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(__) sintió las manos de Yuta acariciando reconfortantemente su espalda tras sufrir varias arcadas

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(__) sintió las manos de Yuta acariciando reconfortantemente su espalda tras sufrir varias arcadas. Ninguno de los dos albergaba dudas sobre la situación: indudablemente se trataba de un embarazo inesperado. El cambio en su aroma y las frecuentes náuseas matutinas que había experimentado semanas después de su llegada a Kenia eran indicios inequívocos.

—Lamento involucrarte en esto —se disculpó con sinceridad ante el azabache, quien esbozó una sonrisa apenada.

—No te preocupes. En ausencia de tu pareja, solo intento aligerar un poco tu carga —respondió Yuta algo cohibido, mientras (__) limpiaba delicadamente sus labios con un pañuelo.

Las náuseas matutinas resultaban sumamente desagradables. Anhelaba que pasaran rápidamente, aunque era consciente del peligro que implicaba su estado sin la presencia de su destinado y padre de su futuro hijo. No sería fácil, pero sabía que podría sobrellevarlo.

Sin embargo, desconocía la reacción que tendrían Miguel o su profesor Gojo ante la noticia. Un bebé no estaba contemplado en esos momentos y podría afectar significativamente su rendimiento durante los entrenamientos y las misiones para exorcizar maldiciones.

—Te lo agradezco profundamente —hizo una breve pausa—. No obstante, estoy considerando hablar con el señor Miguel y el profesor Gojo sobre esto. Creo que no podré ocultarlo por mucho tiempo.

Yuta asintió, comprendiendo que era algo difícil de disimular. Realmente no sabía si Miguel ya lo había notado y simplemente lo ignoraba hasta que ella decidiera comunicarlo.

Por otro lado, estaba el profesor Gojo, quien esperaba mejores resultados. Seguramente se sentiría decepcionado ante esta situación. Ahora, la decisión sobre su futuro recaía enteramente en (__). En sus manos estaba tomar una determinación que podría ser acertada o completamente errónea, con la cual tendría que lidiar el resto de su vida.

—¿Has seguido considerando el traslado a Kioto? —inquirió Yuta, sabiendo que ella había solicitado aquello inicialmente y su profesor le había ofrecido una alternativa para que aclarara sus ideas y reflexionara mejor.

—Sí, sigo pensando que cuanto más lejos esté de mi hermana y de Choso, mejor —respondió (__) con evidente pesar. Jamás imaginó verse inmersa en una situación tan desagradable y problemática. Nunca antes sus desavenencias con su gemela habían perdurado tanto tiempo.

Sin embargo, se negaba a ceder y ser la primera en disculparse, consciente de que tenía razón y que sus sentimientos y motivos para ocultar su casta a Choso eran válidos.

Choso podría aceptarla, pero los demás no. Además, tarde o temprano tendría que reportar su casta, lo quisiera o no. Yuji y Gigi no lo habían hecho hasta que ella diera ese paso, pero si lo hacían, ella se vería obligada a seguir su ejemplo.

Habiendo crecido con un temor constante a la muerte, le resultaba difícil confiar en que otros conocieran su situación. El gobierno podría tomar medidas drásticas si las consideraban una amenaza a ella y a su hermana. También existía la opción de no reportar su casta, como hacían otras mujeres de su jerarquía que vivían en el anonimato. Por eso había decidido inicialmente convertirse en hechicera.

Prefería sucumbir a manos de una maldición antes que ser fusilada o confinada en campos de contención. Sus exhaustivas investigaciones sobre el tema la habían sensibilizado en exceso, resultando en una experiencia traumática.

Quizás no debió haber indagado tanto; tal vez todo sería diferente. Pero no tenía alternativa. Debía protegerse a toda costa, y más aún ahora que esperaba a su primer hijo.

—Entiendo... —musitó Yuta tras un momento de silencio—. La situación en la academia también se ha vuelto compleja desde que Gigi estrechó su amistad con Nobara y Maki. Es lamentable que no te hayan concedido una tregua.

—Está bien, es comprensible que tomaran partido por lo que consideraban correcto. Además, Yuji también se involucró, lo que complicó aún más las cosas, dado que suele llevarse bien con todos —suspiró (__) con pesar.

—¿Esperarás a que Choso te busque? —preguntó Yuta, observando cómo (__) se encogía de hombros.

—No quiero alimentar falsas esperanzas. Tampoco deseo que se posicione a mi lado solo porque soy su destinada y vamos a tener un hijo juntos —pronunció las palabras con amargura.

La idea de que Choso se sintiera obligado a permanecer con ella bajo estas circunstancias resultaba sumamente desalentadora. Prefería conservar los recuerdos agradables antes de que la situación se tornara insostenible de por vida.

 Prefería conservar los recuerdos agradables antes de que la situación se tornara insostenible de por vida

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⏰ Última actualización: Aug 12 ⏰

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Mordidas  [ Choso x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora