Capítulo 8

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- ¡Lauri! Mi madre dice que estás invitada a cenar...es que...me dijo que te lo dijera esta mañana y a mi se me olvidó completamente ah...también están tus... -

Empezó Ana a soltar sin darme tiempo a responder mientras yo le ponía caras  raras a Javi.

- ¡¿QUÉ?! ¡Eres consciente que voy mal vestida como para ser recibida y encima están mis padres!.- Le espeté excesivamente que hasta mi propia voz empezó a resonar en mi cabeza.

- Mis padres se enteraron de lo de ayer en el hospital y por eso quieren celebrar que estás bien es solo eso, ya te digo yo que será solo una cena y ya.- me comentó ella en un intento de calmarme pero en ese momento era casi imposible.

- ¡Tía que no puedo ir así a tu casa porque hace tiempo que no los veo y presentarme así ni en broma! - Le dije queriendo zanjar la conversación, pero sin embargo no lo hice, pero me puse a dar vueltas de un lado para otro con el teléfono en la oreja.

- Mi madre me está llamando, no tardes que tus padres están por llegar. - y con ello me colgó la llamada angelicalmente. Yo hice lo mismo pero estaba un poco traumada y empecé a ver mi outfit de abajo a arriba, Javiercito sin embargo solo se reía por lo bajo. Y era lo lógico porque hasta yo empecé a reírme.

- No pienso ir.- solté al final sentándome en el banco rendida.

- Tienes que ir.- me decía Javi mientras se ponía en cuclillas delante mía.- Escúchame, estás preciosa. hoy y siempre, te pongas lo que te pongas siempre estarás preciosa desde los ojos de aquellos que te quieren. Porque te voy a decir una cosa, cada quién que te mire aunque sea solo por un segundo lo primero de lo que se percata es de tu corazón,eres una persona demasiado transparente y encantadora y solo con eso basta. - finalizó para luego levantarme y darme un cálido abrazo. No sé que tenían sus abrazos que me hacían sentir muy a gusto y protegida.

Estuve a punto de decirle que al final iba a acabar yendo pero me llamó mi madre para decir que la cena en casa de Ana se había suspendido ya que mi padre tenía que volver de emergencia al trabajo y que no le sería posible, y los padres de Ana iban a visitar a sus abuelos que estaban malos.

- Bueno...supongo que ahora no tendré que ir, aparte de solo a mi casa.- dije mientras colgaba la llamada de mi madre la cual tenía en altavoz.

- Parece ser que sí ¿Eh?.- me contestó mientras me cogía de la mano para dirigirnos al coche de él.

- Sube que te llevo a casa.- me decía mientras me abría la puerta del copiloto del coche. No podía negarme por mucho que quisiera porque él era demasiado tajante, con ello veinte minutos después ya estaba en el porche de mi casa. Me bajé del coche y Javi también por lo que decidí esperarlo.

- Bueno...llegó el momento de la despedida...- me dijo cambiando la expresión alegre en su rostro de antes a una más cabizbaja.- probablemente incluso la última hasta dentro de mucho tiempo.

- ¿Qué pasa? ¿Porqué dices eso?

- Cuando estabas hablando con tu madre por el móvil mi padre me había escrito porque quiere que mañana esté en el vuelo yéndome al famoso país en donde pasaré los próximos años.- pronunció finalmente con los ojos llorosos.

- Pero...dijiste que te ibas en unos cuantos meses...¿No?.- le cuestioné con los ojos aún más llorosos que él y un par de lágrimas brotyando de ellos.

- Yo también creía eso, pero parece ser que quiere que me adapte al ambiente y sobretodo al país. - decía Javi mientras me daba un abrazo al ver que todo aquello me estaba superando. La verdad es que sí, todo aquello era lo que no me esperaba oír y mucho menos después de haber estado con él y haber pasado momentos agradables.

- Te echaré de menos, eres la persona que más me ha aportado en tan poco tiempo. En cuestión de meses te has convertido en lo más preciado que tengo y arriesgaría mi vida con tal de no perderte. - proseguí ya al borde del llanto mientras aún seguíamos abrazados.

- Laura...toma, me gustaría que la leyeras cuando ya no esté aquí y no sepas qué hacer cuando se te esté cayendo el mundo encima. Sé que he sido un poco pesado con decirte que te quiero, pero no dudes que siempre te lo decía de todo corazón, has sido y eres la amiga y novia más honesta que he tenido, hasta tal punto que me replanteaba de verdad si merecía tener a una chica como tú. Me has cambiado la vida y me has hecho ser una mejor persona, te amo con toda mi alma y haré todo lo posible para qué tu seas feliz.- concluyó para luego darme un beso suave y cálido como los de siempre pero con la única diferencia de que este era más largo. En ese momento me daba igual que estuviéramos delante de la puerta de mi casa y qué era posible que cualquiera de mis padres nos vería solo quería estar con él.

-Me tengo que ir...tú también porque tienes que descansar, mañana te espera un largo día.- pronuncié con la voz entrecortada tras haberme separado de él.

- De acuerdo...hablamos dentro de poco....hasta pronto testaruda.- con eso último se dio la vuelta para subir a su coche e irse. Cuando ya había desaparecido. Yo me dispuse a entrar a mi casa y decidí tocar el timbre ya que eran apenas las diez de la noche y mi madre parecía que estaba aún despierta.

- ¡Hola mamá! - le dije cuando me abrió la puerta.

- Hola...¿Cómo estás?

- Estoy bastante bien mamá he estado un poco ocupada por eso no vine hoy a casa.- me justifiqué porque sabía que sí no lo hacía mi madre me echaría una buena. No le iba a decir que estaba con Javi.

- Bueno...en ese caso ya lo hablaremos mañana...- me dijo zanjando el tema para cerrar la puerta y dirigirse al salón. - Tienes un poco de sopa en la cocina, yo ya cené.Me quedaré esperando a tu padre.

Eso hice y en cuanto acabé subí a mi habitación aunque un poco preocupada, ya que si me madre me ha dicho que lo hablaremos mañana no se le olvidará. Sin embargo decidí olvidarme de aquello me desmaquillé y me fui a darme una ducha caliente para luego ponerme un pijama que me había regalado Ana por mi cumple.

Cuando acabé me metí mi cama para ponerme a escribir antes de dormirme. Estaba escribiendo mi novela, y estoy orgullos en verdad porque había progresando mucho y el resultado me estaba empezando a gustar. Tuve que dejar de escribir porque me había llegado un mensaje, era una carpeta de fotos mías con Javi de todo este tiempo en lo que llevábamos saliendo, que eran unos tres o cuatro meses. Y encima me escribió un mensaje junto a ello.

-"Espero que te guste aunque por muy bonitos que sean los detalles, no hay nada más bonito como tú."

- No lo respondí porque era un poco tarde y él se habría dormido, así que yo hice lo mismo, apagué el móvil y me fui a dormir. Había sido el día más largo y bonito entre muchos.

Sin límites para brillarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora