Capítulo 17

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- Pensaba que me ibas a dejar aquí congelándome en plena madrugada.- me dijo una vez que le abrí la puerta pero sin dejarle entrar aún.

- Te has equivocado de casa, esta no es la casa de tus padres.

- He venido a la casa de mi testaruda, yo creo no me he equivocado.- me contestó. Por primera vez en todo el tiempo en el que llevamos saliendo, que él diga que soy testaruda no me transmitía nada, simplemente indiferencia.

- No puedes pasar, mis padres están en casa.- le solté. Sin embargo él no dijo nada simplemente me enarcó una ceja.

- Los dos sabemos que tus padres no están en casa, y que tu madre está en el hospital mientras que tu padre se está haciendo cargo de ella.- pronunciaba como detective resolviendo un caso de vida o muerte.

- Que listo, pues seguro que has entendido tú solito que no quiero que nadie se quede conmigo en mi casa. - volví a replicar borde.

Javi parecía estar ya cansado de todo esto, y no me extrañaba porque no dejaba de tratarlo como si tuviera él toda la culpa de mis problemas. Pero es que no tenía otra forma para alejarlo de mi y mis problemas.

- ¡¿SE PUEDE SABER QUE MIERDA TE PASA?! - me chilló irritado dejando su mochila en el suelo.

- ¡NO ME CHILLES, NO ERES NADIE PARA HACERLO DÉJAME EN PAZ! - le repliqué con el mismo tono.

- Laura te haces de rogar constantemente, no eres consciente de que tú no eres la única con problemas en todo el mundo y te piensas que todos vamos a seguir insistiendo en saber lo que te pasa, ¿es que quieres que te suplique para que me cuentes lo que te pasa? Pues perdona que te diga pero eso es lo que nunca vas oír de mi. Estoy cansado de todas tus tonterías, a veces me da la sensación de que estoy saliendo con mi hermana pequeña en vez de una chica de mi edad. Se acabó.

- ¿Ya te has desahogado? - le pregunté intentando demostrarle que no me había afectado en absoluto lo que había soltado por su boca. Aunque yo internamente estaba rompiéndome en más pedazos que en líos que ya estaba rota.

- No del todo, pero me he quedado satisfecho me he quitado un peso de encima "Laurita". Me marcho, porque dudo que vaya a llegar mucho más lejos esta conversación.-mencionó para luego darse la vuelta irse por donde había venido.

La había fastidiado completamente, ahora a parte de haberla cagado con mis padres, también lo he hecho con aquel chico que a penas unos segundos estaba aquí para apoyarme. Cerré la puerta y me subí a mi habitación. Mi móvil no dejaba de sonar porque no paraban de llegarme mensajes de mi padre. Abrí el mensaje y mi corazón dejó de latir por segundos, que parecían minutos o incluso horas.

"Hija...tu madre a muerto"

Ese mensaje acabó conmigo. No podía creer lo que ponía, no podía ser verdad, me fui del hospital sin decirle lo mucho que la quería, tenía que haber estado ahí con ella, todo porque estaba mal. Mi cabeza no podía asimilar todo aquello. Había perdido al pilar más importante de mi vida y ni siquiera le había dicho lo mucho que la quería.

Inmediatamente cogí mi móvil de la cama y busqué el número de aquel chico que hace rato se desahogó de la manera más cruel conmigo.

Al principio dudé unos segundo en si llamarlo pero después de un instante de dudas lo hice.

El primer pitido, el segundo. el tercero, el cuarto...cuando estuve a punto de colgar, me di cuenta de que había dejado de sonar el pitido, lo cual indicaba que la persona al otro lado había descolgado el teléfono.

-Lo siento mucho, se que no es suficiente para que me perdones, ya que yo te he empezado a tratar como si tú tuvieras toda la culpa de todo lo que esté pasando en mi vida, cosa que no es así. Me arrepiento mucho de haberte tratado de esa manera, no son formas de hablar las cosas, pero no podía hablar de ello estaba fatal y no me gusta que las personas que estén a mi alrededor se vean afectadas por aquellos problemas. Sé que una disculpa no lo solucionará todo pero necesitaba que supieras la verdad. Si aún no te lo he contado hasta ahora era porque quería hacerme la fuerte y cargar con mis problemas yo sola, ya que nunca antes nadie intentó hacer lo que tú has intentado hacer hoy, y yo por miedo me negué haciéndote pasar por un mal rato. - dije casi llorando con la voz quebrantada.

Sin límites para brillarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora