Capítulo 29

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- ¡No me lo puedo creer!- chillé al darme cuenta que quien estaba detrás del mostrador era nada más y nada menos que Javi. Vico se quedó sorprendió por mi reacción pero después de que se le pasara la sorpresa tiró de mí hasta llevarme a una mesa en la que me percaté que estaban los chicos esperándonos sentados.

- Laura, soy tu fan cada día me sorprendes más.-  comentó el chico nuevo de cuyo nombre no me acordaba y ni si quiera pregunté. No era propio de mí pero le acabé lanzando una mirada asesina que lo dijo todo.

- ¿Sabes campeón? Yo también soy mi propia fan.- le respondí con una pizca más de egocentrismo.- Voy a pedir algo, no tardo.- me levanté de la  mesa.

Después de dirigirme al mostrador para pedir mi pizza, cosa para la que me atendió una chica súper maja. Acto seguido, me dio un papelito el cual debía entregar en el mostrador cuando mi pedido estuviera listo.

No pedí nada del otro mundo además era una pizzería así que mucho no podía pedir. Opté por una pizza margarita y una limonada ya que me estaba muriendo de calor.

Me dirigí al siguiente mostrador y justo me tenía que tocar al mejor de todos. Javi, me pasó las cosas sin muchas ganas la verdad. Ni siquiera se inmutó a mirarme a los ojos. Yo por mi parte no dejé de sonreír y mostrarme amable ante todo. Por supuesto que no le iba a dar el lujo de verme cabizbaja ni mucho menos. Estaba comiendo con mis amigos y nada en el mundo iba a cambiar aquello. Cogí mi bandeja y me dirigí a la mesa donde estaban sentados los chicos.

- Vaya ya ve lo mucho que nos tienes en cuenta pequeña.- soltó entre risas Sergi.

- Oye que yo os tengo mucho cariño pero si no os habéis levantado a pediros lo vuestro yo ya no puedo hacer nada más.- respondí a la defensiva de manera graciosa.

- En ese caso, ya voy yo a pedir pero os vais a tener que aguantar con lo que yo elija.- espetó el nuevo. Sin más dilación se levantó de su sitio y se dirjió al mostrador para pedir. Me sorprendió el hecho que hubiese tardado menos que yo. Lo entendí todo cuando lo vi llegar. No trajo la bandeja consigo. Debió percatarse de mi cara de asombro y soltó a la defensiva.

- ¡Oye no me pongas esa, cara no pienso coger una bandeja enorme solo porque sus vagos traseros no querían moverse de la silla, mucho es que hice el esfuerzo de pedir!- finalizó soltando una gran carcajada en el que le seguimos todos.

- Bueno vale no te diré nada.- murmuré por lo bajo.

Después de aquella discusión desconecté por completo. Ellos se quedaron hablando de temas suyos y yo me distraje pensando en la nada.

Minutos más tarde llegaron con la bandeja. La había traído Javi. Les dedicó una simpática sonrisa y les preguntó si necesitaban algo más. Como si realmente fueran completos desconocidos y en tres días no se iría de acampada con ellos.

- No queremos nada Javi, gracias por tu buen servicio.- le soltó Sergi. Vico no le dijo nada, parecía que dedicarle una pequeña sonrisa era lo mucho que podía hacer.

Comí mi comida terminando más antes que los chicos. Lo cierto es que a mi a esas horas del día ya estaba cansada y por todo lo que pasó estaba agotada. Así que decidí esperarlos fuera. Porque si me quedaba un minuto más ahí sentía que iba a reventar.

- Chicos yo os espero fuera.- fuel lo único que solté por mi boca para luego salir por la puerta con una "gran sonrisa" para que nadie se diera cuenta que estaba mal. Bueno más bien para que Javi no me viese muy afectada con lo que pasó.

- De acuerdo.- me soltaron todos a la vez y siguieron comiendo.

Cuando salí fuera me dispuse a sacar mi teléfono y llamar a Ana. Hacía tiempo que no hablaba con ella y la necesitaba más que nunca.

Después de tres toques me contestó con esa alergia tan característica.

- ¡Hola! -pronunció entusiasta.

- Hola.

- ¿Qué te ocurre? No pareces estar bien.

- Tía se acabó todo.

- ¡¿Qué ha pasado?!

- He roto con Javi de la manera más estúpida, pero lo he hecho. Se cansó de mí.- concluí con un sollozo.

- Lau....-no té su entristecida voz.- escúchame si de verdad te quiso no te dejaría así sin más. Ese chico es muy bueno y esoty segura de que si ha Lis bien las cosas el te entenderá.

- Ana no, no pienso volver a hablar con él. Estoy detrás de todo el mundo siempre.

- Pues entonces ya no sé qué más decirte.-me dijo con un tono muy apenado. Escuché ruidos a través del móvil y supuse que estaría ocupada.-Lauri te parece si te llamo después, estoy un pelín atareada con unas cosas.-concluyó esperando mi respuesta. En ese momento noté que yo era una completa ingenua. En ese mismo instante en mi mente es com pque empezaron a encajar miles de asuntos.

- No te preocupes tía hablamos en otro momento.- colgué la llamada con cierta tristeza pero no se la demostré.

Me quedé unos minutos largos esperando a que los chicos salieran junto a un árbol.  Sin embargo no salieron salió el mismo chico con el que creí que durar toda la vida.

Se acercaba a mi con un aire distinto al que le vi hace unas cuantas horas. Parecía tener cierta preocupación pero sinceramente dudaba que fuese por mi.

- Necesito hablar contigo.- fue lo único que soltó por su boca nada más llegar. Decidí quedarme un largo tiempo sin responder.

- ¿Qué pasa?

- Lo he estado pensando y no quiero romper contigo.

- Las cosas no son tan sencillas, no soy la marioneta de nadie para que me controles a tu antojo, y si de verdad quieres volver conmigo deberías demostrarlo. - soné tajante.

- Sí es lo que quieres te lo pienso demostrar no me importa lo que me cueste hacerlo.  ¿Podemos vernos luego?- me dedicó una gran sonrisa como si le hirviesen dado la alegría de su vida.

- Hoy no puedo tengo que irme a trabajar y luego pasaré a hacer una cosa.

- Supongo que por la noche estarás libre.- pronuncios como si estuviera cansado de todo. Le sonó el móvil y se le abrieron los ojos como platos. No se lo Fonso dos veces y lo cogió enseguida.

- ¿¡QUÉ PASA?! - parecía que no estuviera confórmeme con la persona del otro lado del teléfono.

- Me da igual lo que quiera. Todo esto ha sido por su culpa. No pienso ir ahora ni nunca, tengo cosas más importantes que hacer. Adiós.- colgó la llamada y yo me quedé pasmada sin saber qué decir ni que hacer.

- Yo bueno, los chicos me están esperando me tengo que ir.- pronuncié un pco nerviosa por ese miente de tensión que ni siquiera me incumbía. Justo vi a Sergi y los demás saliendo por la puerta.

- Laura....- me llamó en un susurro. Q lo que yo me gire para volver a verlo.

- Te echo mucho de menos. He sido un completo arrogante...

No le dije nada. Le quería decir que yo también lo echaba mucho de menos, y que no lo quería dejar ahí pero no pude me sentía impotente.

- Nos vemos luego.- fue lo único que solté para irme a toda prisa lejos de él.

Sin límites para brillarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora