros.

Eros, al escuchar las ocurrencias de su hija, soltó una carcajada y los demás estallaron de risa por lo divertido como lo dijo.

-Eros y Danna, después de comer, necesito conversar con ustedes sobre algo extraño que pasó anoche en el bosque -declaró Ares.

DANNA, La Alfa Reina De Los Lobos Sin HumanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora