Capítulo 15

15 4 0
                                    

- ¡NECESITO...NECESITO...SABERLO! - dijo Ana entrando agitada a mi habitación. llevaba puesto un mono vaquero negro una camiseta blanca por debajo.

- Tenemos que ir a casa de Javi.- pronuncié tranquilamente.

-¡¿Y NO ME LO PODÍAS HABER DICHO ANTES POR TELÉFONO?! - Me chilló irritada.

- No cariño, no podía estaba ocupada preparándome.

- ¿Pero por qué quieres que te acompañe yo?  Además, ¿Para qué vas a ir a su casa tan pronto?

- Respondiendo a tu primera pregunta, porque no tengo coche, y con respecto a tu segunda pregunta porque se irá de vuelta a Italia,

-¡¿QUÉ Y NO NOS HA DICHO NADA?!

- ¿Quieres dejar de chillar? - le espeté yo agobiada. Me estresaba mucho que la gente se pusiera a chillar de la nada.

- Perdón pero es que no me lo puedo creer.- concluyó ella como si de verdad no le quedaban más palabras que decir.

- Vayámonos antes de que sea demasiado tarde.

Ana no dijo nada más y salimos de mi habitación. Mi padre no estaba en casa y...mi madre...seguía en casa, aquello era algo que me estaba empezando a extrañar. Mi madre nunca faltaba mucho al trabajo y tampoco estaba mala hasta donde yo sé. De todas formas no tenía tiempo para hablar de ello con ella ahora mismo. ella estaba en el salón viendo una de sus series preferidas, le dije que me iba a ir con Ana y las chics de compras, cosa a la que no se negó. Ana y yo nos despedimos de ella con un abrazo y salimos pitando de casa.

Camino a la casa del amor de mi  vida, pasamos a mi floristería de confianza y compré un ramo de margaritas. El motivo  porque las escogí, fue porque son mis favoritas y ya que lo son pues que por lo menos tuviese algo que le recordara a mí cuando no esté. Aunque siendo honesta, pero no egocéntrica, todo le recordará a mí, solo que no me lo dirá por hacerse el fuerte.

Retomando nuestro recorrido, pusimos música y empezamos a cantar como unas dolidas a pesar de que las dos eramos felices con nuestros payasos. Eso me había recordado que hacía tiempo que no veía  a camarerito.

- ¿Se puede saber dónde se ha metido camarerito?- le pregunté a a Ana que esta al volante, mientras baja el volumen de la radio.

- Está con sus padres en el pueblo, a aprovechado que  le dieron  las vacaciones de Navidad y se ha ido a ver sus abuelos.

- Pues de esa se ha librado porque estaba dispuesta a llamarle y echarle la bronca.- me eché a reír y Ana me imitó.

Segundos más tarde ya habíamos llegado a la casa de Javi, y casi que obligué a Ana a venir conmigo.

Al llegar frente a la puerta principal tocamos y en un instante nos abrió la puerta una señora bien vestida y preciosa, se conservaba bastante bien la verdad.

- Hola...yo...soy Laura, la amiga de Javier...¿Está en casa?...- pronuncié nerviosa. Ambas, Ana y señora, se quedaron sorprendidas con lo que dije. 

- Sí  cielo, está en su cuarto haciendo las maletas, pasad, no os quedéis fuera.- nos dijo para acto seguido guiarnos a una sala de estar que a mí ya se me hacía demasiado familiar. 

- Tía que es su madre, es evidente que se habría quedado asombrada, porque sabe que eres la novia de su hijo, solo que no quería ponerte en evidencia y además si fueras su amiga, que haces trayéndole un ramo tan grande. Laurii su madre es mayor pero no tonta.- empezó a regañar Ana cuando la madre de Javi fue a llamarlo.

- ¡Shhh...guárdate la bronca para otro momento! - le repliqué. Más que nada porque no esa el lugar apropiado para hablar de ellos.

- ¿La novia de mi mejor amigo, y mi amiguita de visita? - Dijo una voz masculina entrando al salón y sentándose en el sillón enfrente de nosotras.

Sin límites para brillarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora