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Choso revolvió los cabellos de (__), quien hizo un leve mohín con sus mejillas

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Choso revolvió los cabellos de (__), quien hizo un leve mohín con sus mejillas. Se había esforzado bastante en su peinado para que el azabache viniera a destruirlo por completo.

—Par de tórtolos, hay una misión que hacer —les regañó Maki, señalándolos con una katana.

—No estábamos haciendo nada romántico —se quejó (__), avergonzada por el regaño de la mayor.

—Díselo a tu querido Choso. Tienen que estar al pendiente. No sabemos a qué clases de maldiciones nos enfrentamos —les recordó.

Choso solo gruñó. Maki solo pudo pensar que había sido mala idea traer a (__). El Alfa estaba más irritado de lo normal y no estaba cooperando para nada en la misión que se les había asignado.

Comenzaron a caminar en silencio cuando empezaron a sentir cómo caía del techo una sustancia viscosa, alternándolos por completo.

(__) rápidamente tomó su rifle con firmeza, preparada para enfrentarse a cualquier maldición. Sin embargo, de repente, sintió cómo su cuerpo era jalado contra la pared, desapareciendo de la vista de los mayores.

Choso y Maki no pudieron reaccionar a tiempo. Sintieron cómo eran tomados y separados por completo.

Cuando (__) fue consciente de su situación, pasó sus manos por su cabello con desesperación. La maldición que la había arrastrado no parecía querer mostrarse por completo.

La menor tuvo que poner el rifle en su espalda. No podía disparar sin más. Aquello podía dañar a Choso y a Maki.

Comenzó a observar la habitación en busca de una salida, aumentando su energía maldita para atraer a la maldición y servir como carnada. Así les daría más tiempo a Choso y a Maki para resolver la situación.

Poco a poco vio cómo algo viscoso empezaba a moverse por el techo, tomando nuevamente por sorpresa. La llevó a otra habitación donde pudo ver a varias maldiciones. Sacó un revolver de su cinturón y empezó a disparar para exorcizarlas.

Cuando vio que ya no quedaban más maldiciones, observó la habitación. No le quedaba de otra que atravesar la pared. No sabía dónde la mandaría la maldición la próxima vez que incrementara su energía maldita. Esta vez decidió disminuir al mínimo su energía maldita.

Una vez tuvo todo planeado, golpeó con todo su cuerpo la pared, atravesándola por completo con su brazo izquierdo. Observó cómo en la habitación había cuerpos de personas cubiertos de una sustancia viscosa, con signos vitales débiles. Tenía que actuar rápido.

Sacó de su bolsa una alabarda y aumentó de nuevo su energía maldita. Estuvo al pendiente del movimiento de la maldición y, una vez intentó tomarla de nuevo, actuó. Hizo que revelara su cuerpo verdadero, alejándola de los civiles y atravesando el hoyo de la pared que había hecho, atrayendo consigo a la maldición.

Esquivaba sus ataques con torpeza, intentando hacer el mayor daño posible con la alabarda antes de usar su rifle. Maki y Choso no parecían estar cerca, así que no podía contar con su ayuda.

Cuando finalmente tuvo la oportunidad perfecta, usó su rifle y exorcizó a la maldición. Suspiró con fuerza y cayó de rodillas. Las habitaciones empezaron a cambiar, notando que ahora sí había puertas y salidas.

La puerta se abrió, y (__), volteando sutilmente, notó cómo Maki y Choso entraban.

—¿Estás bien? —preguntaron los dos al mismo tiempo. Choso se acercó a ella y se arrodilló, analizándola cuidadosamente.

—No se preocupen, solo estoy cansada. Tengo que mejorar mi resistencia; me duele toda la parte izquierda de mi cuerpo. Los civiles están en la pared atravesada —dijo con una sonrisa sutil, señalando con su mano derecha hacia donde estaban.

—No te muevas demasiado; puede que tengas algo fracturado y, por la adrenalina que sentías en ese momento, no sintieras nada —habló con preocupación Choso, levantando con delicadeza el cuerpo de la menor—. Llama a Nitta.

Le dijo desesperado a Maki, mientras veía cómo (__) comenzaba a cabecear.

—Está bien —aceptó Maki al ver que el cuerpo de la menor no iba a resistir mucho tiempo consciente. Después de todo, seguía siendo de la casta Beta, y no tenía la misma resistencia que un Alfa o un Gamma.

 Después de todo, seguía siendo de la casta Beta, y no tenía la misma resistencia que un Alfa o un Gamma

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Mordidas  [ Choso x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora