Mordidas [ Choso x Lectora]

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(__) había cumplido su palabra de disculparse con Yuji y su hermana. Sin embargo, después de eso, seguía sin hablar con Choso ni con ellos. Prefirió apartarse de su hermana y su Alfa. No salía de su habitación a menos que fuera necesario, e incluso evitaba tomar misiones donde estuvieran involucrados Choso o Yuji.

(__) había tomado la decisión de cortarse el cabello. Sin Gigi y Choso para ayudarla a peinarse y arreglárselo, se había convertido en una molestia.

—Realmente te afectó la ruptura con tu Alfa, al parecer —mencionó con cierta burla una de sus mejores amigas desde la primaria.

—No solo fue con él, sino también con mi hermana —respondió, jugando un poco con su frappé mientras balanceaba ligeramente sus pies.

Observaban cómo los niños jugaban desde aquella maceta. Había estado saliendo y yendo a diversos lugares desde muy temprano para despejarse. En ese momento, solo estaban tomándose un descanso. Todavía tenía varios lugares a los cuales quería ir.

—Bueno, qué se le puede hacer. Decidió pensar con el corazón y no con el cerebro —manifestó Ann.

—Al parecer —suspiró (__).

—Hay cosas que uno no quiere contar y deben respetarse. No entiendo por qué tu cuñado y tu hermana se ponen en ese plan —expresó con descontento la joven Omega.

—No quiero ni imaginarme qué harían esos dos con alguien que ha sufrido algún tipo de abuso y no quiera expresarse —profirió aquellas palabras con un tono de voz cansino, reflejando su falta de energía para seguir lidiando con aquel problema.

—Debieron esperar tus tiempos, no los de ellos —habló con voz imperiosa Ann, mientras observaba cómo (__) volvía a agachar su mirada.

—Si soy sincera, no sé si me duele más lo de Gigi o lo de Choso. No tengo muchas ganas de volver al colegio de hechicería —expresó con voz temblorosa, mientras pasaba una de sus manos por su cabello. Todavía no se acostumbraba a tenerlo así de corto.

Sabía que su madre la reprendería una vez viera el corte que se había realizado, ya que a ella no le gustaban los cortes degrafilados y en capas, donde le habían quitado algo de volumen a su melena.

—No vuelvas si no quieres. Va a doler, pero hay personas que sobreviven al rechazo de su destinado. Él pudo haber sido más empático contigo y no lo fue. Decidió ponerse de parte de su hermano sin dudar. Incluso podrían tener una discusión más fuerte en el futuro con Yuji y no iba a poder responder por ti. Te lo dejó demasiado implícito —articuló Ann con molestia.

—Creo poder comprenderlo de cierta forma. También dudaría en anteponer a mi hermana sobre otra persona; después de todo, son familia y son bastante unidos. Creo que es mi karma por querer usar a Gigi para justificar mis citas con Choso cuando estamos fuera de la academia —dijo (__) con voz jadeante, reflejando su malestar emocional.

—A veces las cosas simplemente están destinadas a ser. Se iban a conocer de todas formas e iba a pasar esto tarde o temprano, así que no te sientas mal. Estoy aquí para ti, aunque no logre comprender del todo el mundo de la hechicería o siquiera tu problema con tu casta —habló Ann con un tono de voz afable para su amiga, mientras le desordenaba el cabello. Realmente tenía que ingeniarse algo mejor para evitar que se viera tan desorganizado.

Al menos, entre todo lo malo, ya no iba a sufrir por tratar de desenredar su cabello y peinarlo. Así que tenía un problema menos en esos momentos, pero se había agregado uno más con su madre.