Capitulo 7

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Acercó su mano a mi hombro, agarrando la cortina que estaba deteniendo y pasó a mi lado, muy cerca, llevando el extremo de la cortina hasta la siguiente pared, dejando que la luz del sol entrara de lleno y me dejara deslumbrada.

-Así está mucho mejor, lo siento profesora, pero de verdad que su oficina está muy oscura, debería aprovechar la ventana tan grande que tiene.

Como estoy un poco cegada no la puedo ver del todo, pero la oficina sí que se ve distinta, todos los colores que antes se veían muy fríos tomaron un tono cálido.

Da la impresión de estar en un lugar diferente.

-Hm, los interruptores están de ese lado, me hubiera hecho saber que le molestaba la poca luz.

Ella ríe. Y sí que agradezco la gran iluminación que hay ahora.

Su sonrisa parece ser la que en realidad ilumina la oficina.

-Sí podía ver, lo que me molestaba era que me gusta mucho su ventana, en el departamento que rento no hay mucho espacio, y solo una ventana pequeña para todo el lugar. Y usted tiene un buen paisaje, a esta hora ya está por verse el atardecer.

Kara se encamina de nuevo a donde yo solía pararme a ver cuando ella tenía su hora libre.

Casi como un imán voy a su lado.

-Ya no se preocupe por las dudas de las pláticas, profesora Luthor, esperaré a la profesora Arias. ¿Le importa si lo hago en su oficina?

-Puede quedarse cuanto desee - digo sin realmente haberlo pensado dos veces- y no hace falta esperarla, yo puedo contestar todas sus dudas.

- Prefiero que descanse, no fue un golpe leve el que tuvo. Además aún no ha prendido la computadora. - dice rascándose la cabeza.

Me doy vuelta en dirección a micescritorio directo a ahora sí encender mi computadora, pero un agarre en el brazo me lo impide.

-No lo dije para que la prendiera, ¿no le acabo de decir que debe descansar?, para ser médico es muy mala para seguir las indicaciones. - me detengo y vuelvo a mirar por la ventana.

¿Pero qué hago? Yo soy la profesora, ya soy médico con experiencia. No tengo por qué obedecer a una estudiante...

Apenas abro la boca para reclamarle y ella ya está hablando.

- Si de verdad se siente con la disposición a contestar dudas... - dice mientras sigue agarrando mi brazo - entonces permítame preguntarle otra cosa.

- Hm, adelante.

- ¿Hasta cuándo pensaba fingir?

NO DEBERÍAS (SUPERCORP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora