CAPITULO 4

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Una tarde, Gin entró en la habitación de Danna y le dijo que fuera a la habitación del alfa,

que él la estaba esperando. Danna se mostró incrédula por la inusual invitación, pero fue

rápidamente hacia allí. Al abrir la puerta, se encontró a Lamia acostada en la cama de su

mate. Refunfuñó en su interior y se preguntó a sí misma: "¿Qué hace esta mujer aquí?"

-Danna, qué agradable sorpresa.

Danna sintió que cerraban la puerta a su espalda y presintió que era una trampa. Sin decir

nada, dio la vuelta y caminó hacia la puerta. Tomó el pomo y lo intentó abrir, pero estaba

cerrado.

-¿ Tienes miedo de estar encerrada conmigo, estúpida omega? -murmuró Lamia con

malicia.

-iNo! Solo que no quiero tener problemas con el alfa -respondió Danna con nerviosismo.

Lamia se levantó de la cama y se acercó a Danna con una mirada despiadada.

-Oh, no te preocupes, ya me encargaré de que tengas muchos problemas con él. Estoy

harta de que te entrometas en mi camino. Eros es mío, él me ama solo a mí y tú no eres

nada más que una omega insignificante. Olvídate de quitarme mi lugar en esta manada.

Te di la oportunidad de un mes para marcharte, pero veo que quieres morir.

Danna sintió una mezcla de indignación y miedo ante las amenazas de Lamia. Sabía que

esta loba era peligrosa y estaba dispuesta a todo para conseguir lo que quería. Sin

embargo, Danna también tenía orgullo y no iba a dejarse intimidar fácilmente.

-No te equivoques, Lamia. No estoy tratando de quitarte nada. Eros y yo tenemos una

conexión especial, y él ha decidido estar conmigo. No te atrevas a interferir en nuestra

relación -respondió Danna, intentando mantener la calma.

Lamia la miró con desprecio y se acercó aún más, haciendo que Danna retrocediera un paso.

-No te hagas la valiente, omega. No eres más que una molestia para mí. Pero puedo

hacer que tu estancia aquí sea un infierno. Si te quedas, te arrepentirás cada día de tu vida.

En ese momento, dieron dos golpecitos a la puerta. Lamia rápidamente se alborotó el

cabello, sacó un cuchillo y se aproximó a Danna.

-¿ Qué vas a hacer con ese cuchillo? -soltó Danna con temor en la mirada.

-Tu muerte.

Lamia, rápidamente, le puso el cuchillo en la mano derecha, sin soltarla, la subió a la altura

de su hombro y se clavó el cuchillo a un costado mientras vociferaba.

-Danna, no me mates. Hablaré con Eros para que tú seas su Luna y me iré de esta

manada. -En eso abrieron la puerta y Lamia se soltó de Danna y cayó al piso con

lágrimas en los ojos -. Me quitaré de tu camino, pero por favor no me sigas lastimando.

Soy inocente, no tengo la culpa de que Eros me quiera como Luna.

Eros estaba entrando cuando escuchó a Lamia. Salió corriendo a socorrerla cuando la vio tirada en el piso.

DANNA, La Alfa Reina De Los Lobos Sin HumanidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora